35 | Oferta.

11.3K 653 44
                                    

Alexander:

 Todo se llenó de aplausos, sobre todo de los empleados que la querían mucho por lo que podía ver. En verdad espero que esto funcione.

Bajé del escenario para acercarme a ella, la mirada de todos estaba en ambos. Su sonrisa incómoda se ensanchó aún más cuando me detuve frente a ella, lentamente se acercó a mí dejándome un frío beso sobre mis labios.

Todos los invitados aplaudieron aún más, yo no sabía qué hacer. La atención de todo el salón se dispersó lentamente, cuando nadie nos observó Anna caminó hacia la salida como si yo no existiera, rápidamente la seguí por unos cuantos pasillo hasta que al fin logré detenerla.

— ¿No vas a decirme nada? —pregunté—. Te acabo de dar un puesto en el proyecto más ambicioso de mi carrera mientras te reconocía delante de todos —expliqué frustrado acomodando mi cabello.

— ¿Acaso yo te lo pedí? —preguntó cruzada de brazos. ¿Qué? Debería estar feliz y agradecida por el puesto que le di, ya no tendría que estar al mando de Marie y podría hacer lo que quisiera con la próxima revista.

—Anna... —

—Armaste todo esto solo para que me quedara y aceptará seguir con el plan —acusó enojada—. Te conozco muy bien y sé que no lo hiciste porque creyeras en mí sino porque te convenía, lo más triste de todo es que nunca llegaste a conocerme —finalizó pasando por mi lado, la detuve tomándola del brazo.

— ¿No querías un lugar en la empresa? ¿No querías ser escuchada? ¡Te estoy dando tu propio proyecto! ¡Y sí, lo hice para te quedarás y aceptaras seguir con esto, pero sobre todo lo hice para que veas que cumplo con mi palabra! ¡Tú condición para que nos casemos era darte parte de las acciones que te correspondían, esto es para que veas que mi intención no es apartarte! —espeté harto de su comportamiento tan frío e indiferente.

—Es que no me interesa nada de esto, Alexander, absolutamente nada. No me interesan las acciones, ni que me reconozcan ni nada. No quiero saber más de ti, y no porque esté molesta como siempre creíste, hace tiempo que no espero nada bueno de tu parte, ya no me enoja lo que me digas ni lo que hagas, ya ni siquiera tienes el poder para eso —aclaró enojada para luego irse, dejándome parado otra vez como un idiota. 

Ya nada de esto le importa, ya no le importo.

...

Estaba acabado, completamente acabado. Habían pasado varios días y todo seguía igual. No había vuelto a hablar con Anna, ni siquiera sé si quería hablar conmigo después de lo que pasó.

Había intentado por primera vez en mi vida seguir los planes que mi papá tenía para mi y todo se cayó a pedazos en tan sólo un mes de haber comenzado. 

Estaba tan molesto con ella, conmigo, con nosotros y nuestra incansable costumbre de chocar en todo. Sabía que ella aún no había hablado con sus padres porque de ser así los míos me lo habrían hecho saber y no de la mejor manera posible.

Me sentía un imbécil, mejor dicho, era un imbécil por haberlo arruinado. Por primera vez en mi vida me sentía responsable de haber arruinado todo, básicamente de haber arruinado mi vida.

—Dame otro —le dije al Barman. Sí, estaba en un bar tomando whisky, buscando emborracharme para olvidarme de todos los problemas que me rodean. Otro vaso apareció ante mis ojos, lo tragué de una sola vez y pedí otro.

— ¿Mujeres? —preguntó burlón el barman.

—Es más que eso —contesté suspirando—. Aunque hay una pero no es como todas —las palabras tardaban en salir de mi boca—. Ella siempre, siempre me dice que no a todo. N-No importa lo que sea ni lo que le ofrezca —contesté como pude, para luego tomar otro trago.

Recordé la noche en que volví a verla, donde todo comenzó. Era distinta a Taponcito en todos los aspectos, me miraba diferente aunque sus ojos fueran los mismos, los ojos más lindos que había visto, eso fue lo primero que pensé cuando la vi, pero también la mujer más irritante de todas las que habían pasado por mi vida.

Aunque todo eso qué más daba si de todas maneras no iba a quedarse, en realidad ninguna se quedaba, siempre lograba que se fueran para volver a estar solo. Ella fue a la única que le pedí que se quedara, pero aun así no lo hizo y no importaba que le diera a cambio.

Regresé a tierra cuando una sonriente morena se sentó a mi lado. Tenía el cabello como Anna, tenía ojos turquesa como Anna, pero no era Anna porque ella ya no estaba en mi vida.

____________________

¡Hola! Si te está gustando la historia, no olvides demostrarlo con una estrellita.

¡Me ayudarías mucho si me apoyaras en mi página de Litnet, me encontrarás como Alexandra o buscando esta misma historia!

Gracias por leer, ¡Besos!


¡Por favor, si ven algún error ortográfico avísenme para poder corregirlo!

[EDITADO]




Mi Regalo De BienvenidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora