16 | Oportunidades.

14.8K 747 38
                                    

Anna:

Alex seguía reteniendo a la empleada, quién parecía muy entretenida con la conversación. Realmente es un experto en eso, lástima que yo conozca todos sus trucos.

Estaba terminando de acomodar los demás libros para que nadie notara la diferencia. El mío estaba mucho más cerca de la ventana, ahora sería mucho más fácil que llamara la atención de los clientes.

— ¡¿Qué estás haciendo con mi novia, imbécil?! —un grito me sacó de lo que estaba haciendo, me giré para ver que sucedía cuando vi a un hombre bastante grande y tatuado golpear a Alex con tanta fuerza que lo tiró al piso.

— ¡Alex! —grité instintivamente, sin pensarlo corrí rápidamente hasta arrodillarme a su lado, su labio sangraba, él intentaba levantarse aunque por su cara podía ver lo dolorido que estaba—. ¿Estás bien? —pregunté preocupada mientras lo ayudaba a levantarse.

—Voy a romperte todos los huesos, hijo de puta —exclamó el chico tatuado, ya no pude escuchar más. Me acerqué hasta él enfrentándolo.

—No vas a golpear a nadie ya que si lo haces también te vas a tener que meter conmigo —exclamé amenazante. Estaba realmente enojada, ¿Cómo puede haber personas que vayan pegándoles a otras sin saber las razones?

— ¡Ese tipo estaba coqueteando con mi novia y tú no vas a decirme que tengo que hacer con él! —intentó pasar por mi lado pero lo detuve volviendo a ponerlo en su lugar con un empujón.

La violencia es algo que jamás toleré, sí aunque no lo crean no me gusta la violencia, solo lo utilizo cuando sea necesario como por ejemplo; cuando quieran robarme, violarme o maltratarme, etc. Lo siento, veo mucha televisión...

No la utilizo para solucionar los problemas lastimando a otros, ese es uno de mis grandes problemas con Alex porque de hecho, él es ese tipo de personas pero ahora ese no es el caso.

—Ese tipo es mi novio y no vas a tocarlo ¿Por qué mejor no vas a reclamarle a tu noviecita? Ya que hasta donde yo vi estaba siendo demasiado... —No sabía que palabra usar para no herir su susceptibilidad—. Amable para tratarse de una empleada que solo quiere atender a un cliente —tenía que defenderlo después de todo Alex se ganó ese golpe por ayudarme. A pesar de que debería sentirme un poco satisfecha con su sufrimiento pero como ya dije no me gustan las injusticias y esto no se lo merecía.

— ¡Miriam! ¡¿Es verdad lo que está diciendo?! ¡¿Estabas coqueándole a este tipo?! —gritó el tipo. Bueno, parece que Miriam tiene un novio muy celoso y un tanto posesivo.

—Claro que no ¿Cómo se te ocurre creerle más a una desconocida que a mí? —no puede ser, que mentirosa, que acepte que ella también puso de su parte. Unas manos rodearon mi cintura.

—Vamos, Anna. Salgamos de acá —susurró en mi oído para después dejar un beso allí.

...

Terminé de envolver algunos hielos en una servilleta. Estábamos en el departamento de Alex, después de todo lo que pasó pensé que lo mejor sería que volviera a su casa y descansara un poco, honestamente me sentía un poco culpable por todo lo que pasó.

Me acerqué hasta donde se encontraba, estaba sentado en el sillón con la cabeza hacia atrás. Me senté a su lado con cuidado.

—Toma, esto va a ser que no se te hinche tanto la cara —expliqué mientras le ofrecía el hielo. Lo tomó y se lo puso en la boca. Un escalofríos me recorrió el cuerpo, hasta golpeado se veía sexy ¿Por qué tenía que ser tan idiota?

—Siempre que quiero ayudarte alguien termina golpeándome —una risa se me escapó. La verdad que tiene un poquito de razón, soy como un imán de problemas cuando estoy al lado suyo—. No es divertido, Anna —murmuró divertido.

Mi Regalo De BienvenidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora