Capítulo 14

9.5K 599 359
                                    

No puedo mover ninguna parte de mi cuerpo. Quiero abrir los ojos, pero tampoco puedo. Sé que me están llamando, y de verdad quiero hacer caso a esa voz, pero no soy capaz de hacer nada. Supongo que así se siente morir, puedes percibir todo a tu alrededor hasta que te entierran, para que descanses y las voces de los vivos no te molesten.

Hay mucha luz en la muerte, blanca y pura. No como la batalla que acaba de ocurrir, que ha sido negra y oscura. Como será el mundo mágico en los próximos años. Han pasado demasiadas cosas en solo un curso, demasiadas cosas que asimilar.

¿Abby? — Primero oigo la voz, luego aparece el pelo castaño y los ojos verdes. Si no fuera porque tiene una pequeña arruga en el puente de la nariz, pensaría que soy yo. —¿Qué haces aquí?

Mamá. Murmuro, y hago lo primero que se me ocurre, correr a abrazarla. —Creo que he muerto, pero no estoy segura, sigo oyendo las voces que me llaman, puedo oír a Harry gritando que Sirius va a volver, que yo voy a volver.

¿Qué has hecho?Su tono maternal no pasa desapercibido, y no duda en regañarme. —Tienes que volver a tu cuerpo antes de que te encuentre.

¿Quién me busca?Mi madre me mira sorprendida, como si en estos momentos tuviera que saberlo. —¿Mamá?

Tu otra madre, Abby.

Despierto asustada de la pesadilla, en mitad del trayecto a Hogwarts. Me duele todo el cuerpo, tal y como pasaba en lo que había soñado. En algún momento me había quedado dormida, o eso era lo que creía. Cuando había entrado Claire, Sam y Olivia estaban aquí, y luego habían llegado los gemelos. Molly les había estado advirtiendo de que debían comportase con Umbridge, por mucho que no quisieran, y yo había aprovechado para despedirme rápidamente con la excusa de buscar a mis amigas. Que ahora me habían dejado tiradas en un compartimento vacío del tren.

No había dormido nada la noche anterior, cuando Fred y yo llegamos a Grimmauld Place, cerca de las tres de la mañana, Molly Weasley se encargó de que nos mantuviéramos despiertos para hacer el desayuno para todos. Los aurores empezarían a llegar a las siete de la mañana y tenían que tener algo para comer. Me pareció un castigo ridículo, teniendo en cuenta que había recuperado a mis dos mejores amigos y ambos se habían enterado de que uno de ellos moriría si yo no intervenía.

— Deberíamos despertarla, ¿verdad? — Oigo la voz de Claire por el pasillo, y la vez varios murmullos de asentimiento que se van acercando.

— ¡La despierto yo! — Chilla Sam, justo cuando abrió la puerta del compartimento, dejando entrar la luz del pasillo.

— ¡Cierra la puerta! —Grito, cuando empiezo a sentir que la luz me está quemando la piel. Trato de moverme, pero descubro que no soy capaz de hacer nada.

— ¿Qué te pasa? — Pregunta Olivia, algo asustada, pero cierra la puerta rápidamente y por lo menos deja de quemar.

— No puedo moverme. — Murmuro, y oigo como las tres vienen corriendo.

— ¿Qué te ha pasado? ¿Te has dado algún golpe? — Claire empieza a lanzar preguntas, a la vez que noto que me toca la pierna. Y solo el contacto hace que duela. — ¡Tienes la pierna rota!

— La otra también, y creo que los brazos igual. — Dice Olivia, que empieza a tocarme todas las partes que ha dicho.

— ¿Quieres parar? — Chillo, y veo como las tres se alejan de golpe. — No sé qué ha pasado, ¿vale? Estaba soñando y...

Me callo en cuanto empieza a dolerme de nuevo todo el cuerpo. Solo había sentido una vez de pequeña, cuando uno de los pequeños en el orfanato pensó que era divertido empujarme por las escaleras. Me partí varios huesos y de los nervios, una de las ayudantes de la señora Fogwell confundió el hechizo de sanar con el de romper los huesos. El resto es historia e incluye el crecehuesos.

Save Him [Fred Weasley]Where stories live. Discover now