7. Fiestas y celos

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El sábado en la tarde, Chanyeol llegó a las seis en punto para recoger a Baekhyun en su Audi blanco. Baekhyun se sentía tan cohibido al lado del más alto, quien estaba vestido con un traje costoso, pulcramente hecho a medida. Él se miraba y se sentía tan andrajoso en comparación con el siempre glorioso Park Chanyeol. Estaba usando un traje de la tienda de segunda mano que estaba por su calle, era viejo y ligeramente grande para él.

Si tenía alguna característica en todo su atuendo que lo compensara, eran sus mancuernillas de zafiro. Era una lástima, debido a que definitivamente merecían ser usadas con un traje mucho mejor. Baekhyun suspiró internamente y se preguntó por enésima vez si había cometido un error al aceptar la invitación de Chanyeol.

—Te ves asombroso. —Chanyeol sonrió ampliamente, sintiendo su corazón hacer una voltereta por la vista frente a él. Sus ojos se abrieron aún más apreciativamente a la vez que veía a Baekhyun de arriba abajo con aprobación. Claro, su traje parecía haber tenido mejores días, pero el chico había logrado lucirlo a la perfección. Completado con su cabello perfectamente peinado hacia atrás que exponía su suave frente, se veía justo como un príncipe que había salido de las páginas de un manga.

—Gracias. Tú tampoco te ves tan mal. —Baekhyun respondió con una sonrisa genuina en su rostro. Sintió el más extraño impulso de acercarse y tocar el cabello rojo fuego de Chanyeol, que pensó que quedaba perfectamente con el chico alegre y de espíritu libre.

—¿Qué puedo decir? He sido bendecido con un increíble ADN desde el día en que nací.

Baekhyun rio. Este era el Park Chanyeol afable y seguro al que estaba acostumbrado, muy alejado del chico llorón y vulnerable que había sido durante la tormenta. De cierto modo, eso los había vuelto más cercanos, y Baekhyun aún no podía sacar el beso de su cabeza. La memoria se repetía una y otra vez en su mente, torturándolo día y noche.

Se preguntó si Chanyeol pensaba tanto sobre el beso como él lo hacía, pero tristemente, concluyó que los besos probablemente no significaban mucho para un mujeriego como él.

Cuando llegaron, la fiesta ya estaba rebosante de invitados. Baekhyun analizó sus alrededores, sintiéndose ligeramente abrumado y fuera de lugar. Nunca había sido un gran fanático de las fiestas formales, donde todos se vestían inmaculadamente con sus mejores trajes y vestidos, y se quedaban parados por ahí teniendo charlas incómodas pero obligatorias.

Notó que la fiesta se extendía hasta el jardín al aire libre, el cual estaba decorado con serpentinas doradas y plateadas de buen gusto. Los servidores con corbatín andaban por el lugar con sus bandejas de bebidas, y había una larga mesa de buffet en medio de la habitación. Algunas parejas bailaban con la suave música clásica tocada por una mini orquesta. La orquesta inmediatamente consumió la atención de Baekhyun. Este cerró sus ojos y se permitió a sí mismo disfrutar de la música.

—¡Chanyeol!

Un grupo de gente saludó animadamente a Chanyeol, rompiendo momentáneamente su concentración.

—Siéntete como en casa y ve por algo de comida. Volveré contigo pronto. —Chanyeol dijo, dándole palmaditas en la espalda afectuosamente. Antes de que pudiera responder, el más alto ya se había ido.

Baekhyun tomó un coctel rojo brillante y caminó hasta una esquina discreta de la habitación. Se apoyó contra la pared y tomó de su bebida en silencio. Se sentía un poco incómodo ya que todos estaban ya sea en parejas o grupos, y añoraba tener a alguien con quien hablar también. Sin embargo, se recordó a sí mismo que sería mejor si no llamaba mucho la atención.

Of Gold and Obsidian || ChanBaekWhere stories live. Discover now