Capitulo 43

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Al oír la alarma que tenia instalada en la red flú Harry levantó la vista del sándwich que estaba preparando para un almuerzo tardío, frunciendo el ceño. Recién había regresado de un trabajo y Ragnok normalmente le daba uno al día, a menos que fuera algo importante. El goblin insistía que alguien debía cuidarlo ya que parecía incapaz de hacerlo él mismo.

Secándose las manos se dirigió a Nagini que estaba en la mesa de la cocina, mirándolo.

-Toca mi comida de nuevo y te enteraras cuántas maldiciones pueden lanzarse sin varitas y sin que el Ministerio se entere.

Las risas de la serpiente lo siguieron hasta la sala aunque para cualquier otra persona sólo sonarían como siseos bajos.

-Así que, Ragnok, ¿qué protecciones necesitan ser reparadas esta...? Profesor Slughorn, ¿qué está haciendo aquí?

Era la primera vez que recordara que el profesor de Pociones luciera grave y a Harry no le gustó. Hacía tiempo había aprendido que cuando las personas lucían así no deparaba nada bueno.

-Sr. James ¿es posible que venga a la escuela? Creo que es mejor que le diga esto cara a cara. Sería bueno que se asegurara de que no tiene nada más pendiente durante el día.

-Deme un momento y pasaré de inmediato. Sería bueno que despejara el área alrededor de su chimenea ya que mis llegadas no son muy agraciadas.

Cuando la cabeza del profesor desapareció Harry se dio la vuelta sólo para encontrar a Hubert que ya flotaba tras él.

-Hubert, te encargo la casa mientras no estoy. Me han llamado a Hogwarts y no estoy seguro de cuando regresaré.

Con eso Harry arrojó polvo flú a la chimenea y entró a las llamas verdes.

Como esperaba, aterrizó de cara cuando salió de la chimenea. Por suerte el profesor Slughorn había estado preparado y había puesto una suave alfombra frente de la chimenea. Eso o estaba acostumbrado a ser visitado por gente que no podía salir bien de las chimeneas.

-Lo dejaré salir cuando escuche lo que tengo que decir. Simplemente no puede salir corriendo así.

Harry bufo pero no detuvo su intento de la habitación.

-Dígame qué sucedió y dónde está Tom.

Ignoró los intentos de Slughorn de hacer que se sentara. Harry no estaba seguro de poder relajarse hasta que viera a Tom y se asegurara que el chico estaba bien.

-Tom está en San Mungo por sufrir un accidente en la biblioteca. Los sanadores están trabajando en él en estos momentos pero no está en peligro.

Harry sintió que se le doblaban las rodillas y se aferró con fuerza a la manija de la puerta para no caer.

-¿Qué sucedió?

-Una de las estanterías cayó enterrándolo en una montaña de libros. Normalmente ese peso habría matado a cualquiera, pero al parecer el Sr. Ryddle realizó algún tipo de magia accidental que al parecer salvó su vida.

Harry nunca había estado más agradecido de haberle enseñado magia sin varita a Tom. Dudaba que el chico hubiera realizado magia accidental pero dejaría que Slughorn siguiera creyéndolo. Así tendría que dar menos explicaciones.

-¿Si esos estantes son tan peligrosos por qué no han hecho algo al respecto? Es un milagro que nadie haya resultado lastimado antes...

Su perorata fue interrumpida por Slughorn que estaba comenzando a temer por sus pertenencias. Ya había visto antes lo que sucedía cuando alguien poderoso dejaba que sus emociones controlaran su magia.

El comienzo del comienzoWhere stories live. Discover now