Capítulo 16

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Haylin

¿Cómo rayos se supone que deba estar tranquila? ¿De qué manera? Miro al techo blanquesino sin poder encontrar una respuesta factible. Esto que me ha confesado Kerian en la cafetería, me ha puesto muy nerviosa. Esto, agregándole a lo que le he escuchado decir mientras hablaba por celular, ha sido demasiado para mí y mi ya fracturada tranquilidad. Ahora, en estos instantes, mientras Kerian duerme plácidamente a mi lado, mi cabeza es una nube negra de malos pensamientos que no paran ni cesan con atormentarme. Incluso, he perdido el apetito y no he bajado a cenar con Kerian hace una hora. Él le dijo a sus padres que no me encontraba muy bien y que había decidido tomar una siesta para recuperarme.

De hecho, ahora que recuerdo esa excusa que Kerian le ha inventado a sus padres, me doy cuenta de que no está nada lejos de la realidad, de mi vida y me aterra el hecho de saber que Kerian puede salir lastimado de ella. Es un riesgo que quiero correr y a la vez no y, quizá un acontecimiento que muy pronto deba enfrentar si decido seguir. Niego y le abrazo. "Por favor Dios, que no sea así, que a Kerian no lo le ocurra nada" ruego para mis adentros. Respiro profundo y con un nudo en la garganta, intento con todas mis fuerzas conciliar el sueño.

                          ***

A la mañana siguiente, un dolor punzante en mi cabeza me molesta. Salgo de entre las cobijas y observo a Kerian, quien aún sigue sumido por el sueño. Sonrío brevemente. Con el pijama y una camiseta celeste, decido bajar a la cocina. Ya en ella, una sonriente y ocupada Ally me saluda:

—Buenos días, señorita Haylin. Ha madrugado un poco el día de hoy —dice mientras pica unos pimientos.

Me recuesto sobre el taburete, le sonrío brevemente y suspiro, masajeando mi cabeza como si eso aliviara el dolor. Ella, al notar mi gesto, se detiene ante lo que está haciendo.

—¿Se encuentra bien? ¿Puedo ayudarle en algo?

Trato de aparentar que no, sin embargo, no puedo ocultarlo y asiento.

—¿Algo para el dolor de cabeza?
—Sonrío tímida.

Ella asiente. Rápidamente se dirige a unos cajones y saca algunas cosas.

Posteriormente, toma un vaso, lo llena de agua y me lo entrega en conjunto con un par de pastillas. Le agradezco el gesto y me dispongo a tomármelas. Al terminar, coloco el vaso sobre un estante y antes de salir de la cocina, le doy las gracias una vez más. Al llegar al final de las escaleras, escucho una voz masculina hablar. Me doy la vuelta y veo que es el señor Grayson; se dirige con prisa a la cocina. Va vestido con un formal traje en negro y habla por teléfono con alguien más. No nota mi presencia. Se detiene frente a las escaleras y se mete una mano en el bolsillo mientras habla. Cuando me decidido a seguir mi camino a la habitación, logro alcanzar a escuchar algo que me deja totalmente perpleja:

—... creo que es lo mejor. Nuestro muchacho necesita poder sentirse libre, independiente, y creo que esta es la mejor forma...  —hace una pausa y asiente—. Sí... lo sé...  —dice esto con un evidente fastidio. ¿Con quién habla? —. En fin... tú únicamente preocúpate por seguir poniendo en pie esa fundación. Ya es...

Dejo de prestar atención a lo que dice. ¿He escuchado bien? ¿Habla de la misma fundación de Kerian o es idea mía? Con el ceño fruncido y miles de ideas formándose en mi cabeza, decido caminar lo más rápido posible y sin hacer mucho ruido, hacia el cuarto.

Entro, cierro la puerta y me recuesto sobre ella. ¿Qué ha sido eso? ¿Qué es lo que acabo de escuchar? ¿George está detrás de todo lo relacionado con la fundación? ¿En qué momento se ha dado cuenta de la existencia de este proyecto? ¿Acaso él ha estado contribuyendo para que el proyecto siga en marcha? Sí es así, esto no es bueno. No quiero ni imaginarme la reacción de Kerian si se llega a enterar de esto. Estoy casi segura de que no lo tomaría nada bien.

Haylin: Derribando tus miedos |PARTE 2| © |TERMINADA|Where stories live. Discover now