Capítulo 13

7.6K 594 372
                                    

Salgo corriendo del cuartel de la Orden, con lo puesto y en cuanto piso la calle noto el frío. Quizá no debería haberme ido tan de repente, pero no me importa, no quiero mirar a Fred a la cara. Sé que la pelea con Fred se arreglará, pero después de este beso ya sí que no entiendo nada. Solo duele.

Empiezo a andar por las calles desiertas de Londres, tratando de buscar algún sitio donde resguardarme, aunque sea por unas horas. Luego volveré al cuartel de la orden, pero ahora mismo no me atrevo a enfrentarme a Fred. Ni a los demás, que estoy segura de que han oído los gritos perfectamente.

Encuentro una cafetería muggle y para mi suerte, a pesar de ser festivo, está abierta, celebrando una pequeña fiesta. Encuentro algunas monedas en los pantalones que he decidido llevar hoy y entro a por un chocolate caliente y para resguardarme del frío. En Hogwarts la única manera de tenerlo es pedírselo a los elfos, así que no lo suelo hacer a menudo. Me siento en una de las mesas cercanas a una ventana, rodeada de gente que no deja de bailar al ritmo de una música muy extraña y no me da tiempo a dar un sorbo cuando los veo por la ventana. Dos pelirrojos y un perro. Uno de los pelirrojos entra al local, y pronto veo que es George. Suspiro, aliviada, sabiendo que no es Fred, aunque por otra parte atemorizada por la rapidez con la que me han encontrado. Aunque bueno, llevan un perro y veo la cazadora de Fred en las manos de George, así que rápidamente entiendo la respuesta.

— ¿Por qué has salido tan de repente? Mamá casi mata a Fred cuando ha oído la puerta.

— ¿Acaso no habéis oído la pelea?

— No, mamá había encantado la cocina para que no se escuchase nada. Hemos intentado usar las orejas extensibles, pero ni con esas.

— Bueno, pues nos hemos gritado.

— ¿Qué más? — Pregunta, y entonces me roba mi chocolate.

— ¡Oye, que es mío!

— Te lo devuelvo cuando me lo cuentes.

— ¿Volvemos a ser amigos? — Digo, y él sonríe de oreja a oreja, después de tenderme la cazadora de su hermano. — ¡Te he echado de menos, Georgie!

— ¡Y yo a ti, Abs! — Hago una mueca al oír el intento de diminutivo de mi diminutivo y él sigue riendo. — Venga, tienes que seguir contándomelo.

— Hemos escapado del muérdago, así que solo tienes que imaginarlo.

— Espera, ¿has besado a Fred?

— Él me ha besado. —Murmuro, y noto que me empiezo a poner roja. —Por lo menos quedan dos besos más, aunque teniendo en cuenta que en algún momento me llamará prometida, creo que serán más.

— ¿Cómo que te llamará prometida? ¿Qué me he perdido entre mi hermano gemelo y tú? —Mierda, mierda y más mierda. — Abbigail Stone, juro por mi hermano que como no me lo cuentes ahora mismo iré a Gimmauld Place y cogeré tus malditas libretas.

— ¡No!

Meto la mano en los bolsillos de la cazadora y entonces noto las hojas de papel. Rápidamente me pongo seria, pero es demasiado tarde como para ocultar nada.

— ¿Qué pasa? — Pregunta, y entonces ve las manos en mis bolsillos. — ¿Qué llevas ahí, Abby?

— Nada, George, de verdad. — Sé que no sirve de nada que mienta, pero no quiero que vea los nombres de las personas que van a morir. No quiero que vea que su hermano forma parte de esa lista.

— No más secretos, Abby, por favor. — George me mira con ojos de cachorrito y no puedo resistirme a eso. Nadie puede. Así que saco las hojas arrugadas de mi bolsillo y empieza a leer. — ¿Qué es esto, Abbigail?

Save Him [Fred Weasley]Where stories live. Discover now