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Alec.

Caminó delante de Magnus, a quien no le había costado nada reconocer disfrazado de mozo, hacia los baños, estaba feliz de haber hecho eso y que nadie se diera cuenta de la situación que él había hecho, ahora tendría un poco de tiempo para estar con su moreno, un poco más y poder distraerse de esa falsa fiesta de compromiso. Cuando entró al baño, se dio cuenta que no era una de esos baños grandes divididos para que muchos hombres estuvieran en el mismo lugar, sino que era un baño individual, le dio permiso para que pasará primero Magnus y después lo hizo el, cerrando la puerta detrás, Magnus se sacó la máscara sonriendo mientras se sentaba en la tapa del inodoro con una sonrisa nerviosa.

—Buen truco, ahora espero que Merliot no me mate— dijo Magnus.

Alec se quedó apoyado en la puerta sacando también su máscara y su chaqueta, la bebida estaba comenzando a atravesar su camisa, y sus pantalones, pero llevaba una sonrisa en su cara.

—Merliot no te hará nada, pero yo tendré un gran problema por esta situación, la bebida volcada en mi ropa.

Vio cómo Magnus le dedicaba una sonrisa coqueta y se encorvo un poco hacia adelante.

—Y ahora estamos los dos solos aquí.

El moreno se levantó de su lugar y se acercó hasta él, Alec sonrió avergonzado por tanta cercanía, pero era mucho mejor estar con Magnus que hacía que todo fuera mejor.

—Gatito astuto— contestó Alec riendo.

Magnus no demoró ni un segundo y se le tiró a sus labios, Alec lo recibió encantado jugando con sus dedos en la cadera del moreno y meter sus manos bajo su remera, la primera vez que había hecho eso con Magnus había sido por lo que ocurrió en su habitación con Lidya, pero ahora no se sentiría culpable ya que lo estaba haciendo porque él quería. Dejó de besar sus labios y bajó a su cuello donde comenzó a susurrar lo lindo que era el moreno. La puerta fue golpeada sobresaltado a ambos, Magnus se fue hacia atrás mientras Alec se limpiaba los labios y se acomodaba, abrió un poco la puerta encontrándose a Lidya en la puerta.

— ¿Por qué tardas tanto con ese mozo ahí dentro?

Alec miró hacia atrás viendo como Magnus se colocaba la máscara y se acomodaba entrando en pánico, volvió la mirada a la rubia.

—Estamos viendo que hacer, mi ropa está manchada y no traje ropa.

Está se cruzó de brazos y una mirada cada vez más molesta.

—Dile al mozo que te dé su ropa y te quiero afuera en diez minutos o vengo a sacarte.

Alec asintió y volvió a cerrar la puerta suspirando, no quería ni imaginarse que hubiese pasado si la chica hubiera escuchado lo que estaban haciendo allá adentro. Sonrió cuando vio a Magnus acercarse de nuevo hacia él.

—Ya escuchaste a tu prometida, vamos a cambiarnos gatito— sonrió Magnus— yo sacaré tu ropa.

El moreno comenzó con sacarle la chaqueta dejándola caer al piso, y dedicarse a ir desprendiendo los botones de su camisa, Alec lo tomó del mentón y le dejo un beso en sus labios, el momento parecía tan íntimo aunque estuvieran así por una orden de Lidya.

— ¿Qué son esas cicatrices?

El ojiazul sonrió un poco triste por aquellos momentos.

—Peleas de animales en la escuela, Jace e Izzy al ser animales superiores salían a defenderme, pero no me salvaba de las heridas.

El moreno dejó un beso en cada marca que hizo que Alec se erizará por aquel cariño, nunca se había acomplejado de sus marcas, y siempre estaba mirando o tocando cada cicatriz, pero sentir que alguien más lo hacía era extraño como lo sentía.

Magnus volvió a separarse.

—Si sigo así gatito Lidya vendrá en cualquier momento y nos vera.

Con la ayuda de los dos la camisa fue sacada y cayó al suelo, en su abdomen aún podía sentirse la humedad de la bebida volcada; las manos de Magnus bajaron al pantalón donde la experiencia le ayudo a desabrochar sin problema, Alec estaba disfrutando todo aquello.

—Ni te imaginas todo lo que me gustaría hacerte pero ahora no podemos— agregó Magnus.

Los dos sonrieron, el pantalón quedó desprendido, sosteniendo en sus caderas. Alec hizo un movimiento que dejó esta vez a Magnus del lado de la puerta para comenzar a desabrochar la camisa atacando los labios del moreno, escuchó un pequeño gemido por parte del chico y Alec se excito más, la camisa fue sacada y el pantalón fue desabrochado con dedos torpes, se separó de los labios y miró al chico moreno con la respiración agitada, sentía sus bóxer apretados.

La puerta fue golpeada y Magnus se sobresaltó, agarró la camisa manchada del ojiazul para comenzar a colocarla en su cuerpo y Alec suspiró, trató de normalizarse, sus labios debían estar hinchados y ahora Lidya debía estar afuera.

—Alexander.

Y era ella, Alec abrió la puerta sorprendido cuando la chica entró, el lugar era muy pequeño para tres.

— ¿Por qué aún no están cambiados?

El ojiazul trató de tapar sus labios.

—El mozo tiene vergüenza de sacarse el pantalón— respondió Alec.

La chica miró al moreno molesta.

— ¡Saca ese maldito pantalón ya o haré tu vida imposible maldito mozo de pacotilla!

Alec quedó embobado por segundo a ver aquel bóxer diminuto, apretado y colorido de Magnus, pero duro segundo porque Lidya lo miraba mientras se sacaba sus pantalones y se colocaba el otro, vistiendo toda ropa ya no sucia encima, para después ser arrastrado hacia afuera. No vio a Magnus por algunas horas donde apareció con un uniforme nuevo y una sonrisa en su cara, un secreto que guardaban ambos.

Destinado. •Malec•Where stories live. Discover now