22 | Negocios.

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Alexander:

—Así que mi amigo se va a casar —comentó Chase sonriente mientras tomaba un trago de su cerveza—. ¿Quién lo diría? —exclamó burlón.

—No molestes más con ese tema —contesté dándole una calada a mi cigarrillo, nos encontrábamos en el bar de siempre como todos los viernes por la noche.

—No puedes negar que tampoco es tan malo, puedes sacar algún provecho a todo esto, como divertirte un poquito con ella —exclamó pensativo, ese comentario me molestó mucho pero tenía que disimularlo.

—No digas estupideces, Anna no me soporta y me quiere lo más lejos posible de ella —murmuré un poco molesto.

— ¿Desde cuándo eso te impide algo? No será que temes que te rechace —comentó divertido. Qué ridiculez, nadie me rechaza a mí.

—Ninguna mujer me dice que no, pero sabes perfectamente que este no es el caso —tomé un trago de mi cerveza—. Anna no es ese tipo de chicas con las que solo pasas de una noche y ya está, no es una zorra. Tú mismo lo dijiste, se ve que busca otra cosa y sabes que yo solo me meto con mujeres que quieren lo mismo que yo, además es la hija de los Sabbatello y no puedo meterme con ella, ella es mi garantía para que mi padre no me quite lo que es mío —expliqué enojado, sigo sin entender porque mi padre me está haciendo pasar por todo esto.

—Te entiendo, Alex pero es que te estás perdiendo de todo un bombón —murmuró con una sonrisa socarrona, no le contesté ya que si lo hacía seguramente lo iba a maldecir y lo menos que quiero es que comience a pensar cosas erróneas.

Un mensaje llegó a mi celular, se trataba de Marie.

"Alex tenemos que hablar, estoy muy arrepentida de todo lo que te dije ~Marie~"

—Siempre es lo mismo —murmuré en voz alta.

—Es Marie ¿No? —asentí— No entiendo porque sigues perdiendo tiempo con ella, si yo estaría en tu lugar ya la hubiese mandado a la mierda. Amigo, es obvio que ella está esperando eso que tú no piensas darle —explicó Chase. Es la verdad, Marie está esperando algo que NO pienso darle.

—Yo nunca le prometí nada, no sé de dónde saca tantas exigencias —exclamé observando un punto fijo en la pared.

—Las mujeres no necesitan que las promesas salgan de tu boca, ellas se las imaginan solas —comentó terminando de tomar el último trago de su cerveza mientras yo le daba otra calada de mi cigarrillo para finalmente apagarlo.

—Mejor me voy a mi casa, estoy algo cansado —dije levantándome de la mesa.

— ¿Qué? Pero hoy hay una fiesta muy buena, pensé que querías ir —replicó mirándome fijamente.

—No tengo ganas de fiestas esta vez, prefiero no salir mucho ahora que la prensa sabe todo. Sabes que ellos son expertos en encontrarme y no les voy a dar el gusto de tener un chisme para la primera plana de los periódicos y noticias —exclamé dejando unos billetes sobre la mesa, luego me despedí de Chase y salí del lugar. Me subí a mi auto cuando justo en ese momento mi celular sonó, contesté al ver el nombre en la pantalla. ¿Qué querrá papá ahora?

Papá, te aviso que estoy volviendo a casa, hoy no pienso hacer ninguna "locura" que pueda poner en peligro tu amistad con los Sabbatello si eso es lo que te preocupa —exclamé apenas contesté.

—Alexander no te llamaba para eso, igualmente me alegro que hayas tomado una decisión responsable —dijo con orgullo.

— ¿Qué quieres entonces? —pregunté colocando en marcha el auto.

Mi Regalo De BienvenidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora