(34)

884 106 60
                                    

Magnus.

Después de aquel momento se tuvo que acomodar su miembro y salir a buscar una vestimenta limpia antes de que aquel olor a vino se sobrepasara y quedará en su cuerpo, porque sería asqueroso sentir su perfume ser sobrepasado por el aroma a vino. Sentía su cuerpo arder y sus labios dolían pero trató de parecer normal, fue en búsqueda de Merliot, el sirviente de los Lightwood quien no se limitaría a gritarle por lo ocurrido, pero cuando lo encontró se llevó la sorpresa de que este estaba sonriendo.

— ¿Qué? — preguntó Magnus avergonzado.

El chico sonrió, acomodó las mangas de sus camisas y apuntó su pantalón, Magnus colocó su mano adelante de esta tapando si su erección se notaba.

—Momentos íntimos con mi jefe frente a las narices de Lidya— dijo Merliot— tienes agallas.

Magnus un poco avergonzado sonrió divertido guiñando su ojo.

—Que Lidya se joda, Alexander va en distinto camino, mi camino— respondió Magnus— ahora necesito una vestimenta nueva.

Merliot le señaló un armario mientras el daba órdenes a un mozo que acababa de llegar.

—Lo traje por Simón, es nuevo y no sé cómo trabaja, aunque lo veo medio torpe, pero bueno él no está y tú eres su suplente.

Magnus le agradeció y se metió al armario sacando la vestimenta manchada de Alec, no pudo evitar oler para ver si había rastros del ojiazul pero ya no había tanto rastro de su esencia, se colocó la nueva vestimenta y sintió un apretón en su pecho que casi lo dejó sin aire.

—Magnus debes volver a trabajar.

Acomodó su máscara y salió del lugar, acomodó su vestimenta, cual quedaba un poco apretada y trató de demostrar que no estaba doliendo su pecho, pero era difícil no hacer algunas muecas de incomodidad. Merliot le pasó una bandeja con platos con comida para llevar, pero noto sus muecas.

— ¿Sucede algo?

Negó sin poder hablar, respirando hondo, llevando su mano en su pecho.

—Solo un apretón en el pecho, como si quisieran abrir el pecho.

Merliot le dio la bandeja negando con una sonrisa.

—El animal de Alexander te está llamando— dijo Merliot—me ha sucedido, ahora ve mi lady Isabelle está esperando comer y tú te estás retrasando.

El moreno asintió y salió por la puerta mirando hacia donde estaba Alec, quién le estaba mirando, se dedicaron una sonrisa cómplice y el caminó hasta la mesa donde Isabelle y sus amigos que parecían ya haber agarrado confianza con los Lightwood y estaban divirtiéndose, dejó cada plato en la mesa y después se alejó, no podía mantener una conversación sabiendo que era un mozo de la fiesta, Lidya sabría que era él y ya había visto mucho en la noche para sacar conclusiones sola.

Volvió a entrar a la cocina viendo como Merliot estaba preparando los postres, los demás mozos habían salido cuando él había entrado y ahora estaban ellos dos solos.

—Me dijo Simón que ese tipo Raphael es tu amigo ¿Qué intensión tiene con él?

Magnus se acercó a ayudarle, quién el chico le agradeció.

—No lo sé, Raphael piensa por sí solo, y hace sus movimientos sin que nadie sepa— respondió Magnus— pero lo que sé es que jamás le haría daño ¿Y tú qué intensión tienes con la hermana de Alec?

Merliot se comenzó a sonrojar, y solo negó tratando de que su reacción no se demostrará, pero había sido tarde Magnus ya le había visto.

—No sé de qué estás hablando.

—Si tú lo dices.

Los dos siguieron en silencio por un minuto sirviendo postres en compoteras pequeñas.

— ¿Y tú con mi jefe Alexander?

El moreno sonrió y movió su cuchara apuntando a Merliot.

—Quiero hacerlo feliz, besar su labio y ser su pareja, compartir sus días a su lado, tocar su piel y pasear junto a él, decirle lo especial que es para mí, porque nosotros estamos destinados.

La puerta se abrió con un portazo, y Lidya estaba en ella, sus ojos mostraban rabia y sus labios estaban tan apretados que él y Merliot se tensaron.

— ¡¿Quién te crees tú bastardo en venir aquí y querer quitarme a mi marido?!

—Y-Yo...

La rubia agarró un cuchillo y le apuntó.

—Te advierto que te vayas y nunca te acerques a Alec porque él es mío y tú no sabes con quién te has metido— musitó la chica— te mataré.

La gente comenzó a arrimarse como chusma de la situación y cuando Alexander llegó al lugar Magnus hizo un puchero y se convirtió en su animal para correr fuera del salón. Odiaba esto, odiaba no estar con Alec y siempre esa chica se iba entrometer en su amor.

Destinado. •Malec•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora