Capitulo 12

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Cuando el reloj marcó las nueve de la mañana comenzó a preocuparse. Normalmente Evan estaría levantado a esa hora. Tom también ya que Evan no dejaba que el chico durmiera demasiado.

Decidió que debía ver qué pasaba con los dos magos vivos y flotó primero hacía la habitación de Tom. Para su sorpresa no había rastro del chico en ninguna parte. Se notaba que había dormido en su cama, pero no había señales de él.

No parecía haber ningún tipo de pelea. Además él habría escuchado si algo hubiese sucedido en la casa porque no dormía.

Era extraño que Tom hubiera dejado la casa durante la noche. Evan le había explicado cómo funcionaban las protecciones. Hubieran avisado al mago si alguien hubiese salido o entrado.

Flotando a través de la pared hacía la habitación de a lado, Hubert echó una mirada y se quedó con la boca abierta.

Acostado en la cama estaba Tom durmiendo tal y como el fantasma lo había visto muchas veces antes: de espalda, con un brazo sobre su cabeza... y a su lado, acurrucado, Evan.

El mayor tenía la cabeza apoyada bajo la barbilla de Tom, y su mano tenía aferrada la polera del chico. Sus piernas estaban enredadas y fijas en una posición. El otro brazo de Tom lo tenía aferrado protectoramente de la cintura.

Si hubiera estado vivo Hubert se habría sonrojado. Escondió su cara entre sus manos olvidando que podía ver a través de ellas.

Sin mirar de nuevo, Hubert se metió en la pared prometiéndose que la próxima vez dejaría a los dos magos solos o se las ingeniaría para tocar la puerta.

Por primera vez desde que Sirius había muerto, Harry durmió bien. Esta vez tuvo una pesadilla, pero a diferencia de otras noches ésta había terminado.

Bostezando se acurrucó en su almohada que respiraba sin intenciones de levantase. Ni siquiera Grindelwald, Dumbledore o Voldemort sería capaces de hacerlo salir de la cama. Se podría acabar el mundo y él no lo notaría.

Frunció el ceño. No recordaba tener una almohada que respiraba. Además su almohada no olía tan bien, ni era tan cálida.

El sentir algo rodeando su cintura le hizo quedarse helado. La cosa a su alrededor parecía casi un brazo humano. Y normalmente eso estaba conectado a un cuerpo.

A menos que alguien hubiera estado en la habitación y se le hubiera olvidado. Ya que eso no sonaba posible significaba que había alguien en su cama.

Eso explicaría por qué su almohada respiraba.

Temeroso de lo que pudiera encontrar en su colchón, Harry abrió los ojos. Su visión siempre había sido borrosa, así que era casi imposible ver algo aparte de una gran mancha. Excepto cuando alguien estaba realmente cerca.

Y Tom estaba realmente cerca.

Los dedos de Tom estaban enredados en su cabello. Su propia mejilla estaba presionada contra el pecho del chico. Estaban tan cerca que Harry podía sentir el latido del corazón del otro. No tenía idea de cómo no lo había escuchado antes.

Decidió alejarse mientras Tom todavía dormía; soltó la polera del chico. Por alguna extraña razón estaba tan aferrado como un niño pequeño se aferraba a sus padres después de una pesadilla.

¿Podría ser esa la razón por la que Tom estaba a su lado? ¿Pero por qué el chico había acudido si él había tenido una pesadilla? Tom no había hecho nada cuando él, Harry, fue incapaz de poner hechizos silenciadores. Durante ese tiempo apenas había dormido, temeroso de que el otro lo escuchara.

Incluso en Hogwarts se había asegurado de que nadie supiera de sus pesadillas. Ni siquiera aquellos con los que había compartido dormitorio durante cinco años lo sabían. Ese hechizo había sido uno de los primero que aprendió. No quería que nadie supiera.

El comienzo del comienzoWhere stories live. Discover now