Capítulo 1

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Seis años después...

Llegaba tarde a mi último curso en Hogwarts, y para mi suerte, habían avisado a Filch, que estaba esperándome en las puertas del Colegio para que entrase. Por una vez no había sido mi culpa, y el conserje lo sabía así que refunfuñando me llevó hasta el Gran Comedor. Conseguí pasar de una manera más o menos disimulada hasta la mesa de Ravenclaw, aunque teniendo como amigos a los gemelos Weasley, lograr que no gritaran al verme se consideraba todo un éxito. Les gustaba llamar la atención, y por una vez no habían hecho nada para hacerlo, algo que me sorprendió. Quizá este año empezaban a madurar y... menuda tontería estaba diciendo.

Veo que Luna está, como siempre, al fondo de la mesa y no dudo en ir hacia allí con ella, a pesar de que, por la hora, deben estar a punto de terminar. Consigo coger una tartaleta de calabaza y beber un poco de agua de la copa que me tiende Luna antes de que todo desaparezca de la mesa. El director Dumbledore termina su breve discurso de bienvenida, y mientras presto atención a la tartaleta que parece que va a ser lo único que tome hasta mañana el desayuno.

— Sé cómo conseguirte más comida, no te preocupes Abby —dice Luna con su habitual tono risueño y yo sonrió. Es bueno tenerla como amiga. — ¿Qué tal tu verano?

— Bastante aburrido, ¿y el tuyo Luna? —miento descaradamente, pero a ella parece no importarle.

— He estado ayudando a mi padre con El Quisquilloso, ¿quieres un ejemplar?

Antes de que pueda decir nada, oigo un carraspeo demasiado agudo a mis espaldas. Me giro lentamente, tratando de mantenerme tranquila, pero cuando veo a una mujer totalmente vestida de rosa y con una cara de sapo, no puedo evitar que me salga una pequeña sonrisa pensando en las bromas que han tenido que estar haciendo Jordan y los gemelos.

— Disculpe señorita, ¿por qué ha llegado tarde?

— ¿Perdón? — Mi sonrisa se esfuma y no dudo en levantarme de la mesa para hablar con la señora. — Creo que a la única persona de todo el Colegio al que debo avisar sobre mi llegada tardía es al director Dumbledor. — Decido hacer mucho énfasis en la palabra director para que entienda que ella no lo es, pero su sonrisa no cesa, así que continúo. — De todos modos, ¿quién es usted?

— Tiene mucha suerte de que las clases no comiencen hasta el lunes, si no ya tendría un buen castigo por su insolencia señorita...

— Stone. Abbigail Stone. ¿Y usted es? — Decido seguir insistiendo ya que parece que ha elegido no oírme. Y cara de sapo emite una risita que resulta espeluznante por mucho que ella intente parecer simpática.

— Dolores Umbridge, subsecretaría del Ministro de Magia y su nueva profesora de Defensa contra las artes oscuras. Como formo parte del Ministerio de Magia, creo que su intervención tardía al banquete merece una apropiada justificación ante el Ministerio, señorita Stone.

Resoplo, y aparto durante unos segundos la vista para ver como todo el Gran Comedor está mirándonos, incluidos los profesores. No me hace falta saber que debo mentir en esta situación, pero cualquier cosa que diga la investigará. Seguramente para el lunes ya sabrá en que orfanato he estado viviendo hasta este mismo verano y probablemente consiga saber más cosas de mis padres de lo que sé yo. Suspiro y entonces la miro fijamente, tratando de aparentar una seguridad que ahora mismo no siento.

— La directora de mi orfanato tuvo que llevar a uno de los pequeños al hospital anoche. Todos pensábamos que solo tendría que estar allí para que le bajaran la fiebre, pero resulta que le han tenido que ingresar ya que tenía una gripe mágica bastante fuerte. — En todos los hospitales está prohibido dar los datos de los pacientes, así que por ahí tengo ya algo atado. Ahora solo tengo que lograr hablar con la señora Fogwell. — Como ya era bastante tarde, no pudimos llamar a nadie para que cuidara de los niños y me quedé yo como favor por haberme dejado quedarme durante todo el verano a pesar de haber cumplido la mayoría de edad. Cuando esta mañana la señora Fogwell ha conseguido contactar con una persona de confianza para que fuera al orfanato, se ha olvidado de que los niños debían venir a Hogwarts hoy. Al final entre unas cosas y otras, indicar mal a la persona que iba a venir esta ha acabado en una chimenea del andén y yo mandando a los niños corriendo para que llegaran. Cuando todos estaban subidos, la niñera ha venido hasta el orfanato para cuidar a los menores, pero el tren ya había partido, así que corriendo he escrito al director Dumbledore, que me ha dicho que sin problemas podría venir más tarde y que entendía la situación, así que cuando la señora Fogwell ha llegado me he venido directamente a Hogsmade para luego venir al Castillo. — A mi lado Luna ríe y yo no puedo evitar sonreír también. — Señora Umbridge, la que más afectada está por esto soy yo, he perdido mi último viaje en tren a Hogwarts.

De lejos oigo unas risas que las reconocería en cualquier parte, los gemelos saben que lo que más odio de la vuelta a Hogwarts es el tren. Sobretodo desde que probé uno de los surtidos saltaclases de los gemelos que me hicieron vomitar todo el camino de vuelta y Molly Weasley tuvo que intervenir para que dejara de vomitar.

Cara de sapo me mira fijamente y después se gira hacia la mesa de profesores, donde el director Dumbledore sonríe y da un asentimiento confirmando mi versión de los hechos. Supongo que ya está todo controlado para que mi coartada sea real, así que lo único que me queda por hacer es agradecer al director la próxima vez que vaya a su despacho.

— Como todos hemos escuchado ya el motivo por el que la señorita Stone ha llegado tarde, los prefectos acompañarán ahora a los alumnos de primero a sus salas comunes para enseñarles el camino. Buenas noches.

Lo siguiente resulta ser un caos ya que todo el mundo quiere ir hacia su sala común, muchos de ellos a comentar lo que acaba de pasar. Trato de escapar de los gemelos, que sé que no se han creído ni una sola palabra de la historia, pero ahora mismo es demasiado peligroso para que les cuente nada, así que agarro a Luna del brazo para irnos juntas a la Torre de Ravenclaw y así tratar de despistar a los gemelos.

Lo consigo por los pelos, ya que la profesora McGonagall los llama para advertirles sobre algo que no llego a escuchar, pero por sus caras parece algo importante. Quizá les esté contando que soy parte de la Orden y que no deben tratar de hablar ahora conmigo por si Umbridge oye algo.

A mi lado, Luna no deja de ir bailando por las escaleras, con un dominio de su cuerpo que he soñado mil veces con tener y que sé que nunca voy a tener. Para mi suerte, hay mucha gente delante del águila así que en cuanto una persona responda de manera correcta al acertijo, podremos pasar todos. A no ser que lo estén intentando responder los alumnos de primero, en cuyo caso dormiremos en el pasillo esta noche. La gente pronto empieza a cansarse de esperar, y al final los prefectos que estaban guiando a los niños responden rápidamente antes de que una multitud enfurecida se les eche encima.

Como los dormitorios se ordenan de menor curso a mayor, me dispongo a subir directamente al piso número siete, donde mis compañeras de cuarto de los seis últimos años me dan una bienvenida bastante calurosa para ser ellas. Teniendo en cuenta que las había estado alejando durante años para evitar el mayor número de amistades posibles teniendo en cuenta que moriría en lo que parecía ser bastante pronto, era todo un logro. Algo que tenía que haber logrado con los Weasley, Luna, Hermione y Harry; pero que, por la cabezonería de todos ellos, no conseguí.

Había sido borde con los gemelos durante los tres primeros meses de nuestro primer curso, pero por Navidades decidieron invitarme a su casa y en ese momento, supe que había fracasado tratando de evitar su amistad. Sabía que a largo plazo les iba a hacer sufrir, pero fallé en lo único que me había propuesto, cuidar a todas las personas de mi alrededor. Empecé siendo borde en el tren, por miedo a que no me aceptaran, pero al final y tras haber visto lo que se suponía que era mi futuro, lo fui para protegerlos. Algo que no había funcionado.

Save Him [Fred Weasley]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang