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Entró a la casa después de un camino largo donde lo único que pudo lograr es aumentar sus molestias, buscó la sala, a estas horas Clarissa tomaba su media tarde para alimentar a su criatura e Isabelle siempre estaba acompañando a la pareja, según así podría ganar el lugar de madrina.

Los vio riendo, haciendo que Alec no pudiera dejar de pensar barbaridades de ello, con el poco razonar que le quedaba entró, suspiró y colocó frente a ellos.

—Alec, al fin estás aquí— dijo Jace— Tenemos que hablar de algo importante.

Sintiendo toda su molestia subir una vez más por su cuerpo, Alec no ocultó su cara, ni la tensión que tenía en su cuerpo, estaba molesto, muy molesto.

— ¿Qué sucede Alec?

— ¿Cuando iban a decirme que se irán de la casa?

Los chicos negaron, pero Alec no se detuvo.

— ¿Iba a ser unas horas antes de la boda o cuando ya estuvieran con la maleta? — Añadió Alec— ¿Tan malo soy? ¿Tan desconsiderados son ustedes para dejarme después de todo lo que he hecho por ustedes?

Sintió una mano llegar a su mejilla, cayendo de trasero al suelo viendo como Isabelle estaba al frente de él con una cara de molestia.

—Nunca más nos vuelvas a hablar así, sin antes de escuchar lo que íbamos a decirte— musitó Izzy— ¿Quién te dijo eso?

Alec se sentó mientras tocaba su mejilla que ardía.

—Lidya— respondió Alec— ¿Es verdad?

Vio cómo Jace se acercaba hasta su hermana susurrando algo.

—Yo me iré, no será lejos, a una cuadra de aquí —dijo Jace— no puedo dejar que Clary sufra toda esta tensión, es malo para el bebé y por eso decidimos mudarnos, te lo íbamos a decir ahora.

Vio como el chico rubio se arrodillaba a su lado.

—Has hecho maravillas por mi hermano, pero es hora de que nos comencemos a independizar y pensemos por nosotros, por nuestro bienestar y felicidad.

Se sintió ser abrazado y después de un minuto Jace se levantó tendiendo una mano para él, Alec se lo recibió mientras miraba a su hermana.

— ¿Y tú?

—Yo me quedaré, ya lo he dicho, le haré la vida imposible a Lidya.

La chica alzó sus hombros para después acercarse y abrazarlo. Al terminar el abrazo caminó hasta Clarissa, no la abrazó, acerco su mano hasta su panza y sonrió, quería tanto un niño en su vida que ese bebé podría hacerlo.

—Me tendrán en esa casa todos los días, se lo aseguro.

La chica pelirroja sonrió.

—Estaremos encantados de recibirte.

Miró hacia atrás, donde su hermanos estaban.

—Lo lamento me deje llevar.

Ellos asintieron y sonrieron, entonces la puerta se abrió, a los minutos apareció Lidya con la bolsa del regalo de Magnus y a su lado a Simón y Raphael, el amigo del moreno.

—Estos dos muchachos estaban con el regalo que era para Isabelle— dijo la muchacha.

Todos se quedaron en silencio, Simón parecía a punto de entrar en una crisis de nervios mientras que el otro chico miraba a Alec esperando que dijera la verdad.

—Despediré a este ladrón—agregó.

Alec negó, se acercó hasta Lidya para tomar el bolso.

—No se va a ir, yo sé lo regale a él—dijo Alec.

— ¿Qué?

La chica está vez pareció sorprendida.

—Yo se lo regale.

—No dejaré que le vayas regalando plata a esta gente— dijo Lidya molesta— hablaré de esto con tus padres, no tendré un esposo así a mi lado.

Alec sintió como Izzy se colocaba a su lado.

—Ya te lo he dicho, puedes irte de aquí, tienes las puertas abiertas—respondió Izzy.

Lidya miró a todos con molestia y se marchó hacia la habitación, después de que no se viera rastro Alec se acercó hasta los muchachos y le tendió la bolsa a Simón otra vez.

—Lo lamento, a los dos, por esto— dijo Alec— te pagaré por este pedido.

—Es mejor que nos pagues una cita— opinó Raphael —es difícil convencer a Magnus de recibir un regalo.

Alec levantó sus comisuras para estrechar la mano con el chico.

—Acepto el trato.

Los chicos se fueron del lugar, y Alec volvió la mirada hacia atrás donde sus dos hermanos y su cuñada le miraban con una sonrisa divertida.

—Bien masoquista mi hermano— bromeó Jace.

—Ahora falta más de pantalones— le siguió Izzy.

Los cuatros rieron por aquello, al terminar se sentaron a tomar la media tarde, Alec queriendo ver la cara de Magnus a aquel regalo.

Destinado. •Malec•Where stories live. Discover now