2. Sonríe

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Cata se acercó con una sonrisa de oreja a oreja para atender al chico llamado Aslan, cuyos ojos no se tomaron la molestia de mirarla mientras pronunciaba el café que quería

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Cata se acercó con una sonrisa de oreja a oreja para atender al chico llamado Aslan, cuyos ojos no se tomaron la molestia de mirarla mientras pronunciaba el café que quería. Parecía interesado en el menú del mostrador, incluso en los nuevos servilleteros. En cualquier cosa que no fuese Catalina, la chica que amablemente estaba tomando su pedido.

— ¿Sin medialunas esta tarde? —preguntó ella antes de cobrarle.

Finalmente el chico la miró con fastidio y casi obligación.

—No —se limitó a contestar.

Sacó su billetera y le ofreció los billetes a Cata incluso antes de que ella le dijera el total de su cuenta. Sin esperar cambio, siguió hacia la barra de entrega, con el mismo gesto de fastidio y cierto grado de molestia en su rostro.

Después de observar la escena, me acerqué a Cata por detrás, mientras ella terminaba de cobrar y guardar el cambio en el envase de propinas.

—Ése es Aslan —me repitió rodando los ojos—, un verdadero idiota. Guapo, pero un idiota.

—Ni siquiera es tan guapo. Solo es un idiota —sacudí la cabeza con desaprobación.

Cata se rio y marcó en el vaso de plástico las especificaciones del café, y escribió «Aslan» en grande.

—Te apuesto cincuenta pesos a que no le sacas ni una sonrisa ahorita mismo —me sonrió y sus ojos verdes me miraron con una chispa de emoción.

No me costaba trabajo sacarle sonrisas a mis clientes, por el contrario, solía tener una muy buena relación con ellos, especialmente con los frecuentes que dejaban jugosas propinas. No debía ser muy difícil. Además, me vendrían bien esos cincuenta pesos.

—Acepto —asentí robándole el vaso de Aslan rápidamente—. ¿Una sonrisa nada más?

—Es más fácil que yo me haga presidenta de la nación mañana que sacarle una sonrisa a Aslan. Así que puedes irme pagando esos cincuenta pesos, Prim.

Alcé una ceja aceptando su desafío y con paso firme me dirigí hacia donde estaba apoyado Aslan.

Una sonrisa se le puede sacar a cualquiera. 

Un beso por medialunas © ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora