Capítulo 19

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Madrid, Bruselas, París, Ámsterdam, Berlín y Praga fueron las ciudades europeas que nos enamoraron en ese mes y medio. No habíamos dedicado a viajar, sin tener contacto con nadie de la Orden para poder desconectar antes de empezar la guerra sin remedio alguno. Ninguna queríamos hacerlo, pero era lo que teníamos que hacer.

Cuando llegamos la segunda semana de agosto, después del calor de Madrid, agradecí como nunca el tiempo de Londres, mucho más agradable en verano. Había aprendido a odiar el calor a base de estar a las tres de la tarde en la calle, con el peligro de derretirnos. Pero al menos lo habíamos pasado bien, lo que compensaba un poco la situación.

Claire, Sam y Olivia decidieron ir a avisar a Moody que habíamos vuelto, sintiéndose culpables por no haber dicho la verdad la última vez que le vieron. Yo, pensando que siendo domingo los gemelos no abrirían la tienda y habrían ido a ver a su familia, me fui directamente a La Madriguera. Aparecí en el borde, y pronto entré en el campo protector que la rodeaba, haciendo que la señora Weasley saliese corriendo a ver que pasaba.

— ¡Abby! — Me dijo a lo lejos, y la saludé mientras que me acercaba. — ¿Qué tal las vacaciones? ¿Has disfrutado?

— Mucho, señora Weasley, necesitaba desconectar de todo esto. — Digo, y entonces la sigo dentro de la casa, para encontrarme que allí ya están Harry desayunando y Hermione junto a la señora Weasley, tratando de sacarse una mancha morada del ojo. — ¡Hermione, Harry!

— ¡Abby! — Hermione se levanta de la mesa y viene a abrazarme, luego dejando a Harry que lo haga y entonces Ginny baja por las escaleras y lo hace también. — ¿Cómo has estado?

— Muy bien, ¿y vosotros? — Les pregunto amablemente, y entonces la señora Weasley me tiende una carta. — ¿Qué es esto?

— Los TIMOs de los chicos han llegado ahora, y esto también así que serán los resultados de tus EXTASIS. — Me dice la señora Weasley sonriendo, y empiezo a abrir el sobre. — No sé cómo Dumbledore lo hace para teneros a todos controlados.

Saco el papel de mis notas y en cuanto veo los cinco Extraordinarios suspiro tranquila, empezando a sonreír. Sabía que podía hacerlo, y no me había costado la salud, por lo que estaba casi segura de que podría estudiar medimagia, no iba a dejar que la ansiedad me apartara de ello. Tampoco es que me apasionara, pero por lo menos podría hacer algo que me llamara la atención.

— ¿Cómo han ido, querida? — La señora Weasley estaba más ansiosa que yo, por estas fechas los gemelos tendrían que estar sabiendo sus resultados, pero como no habían hecho los exámenes no tenía nada que esperar. Y como a mí prácticamente me había adoptado por siete años, no dudó en emocionarse por los míos, así que le enseñé la hoja. — ¡Maravilloso!

— ¿Vosotros qué tal? — Les pregunté al trío de oro, y Harry y Ron sonrieron mientras que Hermione se encogió de hombros. — ¿Tienes un supera las expectativas, Hermione?

Ella asintió y no pude evitar dejar que una risa se me escapara, y más cuando vi de cerca el moratón que tenía Hermione en el ojo. Estaba segura de que eso era obra de los gemelos, pero no terminaba de entender como había acabado en el ojo de Hermione. Y más sin que ellos estuvieran por ningún lado.

— ¿Y Fred y George? — Pregunté, y la señora Weasley sonrió.

— Trabajando en la tienda, no cierran nunca. Podrían haber acabado sus EXTASIS y luego haberla abierto, pero no, tuvieron que salir corriendo, menos mal que les va bien...

— ¿Ya quieres ver a tu novio? — Dijo Ron con un tono burlón, y no dudé en hacer una bola el sobre con mis notas y lanzárselo a la cabeza.

— ¿Tu novio? ¿Pog qué no me has contado nada de eso, Lilian? — Una voz que no sabría identificar sonó a mis espaldas, y me giré para ver a Fleur Delacour, tan rubia como siempre.

Save Him [Fred Weasley]Where stories live. Discover now