3. Empujar y jalar

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—¿Puedes conducir? Tal vez debería tomar el volante. —Baekhyun dijo cuando llegaron hasta el BMW de Chanyeol.

Chanyeol se detuvo brevemente para evaluar el dolor en su brazo, entonces le lanzó sus llaves a Baekhyun. Este le ayudó a entrar por el lado del copiloto con cuidado, tratando de no tocar su brazo que aún sangraba.

—Cinturón de seguridad —le recordó mientras abrochaba el suyo sobre sí mismo.

Chanyeol se contrajo de dolor al intentar alcanzar su cinturón de seguridad y Baekhyun inmediatamente se acercó para ayudarlo. Sus caras estaban peligrosamente cerca y el más alto podía sentir el aliento de Baekhyun sobre sus mejillas. De cerca, las pestañas del chico parecían aún más largas, y sus labios rosas, como un capullo, se veían húmedos y tentadores. La simple vista de eso puso su corazón en sobremarcha y tuvo que cerrar sus ojos para alejar los pensamientos atrevidos. No pudo evitar imaginar qué otros usos podía tener Baekhyun para sus bonitos labios, y se preguntó si sabía lo tentador que era.

Sin embargo, Baekhyun pareció inconsciente del matiz rojo en el rostro de Chanyeol cuando tomó el volante y arrancó. Condujo en silencio, sus ojos yendo ocasionalmente hacia el otro para checar su condición. Parecía que la herida ya había parado de sangrar, para su alivio. Chanyeol, por otro lado, lucía fuera de lugar en lo que Baekhyun se adentraba a un vecindario viejo y sucio. Esta era una parte de la ciudad a la que jamás se había aventurado; era un vecindario en el que se alojaban las personas más pobres y varias pandillas callejeras. Se estremeció al imaginar qué cosas podrían estar al acecho entre las sombras.

—Este parece... un lugar peligroso para vivir —Chanyeol comentó, escogiendo cuidadosamente sus palabras, en caso de ofender a Baekhyun.

—Fue el único lugar que pude conseguir con mi salario —respondió con un pequeño encogimiento de hombros—. Pensé lo mismo al inicio, pero en realidad no es tan malo una vez que te acostumbras —continuó en lo que acomodaba el auto en un estacionamiento al lado de la calle.

Chanyeol rápidamente desabrochó su cinturón y salió a la brisa fresca de la noche. Vio hacia arriba al edificio junto al que se habían estacionado. Era de tres pisos, de ladrillo rojo y su exterior parecía necesitar grandes reparaciones. Los ladrillos estaban manchados de musgo húmedo en ciertas áreas y, francamente, Chanyeol pensó que se miraba bastante triste y arruinado, como el tipo de casa embrujada que ves en películas. Siguió a Baekhyun arrastrando los pies hasta entrar al edificio, sintiendo escalofríos subir por su brazo.

—Vivo en el tercer piso. El elevador ha estado fuera de servicio desde hace tres semanas, así que tendremos que usar las escaleras.

Chanyeol se encogió al subir detrás de Baekhyun, siendo cuidadoso de no ensuciar sus zapatillas blancas de Versace. Las escaleras tenían colillas de cigarrillo, asquerosas gomas de mascar, y estaban húmedas con una sustancia amarilla extraña que Chanyeol fervientemente esperaba que no fuese orina. Continuaron su trayecto hasta el tercer piso y caminaron por el pasillo iluminado con luces fluorescentes, donde al final se encontraba el apartamento de Baekhyun.

Baekhyun le quitó el seguro a la puerta y dejó que Chanyeol pasara. Encendió el interruptor e inmediatamente el apartamento se bañó de luz brillante blanca. Chanyeol olió el aire y se sorprendió agradablemente al inhalar una esencia dulce cítrica. El lugar era pequeño y simple, pero estaba ordenado y limpio. En la diminuta sala había un sofá de dos plazas color canela que se veía en muy mal estado, y una mesita baja de madera con revistas pulcramente apiladas encima.

Chanyeol notó que Baekhyun no tenía televisión, pero en el espacio donde la televisión debía estar, tenía una formación de plantas en macetas que parecían estar recibiendo muy buen cuidado. En particular, una maceta de orquídeas blancas le llamó más la atención, sus pétalos suaves y tiernos recordándole a la tez clara de Baekhyun.

Of Gold and Obsidian || ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora