Capítulo 23

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Haylin

Sigo sin poder creerlo. Me he quedado totalmente atónita. Esto, sin duda alguna, no me lo esperaba. Aún observo con sorpresa aquel deslumbrante anillo, dorado y con un dminuto y reluciente diamante trasparente incrustado en el centro. Al no escuchar una respuesta, Kerian decide arremeter con su otra mano mi cuerpo mientras el agua nos envuelve. Lo acaricia con pasión y anhelo, y no puedo evitar embriagarme por lo arrollador de la sensación. Sin embargo, reacciono y trato de detenerle —aunque no quiera— para poder asimilar con calma su propuesta.

—Kerian, espera... —digo susurros entrecortados por la excitación—. ¿No... crees que esto... es... demasiado pronto? —Me muerdo el labio mientras su dedo embiste sin contemplación alguna, aquella zona oculta entre mis muslos. De pronto, olvido lo que he preguntado.

Besa mi cuello y luego lo muerde, creando una ola de sensaciones arrolladoras en mi interior. Luego, una de sus manos se posa directamente en uno de mis pechos; lo aprieta y acaricia con suavidad. Este roce y el de su erección sobre mi cintura, me hacen perder la cordura. Su dedo abandona aquella zona sin preveerlo. De repente, me da la vuelta muy cuidadosamente, sin lastimarme el brazo y me besa con fervor. Su lengua sabe muy bien qué hacer con la mía.

Instantes después, con nuestras respiraciones aceleradas, deja de besarme y posa su frente contra la mía. Nos quedamos en total silencio durante algunos segundos, únicamente acompañados por el chapoteo que hace el agua al rozar nuestros cuerpos calientes. Le miro y veo que mantiene los ojos cerrados mientras trata de recuperar el aliento.

—¿Demasiado pronto? —Su voz se quiebra. Separa su frente de la mía y abre los ojos. Cuando lo hace, el corazón me da un vuelco. Está... está llorando. Oh no, Kerian, cariño... Algunas lágrimas empiezan a bañar como un manantial sus pálidas mejillas. Toma mi rostro entre sus manos—. Quizá sí sea un poco pronto, preciosa. Pero... —suspira y tuerce el labio en un triste y desgarrador gesto— cuando sentí que te perdía... —niega—. No necesito de nada más para comprobarlo; tú eres esa mujer con quien quiero pasar el resto de mis días... Te amo, Haylin.

Oh... Mi corazón se hincha de alegría al escucharle. Una lágrima se me escapa. Intento levantar mi mano para acariciarle, pero olvido por completo que levanto el brazo fracturado. Me quejo y Kerian se preocupa. Con mi otra mano, enjugo sus lágrimas y recorro su tembloroso labio inferior. Verle así me rompe el corazón.

—Lo siento tanto, Kerian —es lo único que se me ocurre decir. El nudo en mi garganta crece.

—¿Por qué? —Frunce el ceño.

Sonrío triste al ver el temor dibujarse en su rostro.

—Por hacerte pasar esto —susurro con la voz entrecortada—. No me gusta en lo absoluto saber que soy yo la causante de tus lágrimas, Kerian. Tú no lo mereces —susurro—. ¿Enserio crees que soy la mujer indicada para ti?

Aparto un mechón de cabello empapado de su frente. Tuerce el labio en una media sonrisa.

—No sólo lo creo. Estoy más que convencido. Tú eres esa luz que ilumina mi camino —responde seguro. Sonrío con nostalgia al recordar el momento en el que me dijo esa misma frase—. ¿Y tú? ¿Estarías dispuesta a pasar una vida entera al lado de este pobre ciego que muere de amor por ti?

Con la palma de mi mano, recorro extasiada su rostro. Inspiro profundo y sonrío. Apesar de todo lo malo que he vivido, no podría pensar en una vida sin Kerian. Él también le ha dado a mi vida esa chispa de luz que tanto necesitaba para encender mi corazón nuevamente. Le he abierto mi corazón y lo ha cuidado con mucho amor y recelo. Le he confesado mi pasado y mis miedos y no me ha juzgado por ello como algunos lo han hecho. Me ha dado su apoyo incondicional cuando más lo he necesitado. Kerian de verdad me ama y esto me lo demuestra claramente. Está dispuesto a soportar todo este infierno que me rodea por ser feliz a mi lado.

—Por supuesto que sí, Kerian. —Y ahora, en mis mejillas, no sólo el agua de la ducha corre. Lloro porque también le amo y lloro porque desde hace tiempo no me sentía tan feliz y plena de amor.

Poco después, Kerian toma el jabón. Empieza a deslizarlo por mi cuerpo desnudo a un ritmo suave, delicado y cuidadoso, intentando por todos los medios, no lastimarme. Al salir de la ducha, desnudos caminamos hacia la cama sin dejar de besarnos. Entre gemidos, caricias y lágrimas llenas de amor, nos entregamos en cuerpo y alma. Y algo dentro desde lo más recóndito de mi corazón ruega anhelante que, toda nuestra vida en Los Ángeles, cambie para bien.

                          ***
Gael

—Con esto es suficiente. Creo que ya he mucho por ti mi querido primo. —Esto último lo dice con evidente sarcasmo.

Asiento y no digo nada. Sólo analizo el otentoso lugar que me rodea. Sol, palmeras, mujeres bellas disfrutando del cálido clima y grandes edificios. No está del todo mal California. Guardo en mi chaqueta el sobre naranja que Logan me ha dado. Debo buscar un departamento cuanto antes. Necesito descansar un poco del largo y tedioso viaje que he tenido, antes de iniciar con mi larga y ardua tarea. Han sido los tres días más largos y cansados de mi vida. Y apuesto que para Logan también lo han sido. Su cara de desvelo lo dice todo. No me imagino siquiera qué excusa le ha de haber puesto a su esposa y familia para venir. Aunque estoy casi seguro de que ha utilizado la excusa barata que utilizan siempre los maridos infieles y millonarios: "un viaje de negocios." Le miro de soslayo y río por lo bajo. "Ay querido primo, todo lo que has hecho por mantener oculto tu secreto.

Se quita las gafas de sol y enarca las cejas.

—¿Qué te divierte tanto?

—Mmm, no. —Le sonrío a una bella mujer que pasa y observa interesada el lujoso auto de Logan—. O quizá sí —le observo—. ¿Por qué te aterra tanto que descubran que tienes un amante?

Me mira en silencio a través de las gafas.

—¿Acaso no te parece obvio? —niega incrédulo, se quita las gafas y suspira pesadamente—. Soy Logan McLaren, Gael. Sabes qur ser homosexual no le sentaría nada bien a mi padre, ¿verdad? Mucho menos a mi reputación como empresario. Tampoco olvides que me he casado hace poco tiempo con una bellísima mujer; eso lo empeora todo aún más. Sería una gran vergüenza para mi familia. Así que... tu pregunta está de más.

—Entonces, tu matrimonio ha sido todo un montaje, ¿no es así?

Entorna los ojos con fastido y asiente.

—¿Sabes? —Digo cuando le veo subirse al auto. Se detiene y me presta atención desde el asiento, con la puerta del auto entreabierta, esperando atento a lo que voy a decirle—. Después de todo, no está del todo mal que seas marica. Eso no te ha impedido ayudarme, te lo agradezco —digo irónico y río.

Logan bufa enfadado y enciende el coche. Antes de arrancar, se detiene en seco, frunce el ceño y me pregunta:

—¿Qué es lo que tiene esa psicóloga? Porque para que busques romper las leyes de esta manera... ¿Está hecha de oro acaso?

Su pregunta borra mi sonrisa. Aprieto los dientes y le digo:

—Haylin lo es todo para mí y vale mucho más que el oro, te lo aseguro.

—Estás chiflado —niega divertido—. No sabía que la misteriosa mujer tuviese nombre. Increíble —asiente—. Suerte entonces, mientras la encuentras.

—No necesito de tu suerte —le reniego, sumamente serio.

Ríe y niega. Yo frunzo el entrecejo y le miro con cara de pocos amigos.

—Créeme primito, la necesitarás.

Y sale disparado por la autopista en dirección hacia donde se oculta el sol. No la necesitaré. Buscaré a Haylin hasta por debajo de las piedras, así me lleve toda un vida. Ella y yo, nacimos para estar juntos, lo sé, aunque me rechace una y otra vez a causa de ese maldito que le manipula. ¿Su nombre? Ah, sí, Kerian.

Un nuevo capítulo ha llegado. Espero que lo hallan disfrutado. ¿Qué les ha parecido? Vayan dejando sus votos y comentarios, se los agradecería de todo corazón.

Feliz inicio de semana y hasta la próxima. Bendiciones!!!

Haylin: Derribando tus miedos |PARTE 2| © |TERMINADA|Where stories live. Discover now