41 | Presentaciones.

12.6K 644 46
                                    

Alexander:

— ¿Así qué arreglaron las cosas? —curioseó Chase.

—Yo diría que restablecimos algunos puntos —contesté firmando algunos documentos.

—Me sorprendes, realmente parecía estar muy enojada como para aceptar a restablecer puntos —comentó haciendo énfasis en lo último mientras se sentaba en el sillón frente a mí.

—No fue nada fácil, es tan testaruda que prácticamente tuve que ponerle una silla junto a mí y traerla a trabajar a mi oficina —expliqué frustrado.

— ¿Qué esperabas? Es el precio de tu estupidez, hay mujeres con las que es mejor no se juega, Alex —enfatizó divertido jugando con un lapicero entre sus dedos.

—Créeme, lo estoy pagando. Esta tarde debemos reunirnos con la persona que organizará nuestra boda, nuestras mamás recapacitaron en el hecho de que no podrán organizar el evento ellas solas y decidieron hablar con una organizadora —expliqué con una mueca.

Hablar de mi futura vida con Anna aun me chocaba. Nuestra relación se basó en constantes avances y retrocesos que hicieron que aún no me acostumbre a nada de ella.

Sabía que lo que ella me estaba exigiendo sería difícil de cumplir, hace ya varios años que estoy a cargo de esta empresa y siempre lo hice muy bien estando solo. No estoy acostumbrado a darle explicaciones a alguien y de repente viene una chica llena de todos esos sentimientos horribles que tiene hacia mí, a cuestionar cada paso que doy en este lugar y como si fuera poco ahora también quería compartir conmigo algunas decisiones.

Lo único bueno de todo lo que paso es que quiso atrasar un mes más la boda, a pesar de que a nuestras familias no les gustó mucho la idea terminaron entendiendo que los próximos 3 meses serían cruciales para la revista y era importante que estuviéramos enfocados en solo eso, después de todo incluso casar a sus hijos forma parte del plan de devolverle a BellaDonna el lugar que merece.

—Esta noche hay un after en el bar de enfrente, supongo que iremos ¿No? —preguntó entusiasmado.

—Claro, necesito relajarme —contesté respondiendo algunos correos.

...

Mis pasos eran lo único que se escuchaba, algo que suele pasar cuando ando por el sector del personal. De repente alguien me empujó dentro de una habitación.

—Marie —suspiré cansado al verla—. ¿Qué estás haciendo? Alguien nos puede ver —recordé alarmándome.

—Es que no supe nada de ti en todo el fin de semana, estaba muy preocupada —contestó acercándose a mí.

—Estaba ocupado, Marie. Creí que ya lo habíamos hablado, ahora más que nunca tengo que ser cuidadoso —expliqué girándome hacia la puerta.

— ¡Por favor, Alex! Lo nuestro siempre fue un secreto y no tengo intenciones de que salga a la luz, pero es que te extrañaba, quería verte al menos por unos minutos —comentó con una cara pícara.

Sus manos acariciaron mi cuello y una de ellas bajó hasta los botones de mi camisa. Empezaba a sentir calor cuando sus labios tocaron los míos. Hacía tiempo que no la tenía en mi cama, desde que empezaron mis problemas con Anna específicamente.

— ¿También me extrañaste? —murmuró entre besos.

—Extraño lo que hacemos —aclaré para que no pensara otra cosa, rápidamente me alejé de ella en el momento en que la puerta se abrió. La mirada confundida de Anna se posó en mí. Mierda, está es su oficina—. Marie vas a tener que hablar con Anna después porque ahora está ocupada conmigo —dije intentando salvar la situación. Marie me miró con satisfacción en sus ojos, lo que me enojó aún más todavía, ella sabía perfectamente donde me había metido y otra vez quería jugar con fuego. Salió por la puerta sin decir nada—. Anna, sé lo que estás pensando —comenté acercándome a ella.

Mi Regalo De BienvenidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora