Capítulo 17

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El vuelo de Fred y George hizo historia en Hogwarts, al igual que el pantano y los artículos de broma que los alumnos les habían estado comprando a lo largo de todo el año. Se habían encargado de dejar huella con el pantano portátil del quinto piso, y a pesar de que me habían dicho como quitarlo, no dije nada a ninguno de los profesores. Aunque tenía la ligera sospecha de que tanto el profesor Flitwick y la profesora McGonagall sabían cómo quitarlo, pero no lo hacían por molestar a Umbridge y supongo que también les agradaba ver como Filch tenía que estar trasladando a los alumnos de un lado al otro del pasillo.

Lo peor de que los gemelos se hubieran ido es que, si antes las chicas sonreían poco, ahora lo hacían incluso menos. Les había contado lo de trabajar en Sortilegios Weasley, y las tres se mostraron conformes, pero eso tampoco les hizo sonreír. Empezaron a centrarse solo en los EXTASIS y yo con ellas, pero con la diferencia de que empecé a hablar más con Harry, Ron y Hermione. Incluso le rogué a Harry que le dijera a la señora Weasley que había sido él quien le había dado el dinero a los gemelos para que tuvieran su tienda. El genio de Molly Weasley no era algo que quisiera tener en mi contra.

Como todos los años, los TIMOs empezaron antes que los EXTASIS, causando que los de séptimo tuviéramos siempre horas dobles de todas las clases solo para repasar. Algunas de ellas me las pasaba en la enfermería, tratando de convencer a Madame Pomfrey de que me encontraba bien y que podría acudir a clase sin tener ansiedad o algún ataque de pánico, pero no había manera de convencerla así que casi siempre estaba estudiando allí. Me había enterado del ataque de a la profesora McGonagall la misma noche que ocurrió, y traté de ayudarla, pero no conseguí hacer que despertase y al final la llevaron a San Mungo. Odiaba estar en la enfermería, aunque muchas veces era lo mejor para mí. 

Estaba repasando los últimos temas de Defensa contra las Artes oscuras cuando todo a mi alrededor empezó a girar y a oscurecerse. No era la primera vez en la que estaba de forma física en una de las visiones, pero hacía mucho tiempo que no me pasaba eso. Estaba bastante desconcertada, empecé a girar sobre sí misma para ver donde estaba y entonces los hechizos empezaron a ir de un lugar a otro. La Orden del Fénix estaba a un lado, luchando contra los mortífagos. Podía ver a Ginny en el suelo, tratando de proteger a Hermione a la vez que luchaba, a Ron gritando de dolor con Luna y Neville protegiéndole y a Harry luchando junto a Sirius. Y justo en ese momento una luz verde, característica del Avada Kedravra, cruzó por delante de mí y la seguí con la vista para ver que se dirigía en mi dirección.

Volví en mí justo sin ver si la maldición conseguía darme o no, pero lo único que pude hacer fue tragar saliva y tomar una poción, que estaba en la mesilla de noche, para curar la herida que me había hecho al darme un golpe con la camilla. Si estaban Harry, Ron, Hermione, Ginny, Neville y Luna significaba que eso era la visión que había tenido hacía meses en la que conseguí hablarme. Y no debíamos ir allí, donde fuera eso. Consigo escabullirme de la enfermería sin que Madame Pomfrey lo note, y salgo corriendo en busca de los seis, preocupada por ellos. Recorro las aulas de los de cuarto, en búsqueda de Ginny y Luna, que serán las más fáciles de encontrar que los de quinto, pero me equivoco totalmente ya que no están en ninguna de sus clases. Como había ido corriendo, aprovecho uno de los alfeizares de las ventanas para sentarme unos segundos y tratar de pensar en donde pueden haberse metido. Desde esta ventana tengo vistas al Bosque Prohibido, y entonces es cuando recuerdo la otra visión y miro rápidamente para ver como una mancha rosa está entrando allí junto con otras dos personas.

Llego al despacho de Umbridge para encontrarme con que Ginny, Ron, Neville y Luna están siendo sujetados por unos Slytherins, tal y como ya me esperaba. Al verme, uno de ellos no sabe qué hacer y afloja su agarre lo suficiente como para que Ginny le pueda dar un cabezazo, soltándose. El resto se asusta al oír gritar a sus compañeros y al final todos consiguen recuperar sus varitas.

Save Him [Fred Weasley]Where stories live. Discover now