Cap 11: "Marcar territorio"

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—¿Orinar vidrios ó navajas?— pregunta Mia haciendo una extraña encuesta.

—Paso —dice José, el tipo que acompañaba a Ana. Estábamos sentados en una mesa mas grande. El ambiente era tan tenso luego de que le robe un beso a Ana frente a todo del restaurante. Ella se veía nerviosa, Kate tenía una expresión de sorpresa y la de José era inexplicable.

<<Esta molesto porque le robaste la oportunidad de echar un palo con Ana>>

Obviamente no lo iba a permitir, le dejaría en claro a Ana que no debía de aceptar invitaciones ni salidas con tipos del sexo opuesto.

—Dejemos la puta tensión y respondan ¿Desde cuando Ana y tú están saliendo?— pregunta Kate con la expresión de culo característica de ella.

Ana se tensa, voltea a verme y yo aprieto levemente su muslo bajo el encantador vestido floreado que lleva puesto. Así es, tengo la mano bajo su vestido y eso enferma a José.

<<Es un punto para mí>>

—Hoy —respondo con simpleza.

—¿Hoy?— preguntan todos en unísmo. Incluida Ana que me mira con sorpresa.

—¿Tienen un problema con ello?— Kate frunce la nariz y gruñe.

—¿No es apresurado?— pregunta José. Ruedo los ojos.

—Yo digo que no... —finalmente Ana dice algo. Le sonrío con cinismo. —Si me disculpan —Ana se levanta —Tengo que ir al sanitario.

Y cuando ella desaparece por el pasillo siento la jodida necesidad de ir tras ella y preguntarle de donde conoce al famoso José y por que mierdas llevaba ese vestidito tan corto.

<<¡Oh vamos! No te comportaras como un enfermo posesivo>>

No son nada.

—Ustedes dos solo llevan tres días de conocerse —suelta Kate.

—¡Vaya que son rápidos!— ríe Elliot quitándole hierro al asunto.

—Mi querida Kate, te recuerdo que tu no sabías el nombre de mi hermano y aún así te acostaste con él tres veces...

—Touche —refunfuña y muerde una de sus uñas rojas.

—¿Saben que seria bueno? ¡Margaritas!— dice Mia animando el ambiente.

—¡Oye! —José mira a mi hermana entrecerrando los ojos —¡Tú eres la chica del anuncio de condones!.

Le dedico una mirada fulminante a él y Mia hace una linea recta con sus labios.

—Ire con Mia a traer las margaritas— dice Kate poniéndose de pie y jala a mi hermana del brazo yendo directo a la barra.

Elliot habla con José acerca de no sé que mierdas y decido excusarme para ir donde esta Ana. Tengo curiosidad por saber ¿Porqué salio con ese tipo? Ella es de esas chicas que prefieren quedarse en casa... ¡Joder!... Quiero tener una fusta en este momento, ponerla en mi regazo y dejar ese bonito trasero rojo.

Sin darme cuenta entro al baño de las mujeres, para mi sorpresa no hay nadie, solamente una Ana nerviosa lavándose las manos. Pongo el letrero de ocupado y me sitúo atrás de Ana como un predador detrás de un conejo. Ella da un respingo cuando tomo sus caderas y jalo en lóbulo de su oreja con mis dientes.

—Christian... —exclama conteniendo un suspiro.

—Mala chica —gruño apretando su culo — ¿Puedo saber por qué haz venido con ese sujeto?

—Kate y yo casi nunca vemos a José. Es nuestro amigo desde hace mucho —sus palabras hacia él no me gustan.

—¿Solo un amigo?— siseo y ella asiente —No me gusta que salgas con nadie. No comparto ni con tu más intimo amigo —mi voz se oye gruesa. Absorber su olor suave, femenino y tan delicado me pone al mil. Mi erección esta tal cual como un fierro. Dura y preparada para hundirse en el cuerpo de Ana —No me gusta este vestido — meto mis manos bajo la falda. Ella se estremece y sonrío sobre su cuello. —Es demasiado corto y los imbéciles ven lo que es mío — deslizo sus bragas y hurgo en su sexo. Se ha humedecido muy rápido. —Voy a demostrarte que eres mía Ana.

La empujo sobre el lavabo, ella se sostiene con las palmas de las manos sobre el lavabo. Subo su vestido dejando una maravillosa vista de su culo. Libero mi bestial erección ansiosa de su interior. Y sin esperar nada la penetro. Ana se arquea y chilla del placer con mis estocadas.

—¡Christian!— jadea guturalmente. Ella me mira a través del espejo. Sus orbes azules están dilatados y yo le doy una suave sonrisa maliciosa.

—¡Solo mía!— gruño embistiendola —¡Dilo!— le ordeno. Ella asiente y balbucea —¡Dilo Ana! ¡No te oigo!— sujeto su cabello y beso su cuello contenido.

—Soy... Tuya ... —chilla —Me... voy... a... —detengo las embestidas. Abandono su cuerpo y hago que se ponga de rodillas.

—Chupalo —ella asiente y empieza a hacer lo suyo con mi enorme miembro. No llevaba protección por lo tanto no iba a correr el riesgo de correrme en ella. Estoy a nada de correrme cuando ella se detiene. Frustrado, estoy por reclamarle pero ella me lanza una mirada pícara y suelta las palabras que me dejan congelado.

—Dí que eres mío —aprieta mi verga y me masturba con lentitud.

<<¡Te tiene jodido!>>

—Ana... —jadeo... no puedo... ¡MALDITA ARPÍA!— ¡ANA!

Ella sopla sobre mi miembro, me da un escalofrío tremendo y mi cuerpo solo quiere liberarse. Aguanto mi corrida cuando ella juega con la base pero se detiene viéndome a los ojos y me pide que diga que soy de ella.

Esta torturándome.

<<¡DILO ANTES QUE TERMINEMOS CON LAS PELOTAS AZULES!>>

—Eres mío Christian... Dilo —ordena.

No me contengo y lanzo un alarido —Soy tuyo —y de como un chiquillo precoz se tratara me corro en seguida dentro de su boca. Había sido tan malditamente intenso que creo que estoy mareado.

Ana está despeinada y puedo ver su sostén por la tela del vestido que se a movido. Respiro con brusquedad.

Soy de ella. ¿Qué mierdas hice?

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Ay, Ana demuestra quien es la que manda. Icónica, le gana a Christian en su propio juego 💁.

Gracias por apoyar esta historia y casi todo lo que escribo. Los quiero ❤.

Atte: Kathy 👑

La amante inocente del millonario Where stories live. Discover now