5. Tés calientes y tormentas

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No había día en que el celular de Baekhyun no se encendiera con un mensaje de texto de Chanyeol. Le escribía sobre cualquier cosa y sobre todo —desde memes graciosos que encontraba en internet hasta pequeñas actualizaciones sobre su vida, cómo sus rosquillas favoritas se agotaron en Starbucks o cuánto extrañaba a Baekhyun—. Y por mucho que odiara admitirlo, esperaba sus mensajes, aunque no pudiese responderlos inmediatamente en el trabajo. Siempre que Baekhyun sí respondía, su celular se encendía casi inmediatamente con la respuesta de Chanyeol, haciéndolo preguntarse si todo lo que el más alto hacía en su tiempo libre era acampar junto al teléfono.

Había rechazado cada una de sus invitaciones para salir desde su cena dos semanas atrás. Su excusa era que no podía permitirle continuar gastando más dinero en él cuando ni siquiera le había pagado su préstamo. Estaba seguro de que comer con Chanyeol no sería barato y no estaba dispuesto a dejar que pagara por los dos todo el tiempo. Chanyeol, por supuesto, no estaba feliz sobre eso pero decidió aceptar su decisión. Aunque Baekhyun era tan terco como una mula, él admiraba que fuese un hombre de su palabra y se apegara firmemente a sus principios.

De todos modos, sus rechazos nunca lo detuvieron de visitarlo en su lugar de trabajo. Chanyeol aparecía todos los días, ocupaba un asiento en el restaurante de comida rápida y sólo se sentaba a ver cómo el chico hacía su trabajo. Podía pasar cualquier cantidad de tiempo en el restaurante, desde sólo treinta minutos hasta cinco horas diarias, dependiendo de su horario del día.

Hoy, Chanyeol hizo su aparición a las tres de la tarde, cabello despeinado y ojos adornados con ojeras grandes. Baekhyun vio al chico pelirrojo, cuyo rostro se iluminó con una sonrisa brillante a la vez que se desplomaba en su asiento usual. Baekhyun sabía exactamente por qué Chanyeol parecía muerto: había ido a una discoteca la noche anterior y probablemente estaba teniendo una resaca del infierno.

Le había enviado varios Snapchats ebrio a las dos de la mañana y Baekhyun reconoció el fondo como el de Syrena, un club de lujo en el centro de Hongdae, cuyos clientes eran principalmente la élite y ricos. Una mujer de aspecto felino estaba al lado de Chanyeol en todos sus Snaps, provocando una inesperada punzada de celos en Baekhyun al verlo todo. Esto lo irritó más de lo que debería —¿Qué derecho tenía de sentirse celoso? Chanyeol era un hombre hecho y derecho y era libre de hacer lo que quisiera—.

Sin embargo, verlo justo en frente de él amplificaba los sentimientos extraños en su interior y Baekhyun lo maldijo por hacerlo sentir así.

—¿Qué estás haciendo aquí? Te ves terrible. Ve a casa a descansar. —Baekhyun frunció el ceño al ver de cerca cuán resacoso estaba. Aún podía oler el alcohol en él y se preguntó si Chanyeol siquiera había vuelto a casa después de su noche salvaje.

—Necesitaba recibir mi dosis diaria de Baekhyun. —Chanyeol sonrió como bobo. Un Baekhyun preocupado era demasiado lindo para ser verdad y se habría estirado para revolver su cabello si no estuviese teniendo una jaqueca tan fuerte.

El chico negó con la cabeza y suspiró ruidosamente.

—Ponte cómodo —murmuró poniendo un vaso con agua tibia en frente de Chanyeol antes de regresar al mostrador.

Minseok vio entretenido el intercambio entre los dos.

—Creo que realmente le gustas a ese chico Park Chanyeol. No puedo creer que venga aquí todos los días sin falta. Ese chico en serio es el epítome de persistencia.

—Sí, tal vez le guste ahora, pero mañana encontrará otro objetivo para obsesionarse. No es como que no sepas qué tipo de chico es. ¡Cambia de parejas como cambia de ropa!

—¿Y tú no estás interesado en él? ¿En absoluto? —Minseok sonrió pensativo, inclinándose para escudriñar el rostro de Baekhyun, que de pronto se había puesto de un rojo brillante.

Of Gold and Obsidian || ChanBaekWhere stories live. Discover now