17 | Gran Noticia.

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Anna:

Después de la sesión de fotos regresé a mi oficina y trabajé durante un rato, en eso Nora me mandó un e-mail donde me pedía que le llevara unos documentos.

Salí de mi oficina dirigiéndome a la de ella. Al llegar frente a su puerta, toqué la puerta suavemente para luego entrar sin esperar respuesta, me acerqué a su escritorio colocando los documentos enfrente a Nora. Ella levantó la mirada mientras me regalaba una sonrisa.

¿No les pasa que con su mejor amiga no necesitan hablar para entender qué les quiere decir? Eso es justo lo que está pasando ahora.

De un momento a otro comenzó a sonar un timbre de algún sitio del vestíbulo.

—Es la hora del almuerzo —comentó Nora al notar mi confusión—. Ese timbre indica cuando comienza nuestra hora de descanso, tenemos solo 20 minutos así que vamos aprovecharlos —exclamó levantándose de su silla para después tomar su bolso y arrastrarme fuera del edificio.

Fuimos a una cafetería que quedaba en la esquina, había una multitud de gente comiendo y charlando sin parar, todos parecían concentrados en sus cosas.

—Tengo que presentarte a mis amigas —comentó entusiasmada Nora mientras me arrastraba entre las mesas—. Son las mejores personas de este lugar, te van a caer muy bien —llegamos hasta una pequeña mesa que se encontraba en una de las esquinas del lugar, quedando al lado de la barra. En la mesa estaban sentadas Natalie y Lola quienes charlaban muy alegremente—. Chicas miren quien va a compartir la mesa con nosotras a partir de ahora —explicó Nora sonriente.

—Anna, qué bueno verte de nuevo —exclamó Natalie mientras yo me sentaba a su lado.

—Estoy tan emocionada de que estés con nosotras, Nora nos habló mucho de ti —chilló Lola mientras tomaba un trago de su jugo.

—Gracias a las dos —agradecí sonriente, en verdad me caen muy bien.

—Cuéntanos ¿Cómo va tu primer día de trabajo? —preguntó Natalie curiosa.

—En realidad, digamos que por ahora todo va bien —no quería contarles muchos detalles de lo que había pasado.

— ¿Chicas que van a pedir? —una joven bajita y castaña se acercó a nuestra mesa—. ¡Oh! Veo que tenemos una nueva integrante en el grupo —comentó la castaña sonriéndome.

—Anna te presento a nuestra amiga Celeste, ella trabaja en el bar, Celeste te presento a Anna, la hija de los Sabbatello que acaba de incorporarse a la empresa —dijo Nora presentándonos.

—Anna, qué bueno conocerte, había mucha expectativa sobre tu llevada —explicó Celeste, ¿Por qué todos me dicen lo mismo?

—Grac... —

— ¿Qué hacen las mujeres más lindas de todo el lugar? —un joven alto y muy lindo se acercó a nosotras que al percatarse de mi presencia me observó con asombro—. ¿Tú eres Anna? —asentí—. No lo puedo creer, pero si eres más linda de lo que se rumorea por estos lados —exclamó acomodándose a mi lado.

—Anna, él es mi hermano Simón, trabaja como fotógrafo para la revista —comentó Natalie. La verdad es que a pesar de ser nueva estas personas me hacen sentir muy cómoda, es lindo encontrar un grupo que enseguida te integre.

—Yo voy a prepararle la comida al Sr. Alexander, ya vuelvo para tomarles su pedido —dijo Celeste yéndose a la cocina rápidamente.

—Alex, qué papacito tan lindo, lástima que le gusten tanto las mujeres —murmuró atontado Simón lo cual hizo que lo observara automáticamente—. Sí, Anita Bonita, soy gay y a mucha honra, además con lo bueno que está ese hombre hasta los heteros se acostarían con él —finalizó acompañando un suspiro enamorado.

 —Es que no puede ser tan perfecto —exclamó Lola apoyándose sobre de la mesa. Si lo conocieran en verdad se darían cuenta de que ni tan perfecto es—. Es el sueño de cualquier chica hecho realidad, hay veces que me pregunto quién será la afortunada que lograra meterse en su corazón —finalizó Lola soltando un suspiro pesado.

¡Ja! ¿Ganarse su corazón? Para eso primero debería tener uno.

— ¡Ay! Que romántica, Lola, estás siendo muy pretenciosa, esa clase de hombres solo quieren una cosa, sexo y parece ser muy bueno en eso ¿Le vieron esos brazos? —preguntó sorprendida Natalie.

—Dicen que tiene tremendo tatuaje en uno de ellos. Por favor, me encantan los hombres así, los hace ver malos, amo los chicos malos —Simón se empezaba a emocionar como una adolescente hormonada mientras yo solo quería rodar los ojos. ¿Ama a los chicos malos? Típico—. ¿Tú qué opinas, Anna? Lo debes ver más seguido que nosotras ya que sus familias son socias —preguntó Simón repentinamente.

¿Qué se supone que deba decirles? ¿Debo mencionar la parte en la que me hizo la vida imposible y por eso ahora le hago la vida imposible a él o voy directamente al hecho de que voy a casarme con él porque nuestros padres se volvieron locos? No, mejor no digo ninguna de las dos.

—Eh... yo... yo creo que... —balbuceé mientras buscaba algo que decir que los dejara conformes, solo que no se me ocurría nada en por lo que levanté la vista al televisor buscando alguna cosa para cambiar de conversación—. ¿Qué? —al ver aquella noticia el aire no lograba entrar a mis pulmones.

El rostro de Alex junto a la mía lucía una flamante sonrisa bajo el título de 'se ha formado una pareja'. Todos se dieron cuenta de mi expresión por lo que enseguida siguieron mi mirada hasta donde se concentraba mi atención.

>...Los herederos de la revista más importante del país están viviendo un intenso romance. Alexander Gabbana, el hombre más deseado del momento ha encontrado el amor de la mano de la joven escritora-modelo Anna Sabbatello, quien hace apenas una semana volvió al país y según fuentes cercanas la pareja estará dispuesta a dar un paso todavía más importante...< comentó la periodista en la televisión, entonces ya no pude seguir escuchando ese estúpido programa de chismes, solo quería irme a mi casa y olvidarme de toda esta situación.

— ¿Es verdad lo que dicen en la televisión, Anna? —la voz tímida de Lola fue todo lo que se escuchó en la cafetería. Sin pensarlo me levanté del asiento saliendo rápidamente de ese lugar, necesitaba encontrar a Alex y preguntarle sobre todo esto.

Subí al último piso con toda la prisa que pude sin mirar a nadie, el enojo que sentía no era normal, ¿Cómo pudieron haberlo hecho público sin decirme nada?

Giré en el  pasillo que conducía hacia la oficina de Alexander, caminé lo más rápido que pude llegando a la puerta principal, toqué un par de veces y sin esperar respuesta entré.

—Alex, tenemos que hablar —exclamé adentrándome a su oficina, me quedé muda al ver la escena que estaba viendo.

¿Qué demonios ocurrió aquí?

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¿Qué habrá hecho Alexander? ¿Qué problemas podrá desatar esta noticia? ¿Acaso Alexander divulgó la noticia sin el consentimiento de Anna? Comenta que crees.

¡Me ayudarías mucho si me apoyaras en mi página de Litnet, me encontrarás como Alexandra o buscando esta misma historia!

Gracias por leer, ¡Besos!




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[EDITADO]

Mi Regalo De BienvenidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora