28. Olvidar y reprimir

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ADVERTENCIA: Heavy angst, un personaje sale lastimado (!). Procedan con precaución.

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—Lu... Antes, me dijiste que me aferrara. Que fuese egoísta. ¿Qué tan seguro estás de que es lo correcto?

Luhan arrebató la lata de cerveza de las manos temblorosas de Chanyeol y bebió lo que restaba. No respondió por unos momentos, aparentemente perdido en sus pensamientos. Escuchó a Chanyeol hipar mientras observaba el cielo oscuro sobre ellos, destellando con pinchazos de brillo estelar. Hace treinta minutos lo había traído a la azotea, asegurando que el aire fresco le ayudaría a aclarar su mente. Al parecer, Luhan solía escapar a aquel lugar cuando necesitaba un respiro de su propia mente, y sólo podía esperar que su pequeño escondite le diera a su amigo algo de consuelo.

—No hay algo correcto o incorrecto en el amor —Finalmente comentó, aventando la lata vacía sobre su hombro—. Te dije que pensaras en mis palabras y sacaras tu propia conclusión, ¿no? ¿Llegaste a algo razonable?

Chanyeol tomó otra cerveza, sólo para que Luhan le golpeará la mano con el ceño fruncido.

—Solía ser muy egoísta en el amor. Lo perseguí a más no poder y no me importaba si él me rechazaba. Sólo quería mucho, mucho poder decir que era mío. Él era... era tan especial para mí —sonrió con melancolía, sus dedos trazando el anillo colgando de su cuello—. Era la primera persona que había amado tan intensa y profundamente. Pero lo arruiné todo y lo herí demasiado. Así que me pregunto, ¿cómo puedo continuar siendo egoísta? ¿Cómo puedo desear abrazarlo cuando sé que será más feliz sin mí? Sinceramente ya no sé qué hacer, Luhan.

—¿Te dijo que sería más feliz sin ti?

Chanyeol parpadeó sorprendido por la pregunta.

—Yo... No, nunca lo dijo. Pero eso no importa. Yo que será más feliz sin mí. Estoy seguro de que me odia por casi destruir su vida —rió con amargura, cerrando los ojos fuertemente para ahuyentar los recuerdos infelices.

—No puedes sacar conclusiones así tú solo. ¿Nunca has pensado en hablarle? Dijiste que lo viste el otro día, ¿cierto? ¿Por qué no lo buscas y conversas con él?

—¡No! —Chanyeol exclamó agitado, haciendo saltar a Luhan— Es lo último que quiero hacer. No quiero recordarle todo el dolor que le causé. Él siguió con su vida, Lu. Ya tiene a alguien más a su lado. Si vuelvo a aparecer, sólo complicaré todo. No quiero eso.

Para su sorpresa, Luhan comenzó a reír como si hubiera escuchado un chiste. Chanyeol resistió las ganas de suspirar, demasiado acostumbrado a sus reacciones raras para sentirse ofendido. Cuando su risa finalmente disminuyó, posó ambas manos los hombros de Chanyeol y lo vio directo a los ojos.

—Eres una contradicción andante, Yeol. Dices que no quieres ser egoísta, que no quieres reaparecer en su vida, pero sabes, no me estarías pidiendo consejo si estuvieses convencido de que dejarlo ir es lo correcto. La verdad es que no quieres dejarlo, ¿no es así? Por eso estás en conflicto —sacudió la cabeza divertido—. Dejarlo ir o aferrarte; ya tienes la respuesta.

Chanyeol vio en silencio cómo el chico se levantó y se fue. Dejarlo ir o aferrarse... ¿Ya había encontrado su respuesta?

Chanyeol permaneció en la azotea hasta que el sol se alzó sobre el horizonte, dejándose acariciar por la brisa nocturna sin nada más que sus pensamientos. Observó nostálgico el cielo, riéndose de sí mismo cuando se dio cuenta de que podía identificar las estrellas y constelaciones que decoraban la extensa oscuridad sobre él. Byun Baekhyun, el nerd de astronomía, se había dedicado en más de una ocasión a educarlo sobre estrellas y sistemas planetarios, y el joven enamorado había aceptado con facilidad, atraído por la pasión y gusto que el chico derramaba por sus labios.

Of Gold and Obsidian || ChanBaekWhere stories live. Discover now