17. Orquestas y videollamadas

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ADVERTENCIA: violencia y lenguaje fuerte.

Cuando Baekhyun vio el sobre azul real en su buzón, no le fue muy difícil adivinar de quién era, pues una discreta pero reconocible B de un plateado lustroso estaba estampada en la esquina. Una sonrisa inmediatamente iluminó su rostro mientras abría el sobre con anticipación, y definitivamente no le decepcionaron los contenidos.

Para mi querido Baek,
Te veo esta noche a las siete.

Adjunto venía un boleto para la Orquesta Filarmónica de Seúl, y Baekhyun podía sentir su corazón saltando de alegría. Ver su concierto era una actividad anual para Baekhyun, y casi había perdido todas sus esperanzas de poder ir este año. No pudo quitar la sonrisa llena de alegría de su rostro al comenzar su rutina diaria de terminar los quehaceres de su casa. No es que hubiese mucho qué hacer en su pequeño apartamento, pero lavar su ropa y atender sus preciadas plantas era una actividad ritualista en los días que no debía trabajar. Usualmente, Chanyeol estaría con él en su apartamento los domingos, pero había salido a un pequeño viaje en la isla de Jeju con su familia. Baekhyun se encontró a sí mismo extrañando su presencia más de lo que había pensado, y rio por el hecho de que realmente se había vuelto tan aterradoramente apegado al chico alto.

¿Había esperado gustar tanto de Chanyeol? Ni en mil años. Sin embargo, era innegable que siempre hubo una extraña atracción entre los dos desde el inicio, y sonrió de lado por la cursi idea de que «debió haber sido el destino». Recordó haber sido cauteloso alrededor de Chanyeol en un inicio, por las similitudes que sabía que existían entre los dos y volvía a Baekhyun extra reservado. Entendía fácilmente cómo pensaba y operaba alguien como Chanyeol, y había oído de su notoria reputación como mujeriego frívolo desde hace tiempo. Sin embargo, el tiempo que pasó con él logró derrumbar todas sus reservaciones previas contra el gigante bobo. Chanyeol probó que era genuinamente sincero, y eso era todo lo que Baekhyun necesitaba: la seguridad de que no era otro juguete brillante que Chanyeol tiraría una vez que se cansara de él.

Baekhyun frecuentemente deseaba que pudiese haber más transparencia en su relación, pero por ahora, estaba satisfecho. Sabía, o al menos esperaba, que Chanyeol fuese sincero algún día. Y cuando ese día viniera, Baekhyun estaría más que feliz de ser sincero también. Se estaba cansando de tener que ocultar sus secretos de Chanyeol.

Mientras abría su armario para tomar un traje adecuado para el concierto de la orquesta, una pequeña sonrisa apareció inconscientemente en su rostro. Desde que comenzó a salir con Chanyeol, su originalmente escaso guardarropa había sido transformado en uno apto para un rey. Chanyeol lo consentía con marcas y costura de lujo, hasta el punto en que Baekhyun estaba comenzando a preguntarse si se estaba volviendo un poco demasiado excesivo. Sin embargo, este era uno de los días en que se sentía increíblemente suertudo de poseer esos atuendos de marca, pues no podía presentarse a la orquesta en una sudadera y vaqueros, ¿o sí?

A las siete en punto, Baekhyun subió a un brillante Rolls Royce con emoción cursando por cada fibra de su ser, y se preguntó si era normal extrañar tanto un auto.

—Woah Baek, ¿cómo te compras toda esta ropa? —El hombre detrás del volante rio y se acercó a despeinar afectuosamente el cabello de Baekhyun—. Espero que no te estés involucrando en actividades ilegales.

—¿Necesito caer tan bajo? —Baekhyun replicó, sacando su lengua juguetonamente—. No me subestimes. ¡Soy un hombre fuerte e independiente del siglo veintiuno!

El hombre alzó una ceja divertido, luciendo poco convencido.

—Si tú lo dices.

—¿Saben que estás aquí? Técnicamente no deberíamos vernos, ¿cierto?

Of Gold and Obsidian || ChanBaekWhere stories live. Discover now