Capítulo 18

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Haylin

—Mamá, ¿qué tal si dejamos esta conversación para mañana? Ya es un poco tarde, y creo que todos necesitamos descansar...

—Kerian —le interrumpo—. Por favor. Déjame aclarar esto de una vez por todas —repito sin girarme para verle.

Creo que ya sé por qué ha reaccionado de esta forma la señora Grayson. ¡Qué tonta y descuidada he sido! ¿Cómo pude haber dejado esa maldita carta olvidada? Seguramente, ha de haber leído lo que está escrito en ella. Miles de ideas han de habérsele pasado por la cabeza. Y entre todas esas ideas, el que pueda estar engañando a su hijo. Suspiro para mis adentros y trato de mantener el control y mis nervios. No sé qué rayos es lo que voy a decirle. ¿Qué explicación lógica podría darle? "Cuéntale la verdad, Haylin" me aconseja mi subconsciente. Tal vez sea lo mejor, no tengo otra salida.

La mirada acusadora de Érika no se aparta de mí. Tiene los brazos cruzados, la barbilla en alto y un gesto de mal genio en su rostro.

—Anda, querida. Estoy esperando una explicación.

Suspiro antes de hablar:

—No es lo que usted está pensando, señora Grayson. Todo esto es un malentendido...

—Te escucho —murmura seca, interrumpiéndone. Nunca antes la había visto actuar de esta forma.

Estoy apunto de continuar. Sin embargo, unas cálidas manos se apoyan en mis hombros y los aprieta con fuerza. Sin siquiera darme la vuelta, sé de una vez que es él.  Exhalo una bocanada de aire; esto es lo que necesitaba para armarme de valor. "Dile todo, preciosa, pero procura no mencionarme, tú sabes el porqué" susurra Kerian a mi oído. Frunzo el ceño, pero asiento al comprender de qué habla.

—Las dejaré a solas —indica Kerian—. Estaré fuera, por si me necesitas, preciosa —me dice susurrante mientras deja un beso tierno sobre mi frente.

Asiento como respuesta. Érika no pronuncia palabra; sólo le mira con el ceño fruncido. Kerian, al pasar por el lado de su madre, se detiene.

—¿Sabes algo, mamá? Haylin es completamente distinta a Jennifer, te lo aseguro.

Ella abre la boca, pero no logra articular palabra. Y así, sin más, Kerian abre la puerta y sale. La habitación se sumerge en un silencio asfixiante. Me armo de valor, miro de frente a Érika y decido hablar de una vez por todas:

—Yo no estoy engañando a su hijo, señora Grayson...

Intento apaciguar mis nervios. Respiro profundo e intento continuar. Sin embargo, antes de hacerlo, ella me detiene con su voz:

—Tomemos asiento, querida —señala la cama.

Antes de hacerlo, decido llevar la caja conmigo y recoger la carta que Érika arrojó al suelo hace algunos instantes. Ella observa extrañada lo que hago. Ya lista, sentada frente a ella, decido continuar:

—Esta hoja, señora Grayson —levanto, bajo su atenta mirada, la carta. Me abofeteo mentalmente por no controlar la temblorina de mi mano— en conjunto con esta caja —la señalo— la ha enviado mi padrino. Su nombre es Víctor. —El nombre de ese canalla quema en mis labios. Cuanto odio mencionarle.

—Entiendo, querida —asiente—. Él es demasiado cariñoso contigo. Aunque, para mi gusto, demasiado diría yo —musita enarcando una ceja de forma acusadora.

Niego, suspiro y prosigo.

—Hace algúno tiempo me enteré de que... —me aclaro la garganta— él, estaba o... no lo sé, está enamorado de mí.

Haylin: Derribando tus miedos |PARTE 2| © |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora