Capitulo 35

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Harry miró cómo caía lentamente la nieve. Había estado nevando casi todo el día. El suelo y todo estaba cubierto de una bella alfombra blanca.

Se detuvo en la puerta abierta y miró a Ares volar como una sombra negra en el cielo. Harry tenía aferrada su escoba en la mano. En los últimos quince minutos había estado debatiendo si debía o no salir a volar. No tenía mucho qué hacer en estos momentos.

Un rápido tempus le dijo que faltaba media hora para que Tom y Abraxas llegaran. Había sido arreglado que el heredero Malfoy se quedara los tres primeros días en la casa. De esa manera Harry no se sentiría culpable de dejar a Tom solo mientras trabajaba.

También le daba a Harry una excusa para no dejar entrar a Tom en su habitación donde tenía escondida a Nagini.

Para asegurarse de que Tom no pudiera entrar en su habitación, Harry lanzó varias protecciones de bloqueo y de silencio alrededor de la pieza. También había dejado algunas sorpresas que asegurarían que ni Tom ni nadie tratara de entrar a su dormitorio.

Al menos eso esperaba.

Era sorprendente lo agradable que era la compañía de Nagini cuando no estaba tratando de comerte. La serpiente podía ser ruda y franca pero a Harry le gustaba su humor. Aunque tenía que esconder su sonrisa era divertido cuando Nagini perseguía a Hubert alrededor de la casa siseando que los fantasmas debían ser cocinados antes de comerse.

Quizás eso explicaba por qué raramente veía a Hubert.

Meneando la cabeza, Harry salió y cerró la puerta tras él. Sus pies se hundieron en la nieve y aunque solo su cara estaba al descubierto ya estaba temblando por el frio.

No deseando sentir el frio más tiempo de lo necesario se subió a la escoba y despegó.

Apenas en el aire el viento ya estaba tratando de botarlo de la escoba. Apretó los labios y se aferró con más fuerza. No había manera de que un poco de viento le impidiera volar. Después de todo él había jugado quidditch en tormentas y rodeado por dementores. Claro, lo último no había salido tan bien pero era el hecho lo que contaba.

Harry comenzó lentamente. Conocía su saeta de fuego y le confiaba su vida, pero no tenía intenciones de romperse el cuello con una de sus acrobacias. Por lo menos no ahora.

El viento acarreó voces. Harry se detuvo donde estaba y giró su cabeza para oír de donde provenían. Era más de una. Incluso con la distancia entre ellos podía oír dos personas dirigiéndose en su dirección.

Al acercarse Harry dejó sus ojos deslizarse por el suelo que estaba cubierto de nieve. Una sonrisa cubrió su rostro mientras movía sus manos. Después de eso solo se relajaría y observaría el espectáculo.

T&H

-¿Así que tu tutor está preparado para nuestra llegada?- preguntó Abraxas mientras observaban el Expreso de Hogwarts llevarse a sus compañeros de vuelta a Londres.

-¿Y por qué Evan no estaría listo para nuestra llegada?-contestó Tom, mirando con el rabillo del ojo cómo Abraxas se encogía de hombros.

Ambos estaban bastante abrigados para mantener el frio a raya pero incluso así Abraxas lograba verse como el propio sangrepura que era.

Tom sabía que Evan no ganaba tanto como para que vivieran como una familia sangrepura. En especial como la familia Malfoy. La única familia que conocía que podía rivalizar con la riqueza de los Malfoy era la familia Potter. Nadie estaba seguro de cuál era superior. Ni siquiera las dos familias involucradas, pero los Malfoy vivían bajo el principio: Si lo tienes, muéstralo.

El comienzo del comienzoWhere stories live. Discover now