Capítulo 8

9.9K 625 243
                                    

Jueves y viernes pasan lo suficientemente rápido como para que, cuando me quiera dar cuenta, sea sábado y estemos los siete andando hacia a Hogsmeade. Los castigos con Umbridge habían consistido finalmente en limpiar todos y cada uno de sus platos de gatos, sin magia y luego ordenarlos por orden alfabético según la especie. Hubiera preferido mil veces seguir copiando. Nos pasamos por Honeydukes para poder comprar todo el azúcar que nuestros cuerpos necesitaban y luego por Zonko, donde los gemelos solo compraron un cacharro bastante extraño. Después nos dirigimos hacia Cabeza de Puerco, donde muchos alumnos de Hogwarts ya estaban allí.

— ¿Puede ponernos... 29 cervezas de mantequilla, por favor? —Fred nos había contado a todos en un momento, probablemente éramos los últimos en llegar ya que nos habíamos entretenido más de la cuenta en Zonko. 

— Esto... esto... bueno, ... hola- Hermione aprovechó que parecía que estábamos todos para empezar a hablar. —Bueno, esto... ya sabéis porque hemos venido hoy aquí, Harry tuvo la idea —después de una mirada bastante asesina de Harry rectificó —digo... yo tuve la idea de que estudiásemos Defensa Contra las Artes Oscuras tal y como se debe, realizando prácticas y no solo usando el libro. —Un gran murmullo de aprobación recorrió el bar, interrumpiendo el discurso de Hermione, que parecía no haberle importado. —Yo no sé vosotros, pero a mí me gustaría no solo aprobar los TIMOS que tengo este año, si no estar preparada porque... porque... porque lord Voldemort ha vuelto.

La reacción de la gente fue previsible, algunas chillaron, otros derramaron cerveza de mantequilla y muchos respingos involuntarios alborotaron Cabeza de Puerco, como los que dieron mis compañeras de habitación.

— ¿Y quién dice que Quien-vosotros-sabéis ha vuelto? —Un Hufflepuff rubio, con un tono un poco agresivo hizo que todos callaran. 

— Bueno, Dumbledore lo cree... pero este no es el tema de la reunión.

— Hermione, déjalo. —Harry la interrumpió. — No pienso hablar de lo que pasó la noche que murió Cedric, pero yo te afirmo que le vi regresar, así que si has venido a oír un relato con muchos detalles no lo vas a oír.

De golpe, todo el mundo empezó a preguntar a Harry sobre el basilisco, la Piedra Filosofal, las pruebas del Torneo y sobre su patronus, hasta que el rubio que no había oído anteriormente su nombre volvió a abrir la boca:

— Vale, sabes hacer todo eso, ¿pero nos quieres enseñar? Porque yo creo que intentas escabullirte...

— Harry no ha dicho eso —gruñó Fred.

— ¿Quieres qué te limpiemos las orejas? —George sacó el aparato que habían comprado en Zonko y, aunque estaba casi convencida de que no valdría para limpiar las orejas, sabía que los gemelos eran capaces de hacer que esa fuera su utilidad, no por nada habían creado todas esas cosas para su tienda.

— O cualquier otra parte del cuerpo. De verdad, no tenemos manías —añadió Fred, lo que me provocó una muesca de asco, sabiendo que se refería a partes demasiado íntimas.

— Sí, lo que sea,  —Hermione recuperó la palabra—¿cuándo nos reuniremos? Yo digo que una vez por semana estaría bien o quizá cada dos para no llamar mucho la atención. No interferirá con nada, no os preocupéis por eso. —Más murmullos de aprobación. —Ahora solo nos queda el lugar y el nombre.

Hermione sacó un pergamino a la vez que yo sacaba mi libreta roja para ver que iba a pasar exactamente. El pergamino fue pasando a todas las manos hasta que, una vez que Fred hubo firmado, me lo pasó.

— Quiero probar una cosa, firmaré la última. — Sonreí mientras que le pasaba el pergamino a Claire, que sencillamente firmó y pasó el pergamino a Sam, que luego se lo pasó a Olivia y esta a Lee. 

Save Him [Fred Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora