100) Temor a la oscuridad

635 23 8
                                    

La noche es aterradora. De eso Matías no tenía ninguna duda. Por eso en su casa las luces se mantenían encendidas desde las seis de la tarde hasta la seis de la mañana. Desde la caída del sol hasta el despuntar del alba. Matías sabía que la caída del sol era como una alarma para los terrores de la noche, los cuales empezaban a rondar y a vagabundear a la caza de algún incauto.

O al menos era lo que le habían dicho y repetido mil veces desde que era pequeño. Y él lo creía. Por eso es que en su casa siempre había luz por las noches.

Matías era considerado un bicho raro. Era retraído, tenía pocos amigos, y hasta en el trabajo se pasaba la mayoría del tiempo encerrado en su oficina. Eso sí, nadie negaría que era un empleado muy rentable. Con eso se le podía calificar como un tipo introvertido. Pero su manía por mantener las luces prendidas era algo que muchos le preguntaban pero que pocos entendían. Por lo general uno se tenía que conformar con encoger los hombros y darse por vencido.

Con todo y eso Matías era tenido por un buen tipo; bueno, por aquellos que habían conseguido acercarse lo suficiente para ganarse su afecto.

Uno de esos que lo apreciaban bastante era Arnoldo. Compañero de trabajo desde hacía muchos años. Compartían muchos intereses. Ambos practicaban golf, tenían gustos literarios similares. Y no había algo que les gustase más que un buen libro y una copa de vino en el porche de la casa de cualquiera de los dos. Incluso sus esposas se llevaban bien, quienes platicaban largos ratos mientras ellos leían, charlaban y compartían opiniones acerca de lo que leían. Mientras, los niños jugaban en sus habitaciones a las cosas que juegan los niños.

Arnoldo le tenía mucho aprecio a Matías. Su amigo era un buen tipo, de eso él podía dar prueba. Y a él en particular le importaba un comino si en casa de Matías las luces no se apagaban durante toda la noche, o si este dormía rodeado de ajos o si dormía debajo de la cama en lugar de arriba. Eso a él no le importaba. Él apreciaba a Matías y punto. Lo que a él le preocupaba era la reputación que su amigo se estaba granjeando por la peculiaridad de las luces. «¡Está loco!» era una de las expresiones más comunes que la gente usaba cuando hablaba de Matías, y eso a Alberto le molestaba.

De modo que de vez en cuando procuraba sacar el tema. Tenía que conseguir que Matías dejara atrás esa manía suya. Tenía que hacerle comprender que en realidad nada se esconde en la noche, que en realidad no hay nada allí fuera esperando que se quede a oscuras para abalanzársele. Y siempre que sacaba el tema a colación, lo hacía con tiento, ya que las más de las veces lo único que conseguía era que Matías se enfurruñara. Pero esa vez había bebido más de una copa, y se sentía achispado, intrépido, ese era el día para hacerle entender a Matías de lo absurdo de su temor.

―¿Sabes lo que me dijo mi vecino hoy por la tarde ―inquirió― justo antes de subirme al coche y venir para acá?

―Que se está tirando a tu mujer, ¿talvez? ―replicó Matías, quien también había bebido más de la copa acostumbrada.

Arnoldo se rió. Y ambos entrechocaron las copas para celebrar la broma.

―Muy buena ―reconoció Arnoldo―. Pero nadie se está tirando a mi vieja, o al menos es lo que yo creo ―nuevas risas―. Pero no se trata de eso. ¿Creerás que el muy cretino se atrevió a gritarme si iba a visitar al loco?

Matías se puso en guardia. Sabía que venía un sermón. Así que mejor se encogió de hombros y dio un sorbo a su copa.

―Sabes de sobra que eso me trae sin cuidado. No importa cómo me llame la gente. Mi seguridad y la de mi familia va primero ―sentenció Matías, severo.

Pero a diferencia de otras ocasiones, Arnoldo no dejó la cosa allí.

―Sé que la familia va primero. ¿Pero no crees que estás exagerando? Pareces un maníaco con el asunto de las luces y cosas que salen en la noche. Esas cosas no existen, Matías. Y a mí no me importa lo que hagas en tu casa, en serio que no me importa, pero la gente insiste en molestarme a costa tuya.

Cuentos de terror ✔Where stories live. Discover now