(25)

879 110 83
                                    

Estaba sentado en la ventana, en esa que tantas veces se sentaba y miraba hacia el exterior, donde las personas pasaban a metros y le daban paz, en su habitación los sirvientes estaban cambiando sábanas, arreglando la habitación y trayendo la ropa de Lidya a su habitación, en una semana él se casaría y significaba tener que comenzar con las tradiciones, una de esa compartir habitación con la muchacha.

Suspiró dedicando a ver su lugar de trabajo, Magnus había vuelto a trabajar pero no habían tenido oportunidad de hablar a solas, porque Luke le había dado unos días para sus preparativos de boda, aunque sabía que después de casarse Lidya le mandaría a trabajar a otro lado, a uno que estuviera a su "nivel".

—Ya está todo señor Lightwood— avisó Merliot.

Pero Alec no se movió de donde estaba, quería ver a Magnus, alguien que había querido ser parte de su vida con tal rapidez, que quería cautivar como su primera impresión y lo había logrado aunque ahora el no creyera, y había roto a una persona que había conocido en tan poco tiempo.

—Alec, Lidya te espera para ir a ver el banquete— dijo Simón.

Asintió sin prestar atención. Sus hermanos le habían llevado a casa de Magnus Bane, a rastras, y él había aceptado hablar y aún le había roto, había desilusionado a tres personas que eran importantes.

Aún sentía repugnancia a recordar todo lo que había sucedido, porque había hecho aquel impuso con Magnus para deshacerse de lo de Lidya, aún podía sentir sus uñas clavar su piel.

Lidya había entrado a la habitación después de que Magnus se había ido, venía con una botella de refresco y una botella de agua para ella, Alec, ingenuo agradeció por la amabilidad de la chica, aún no la conocía y no sabía bien como era su mente, su personalidad, como era ella.

<<Estaba pensando en poner una fecha de boda ¿Qué dices?>>

Estaban los dos sentados en la cama, él creía que sí tenían un momento a sola ella se abriría y podría mostrar cómo era en verdad detrás de esa careta de niña mimada.

<<Aún es muy apresurado. >>

No quería casarse con alguien que no conocía, que no amaba, no quería llevar un anillo en su dedo viendo el error que había cometido, que los papeles dijeran que estaban casados.

Comenzó a sufrir un ardor por todo su cuerpo, como si comenzará a transpirar y su cuerpo se quemara, se paró comenzando a mover sus manos en forma de abanico.

<< ¿Alec?>>

La chica le tomó de su brazo y el ojiazul sintió un poco de placer, como si el ardor fuera disminuyendo.

<<Tócame, me estoy quemando. >>

La chica no se negó, comenzó a tocar su cuerpo disminuyendo el ardor.

Después de eso sucedió aquello, la chica se había aprovechado y ahora él se arrepentía por haber dejado que aquella mujer logrará lo que quería, Magnus tenía razón, se estaba perdiendo a él mismo.

<<Entonces frente a tus hermanos, Alexander, dejaremos todo dicho y claro, no sé porque no hablas por tu cuenta, niño estúpido. >>

Magnus parecía más dolido que de costumbre y lo conocía desde hace poco tiempo, ya sabía que sucedía en sus emociones sin darse cuenta.

<<No vuelvas a tocarme. >>

Parecía dolido, lastimado, Alec miró la cadena que tenía en su cuello, azul mezclado con negro, algo le decía que Magnus estaba mal, todo por culpa de él. Pero él no podía resistirse, una vez que lo había tocado no podía volver atrás, parecía un imán, lo único que pensaba mientras veía era saber a qué sabía besar su pecho.

<<Si tú no puedes hacerte cargo de tus problemas personales, entonces no te acerques, destruyes a todo lo que te acercas. >>

Alec miraba a sus hermanos, que parecían más concentrados que tratar de defenderle, hablando en voz baja de lo bien que se veía Magnus. En su mente coincidía con ellos.

<<No quiero más que una relación de trabajo contigo, olvida todo lo que sucedió, todo. Somos compañeros. >>

Ofendido, Alec asintió, se paró y se acercó a Magnus, no podía venir a decirle eso frente a sus hermanos, estaba bien si estaba ofendido por lo que había pasado, pero no dejaría que le hablara así frente a sus hermanos menores.

<<Tengo todo entendido. Nos vemos en el trabajo amigo, te daré mi tarjeta de casamiento como invitación. >>

Alec se dio un golpe en la frente a decir aquello, aún con recordarlo se sentía tan inútil.

— ¿Todo bien?

Miró hacia atrás, donde su padre tenía medio cuerpo metido en la habitación.

—Si papá.

El hombre asintió y se fue.

Se sentía tan decaído, quería meterse bajo las sábanas de su cama, y desaparecer ahí, quedarse lo que restará de su tiempo ahí, sin sentir ese dolor.

— ¡Alexander!

Aún que no podría ser, Lidya le estaba jodiendo la vida. 

Destinado. •Malec•Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon