Cap 32: "Desahogo"

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«Apellido, Salmón como el pescado. Nombre, Susie. Tenia 14 años cuando me asesinaron. El 6 de diciembre de 1973...»**

—Haz visto esa pelicula como mil veces —oigo decir a Mia. Acababa de llegar finalmente, luego de una noche llena de investigación a casa con mi Ana.

—¿Y? Es una pelicula asombrosa que merece verse un millón de veces.

Las voces de Mia y Ana inundan todo, cuando ambas me ven mi querida futura esposa se levanta de un brinco con un gesto de preocupación pura. Mia sigue sentada en el sofá con el televisor encendido. Yoko reposa sobre el centro de la mesa mirandome como si el pequeño gallo entendiera que es lo que me preocupa.

<<La verdad es que todo me preocupa y lo que no me preocupaba antes me atormenta mucho ahora>>

—¿Qué paso con la biblioteca? ¿Lograron controlar el incendio? ¿Todo esta bien? ¿Quién fué?— Ana me bombardea con preguntas con la preocupación palpable en su tono de voz.

—Lograron controlar el fuego —le digo dejando mis cosas en un mueble —Hable con el capitán de la estación de bomberos.

—¿Cómo se ocasiono el fuego?

—Dicen que fué un corto circuito —noto su expresión de completa sorpresa, sin embargo no esta convencida.

—¿Un corto? ¿Estas seguro que solo fué un corto?— me pregunta con la mirada clavada en mis ojos.

<<Obviamente no iba a decirle a mi futura mujer que el puto incendio fue provocado>>

—Estoy cien por ciento seguro —le digo con total seriedad. Ella lanza una carcajada de gracia fingida en mi cara y se aparta el pelo como una actriz de telenovelas.

—¿Me creés tan estúpida como tú?— sisea apuntandome con su dedo indice —Llevo años visitando esa biblioteca y meses trabajando en ella. Así como repartidora tanto como dueña. Y ni tú y ni nadie me dira una mentira tan ridícula cómo esa. —sin darme cuenta Ana me tenia acorralado contra la pared.

<<Joder, siempre me mata de miedo verla enojada>>

—Ahora dime que cojones pasa ahí antes de que te arrebate las llaves del auto y yo misma vaya hasta allá —amenaza con claridad.

<<Señor, te pido que mis hijos no salgan con el temperamento de su demente madre. Amén>>

—Primero necesito que te calmes si quieres que te diga que fué lo que sucedio —le pido con un tono de voz natural. Aunque por dentro estoy aterrado.

—Si me vuelves a pedir que me calme te voy a moler las bolas a patadas y no bromeo. Si te quebre una pierna lo proximo que te voy a quebrar sera el cuello —masculla rechinando los dientes.

Asiento con las piernas gelatinosas y... ¿¡QUÉ DEMONIOS ME PASA!? EL QUE TIENE EL CONTROL, EL QUE ATEMORIZA, EL QUE MANDA SOY YO. ÚNICAMENTE YO. ¿Por qué estoy cómo un total miedoso ante una mujer que no mide más de un metro sesenta y cinco? YO NO LE TENGO MIEDO. SOY CHRISTIAN GREY. EL MALDITO AMO

—¡POR UN COMINO MUEVETE GREY!— chilla Ana y yo niego.

—Tú no me mandas, nadie lo hace —refuto defendiendo mi integridad. Lo proximo que siento es como Ana pellizca mi oreja y me lleva a rastras hasta la habitación. Lo último que escucho es la risa de Mia y como sostiene su celular grabando el momento. Ana me deja en medio de nuestra habitación y cuando menos lo espero ella se esta desvistiendo. ¿Tendremos sexo en un momento tan serio?

—Quitate la ropa —ordena.

<<¿Desde cuando te ordena a hacer esto?>>

—No creo... —ella me interrumpe.

—No te pedi que hablaras. Quitate la ropa —dice con expresión seria. Cómo un completo sumiso lo hago —Te voy a enseñar que cuando Anastasia Steele dice algo nadie debe de llevarle la contraria.

No se cómo explicar lo siguiente. Solo debo resumirlo en que debo de prohibirle a Ana que pasemos más tiempo del debido en el cuarto de juegos. Sé que su comportamiento es por mí, se que me imita y de hecho, el ser una dominante le queda perfecto. Además sabe que esta embarazada, que soy noble y que sabiendo su estado jamás atentaria sobre ella. La amo tanto que creo que esto es malditamente enfermizo.

—Lo siento —susurra cuando ha terminado de “abusar” de mí. —No queria obligarte —murmura con arrepentimiento.

—Descuida —beso su frente con cuidado —Estas estresada y debes desahogarte cada vez que puedas. No voy a culparte. —acaricio su espalda en un leve masaje que relaja un poco sus músculos.

—Te amo —sonrio. —Mucho más de lo que imaginas.

—Yo más cariño.

El silencio nos embiste de repente. Ella retuerce los dedos y suspira.

—¿Quién fué?

—No hay nada en las camaras. Pero yo sospecho de...

—Elena —asiento —¿Qué tantas perdidas?

—Todo el piso de abajo y parte de la bodega —ella cierra los ojos con fuerzas como si eso hubiese sido un puñetazo.

—Es una pesadilla.

—Luchare y hare lo imposible para que salgamos de ella —le sonrio. Dandole mi apoyo infinito. Siempre estare para ella.

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Adoro la manera en cómo el personaje de Ana puede llegar a ser lo opuesto de cómo la pintan en muchas historias. Ana es el empoderamiento, la vista rebelde y capaz que casi no muchos explotan de un personaje tan maravilloso como lo es ella.

Nos leemos luego.

Atte: Kathy 👑

** Esa es la frase inicial del libro “The Lovely bones”  mejor conocido cómo “Desde mi cielo” adaptada al cine en el año 2009.

La amante inocente del millonario Where stories live. Discover now