29. Las despedidas y el para siempre

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—Necesitan estar preparados para lo peor.

Baekhyun sintió la más enfermiza sensación de nausea llenarlo al escuchar las palabras siniestras del doctor. Sentía como si todo su mundo se derrumbara sobre él mientras retrocedía débilmente, sintiendo un par brazos fuertes sosteniéndolo antes de caer al suelo.

—¿Qué quiere decir? —fue el chillido asustado de Luhan, y Baekhyun vio en silencio cómo sacudió los hombros del doctor desesperadamente— ¿Qué quiere decir con prepararse para lo peor?

—La costilla rota del paciente perforó su pulmón derecho y perdió un cantidad inmensa de sangre. Le dimos las transfusiones necesarias, pero sus signos vitales no van muy bien de momento. Lo vamos a transferir a la UCI para observarlo, y si su condición empeora, quizá tengamos que ponerlo en soporte vital. Si sale de esto o no depende de su propia fuerza. Lo siento mucho.

«¿Soporte vital?»

Baekhyun soltó un sollozo ahogado y le tomó todo de sí no derrumbarse por completo. No podía detener su cuerpo de temblar como una hoja, sintiendo que su corazón había sido arrancado de su pecho.

Esto no podía ser. Debía estar teniendo una horrible pesadilla.

—Chanyeol —susurró para sí mismo, sonando perdido y confundido—. Chanyeol —repitió, voz rota y ronca. Sehun lo sostuvo contra su pecho y murmuró suaves palabras tranquilizadoras en su oído, las cuales no fueron escuchadas. Se sentía impotente al ver a Baekhyun así, y el sabor agrio en su garganta se sentía como una mezcla de culpa y arrepentimiento.

Fue un reto llevar a Baekhuyn hasta la habitación de Chanyeol, porque prácticamente lo tuvieron que jalar y sostener con cada paso que daba. Sentía que había sido drenado de toda su energía, dejando sólo un caparazón vacío que saldría volando con la más ligera brisa. El pavor más horrendo le comía desde adentro, paralizándolo en un estado de incredulidad y tristeza. Mordía su labio y se forzaba a llenar sus pulmones de aire, tratando lo más que podía no sucumbir a un ataque de pánico en toda regla.

Su dulce, dulce Chanyeol. Oh Dios.

Pausó frente a la puerta un momento, luciendo roto y vacilante. Cada célula de su cuerpo dolía por la necesidad de ver a Chanyeol de nuevo, y sin embargo estaba aterrado de lo que lo saludaría tras la puerta. Aún quería creer que todo esto era un sueño, que despertaría en cualquier momento y se libraría de esta pesadilla, porque sabía que no estaba preparado para que la ilusión se destruyera frente a sus ojos.

Con manos temblorosas reunió todo su coraje para empujar la puerta y la vista que lo saludó hizo temblar sus rodillas y derrumbarse al suelo. Cayó con un golpe fuerte, todo su torso inclinándose adelante mientras se ahogaba en sollozos.

Este no era Chanyeol. No podía ser Chanyeol. El Chanyeol que conocía siempre lucía tan sonrosado y lleno de vida, pero este Chanyeol acostado en la cama frente a él estaba conectado a tantos tubos y máquinas diferentes, haciéndolo lucir más como un androide tieso que un humano. Este Chanyeol estaba adornado con laceraciones feas y heridas moradas en su piel originalmente alabastrina, y no había nada en su apariencia que diera un brillo de esperanza. Todo lo que parecía era un cuerpo apenas luchando por sobrevivir, suspendido entre la vida y la muerte.

Sehun de inmediato cayó a sus pies también, sosteniendo con fuerza a Baekhyun, como si eso fuese a ayudarle a calmarse. Sus ojos ardían con lágrimas nuevas, su pecho apretándose con cada sollozo roto del chico.

—Yeol... —Baekhyun lloriqueó ronco, mirando a Luhan acercarse al lado de Chanyeol con una expresión igualmente angustiada. Luhan lo observó en silencio, permitiendo que las lágrimas bajaran por su rostro con libertad.

Of Gold and Obsidian || ChanBaekWhere stories live. Discover now