El comienzo del comienzo

Capitulo 13

Dunk

Se estaba volviendo loco.

Dunk

Quizá lo hubiera estado todo el tiempo pero no se había dado cuenta.

Dunk

Tal vez los demás lo habían sabido todo el tiempo pero no habían dicho nada porque querían a su salvador y no a un asesino psicótico como Voldemort.

Dunk

Culpaba a los Dursley. Esas personas no eran adecuadas para criar a un caracol, menos a un niño.

-Si continuas golpeando tu cabeza contra la pared no sólo tendrás más moretones, también dejarás una marca en el muro. ¿Qué te ha hecho esa pobre pared para recibir ese castigo?

Harry se alejó lentamente de la pared y se giró. Miró a Hubert, que estaba alejado lo más posible de él y listo para huir a través de la pared más cercana si de verdad se había vuelto loco.

-Estoy aburrido. No hay absolutamente nada que pueda hacer.

Era cierto. No tenía nada qué hacer. La casa jamás había estado tan limpia y ya no había ni la más mínima hierba fuera de lugar en el jardín. Las protecciones habían sido actualizadas e incluso había añadido algunas más en las que no había pensado la vez anterior. Mejor prevenir que lamentar.

- ¿Por qué no haces... algo?

Harry fulminó con la mirada al fantasma antes de volver su atención a la pared. Quizá se vería mejor en rojo.

-Ya he hecho todo lo que tenía que hacer.

Dunk

-Si no te detienes ahora haré algo.

La voz del fantasma estaba más cerca, como si Hubert estuviera justo detrás de él.

-Eres un fantasma, ¿qué podrías hacer?

Cuando iba a volver a golpear su cabeza contra el muro algo extremadamente frío tocó su piel. Se sentía como si su sangre estuviera llena de agujas hirvientes. Abrió los ojos y sus labios mudaron un grito.

Sus piernas cedieron y las lágrimas corrieron por su rostro. Esto era peor que un Crucio.

Se abrazó a sí mismo deseando que el sentimiento de desolación se alejara.

- ¿Q-qué fue e-eso?

Su voz sonó baja y delicada. Aquello le había recordado cuando se enfrentó a los dementores en su tercer año en Hogwarts.

-Te poseí. Te hace sentir horrible, pero lo haré de nuevo si vuelves a lastimarte.

Harry asintió y cerró los ojos. Sólo quería dormir y llorar. Ambas cosas al mismo tiempo de preferencia.

-Si me prometes no hacerlo otra vez me mantendré seguro, lo prometo.

Hubert lo miró un buen rato antes de asentir.

-Bien. Ahora, si de verdad estás tan aburrido por qué no le escribes a Tom. Apuesto a que está esperando oír de ti.

Harry sonrió y alejó lo sentimientos de desesperación y cansancio. Algo que había aprendido a hacer muy bien durante sus años con los Dursley cuando era parte de su querido y adorado hogar.

-Qué buena idea. No puedo creer que no pensé en eso antes. Gracias, Hubert.

Se puso de pie y con las piernas temblorosas se dirigió a su habitación. No se molestó en cerrar la puerta. Sólo Hubert y él estaban en la casa, una puerta cerrada no significaba nada. El fantasma podía entrar y salir como deseara, eso no le afectaba.