33 | Baile.

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Alexander:

—Será un placer escucharlo, señor —contesté arreglando mi corbata y mi saco. Qué día de mierda.

Finalmente nos sentamos a hablar en mi oficina pero por más que intentaba concentrarme, solo podía pensar en la discusión que había tenido con Anna. Sé que desde que llegó hemos tenido muchas discusiones pero siento que en esta se había roto algo, es decir, ella siempre tiene algo que responder, alguna contestación con cual golpearme pero esta vez no fue así, esta vez fui yo quien la golpeó a ella.

—Cuéntame ¿Cómo van los preparativos para la boda? —curioseó tronándose los nudillos, solté un suspiro antes de contestar. La verdad era de lo último que esperaba hablar hoy.

...

Alessio se fue de mi oficina, luego de estar hablando con él por tres horas. El Sr. Lombardi era como de la familia, él me tiene un gran aprecio, igual que yo a él porque siempre que puede apuesta por nuestra empresa pero puede ser muy intenso cuando quiere. Él siempre me quiso cómo un hijo y me insistía para que me casara, básicamente lo mismo que mi papá.

Me serví un vaso de whisky y me recosté en el sillón, necesitaba unos minutos para despejar mi mente. Había sido una mañana verdaderamente abrumadora.

Chase entró sin tocar la puerta, con unas carpetas bajo su brazo.

—Te preparé lo que me pediste —comentó sentándose a mi lado.

—Ni siquiera recuerdo lo que te pedí —expliqué tomando un trago de mi vaso.

—Sé que te peleaste con Anna —exclamó observándome acusadoramente.

— ¿Cómo lo sabes? —pregunté confundido.

—No fueron muy silenciosos que digamos —contestó con  una sonrisa burlona, rápidamente me observó receloso—. ¿Qué le hiciste, Alex? Se veía realmente muy mal cuando se fue —recalcó enojado, lo miré sin entender. Ahora resulta que soy un monstruo para todo el mundo.

—Solo tuvimos una discusión —contesté sin detalles, él me miró sin pestañear, seguramente estaba esperando que le contará algo más. Tomé otro trago—. Me llegaron unas fotos de ella con Miller, me enojé y la ofendí, en conclusión eso es todo —expliqué tratando de sonar indiferente.

—La trataste de zorra —lo miré ofendido—. No me mires como si estuviera equivocado, Alex. Siempre piensas eso de todas las mujeres que te decepcionan —explicó apuntándome con el dedo índice.

— ¿Crees que ella me decepcionó? —pregunté esperando alguna de sus ridículas interpretaciones.

—Sí, creo que te decepcionó porque en el fondo siempre creíste que era demasiada mujer para un tipo como tú, demasiada mujer para una noche. La habías clasificado en el grupo de mujeres que "no te interesan" —contestó.

—No es ninguna novedad lo que me estás contando, eso mismo fue lo que dije una vez, siempre sostuve que era una mojigata —exclamé terminando de tomarme el vaso.

—Lo que sí es novedad es que te gustaba que ella fuera de esas chicas y te gustaba la idea de que ella sea tu chica aunque sea todo mentira, te estabas acostumbrado a lidiar con la chica difícil, con la chica que sabías que nunca podrías tener en tu cama porque jamás lo permitiría y te decepcionó verla con otro. Entonces quisiste decepcionarla tú a ella —explicó. Sus palabras me dejaron helado, cuando vi esas fotos solo podía pensar en cuánto odiaba a Miller y en las ganas tan intensas que tenía de terminar con todo lo que me unía a ella.

Mi Regalo De BienvenidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora