Te Siento (Andrew Garfield y tú)

Capítulo 27

Pov Harry

- ¿Que sucede, señor Osborn? - gire a ella de manera brusca.

- Necesito que contactes a un científico que se atreva a trabajar conmigo- ella asintió, ssaco su celular y comenzó a escribir algo- de manera ilegal- se detuvo. Su mirada se clavo en la mía.

- Bien- dijo algo dudosa- entonces, ¿tendré que hacerlo firmar un papel de confidencialidad?

- Haz lo que tengas que hacer, en este aspecto confío en ti. Pero muévete- sin rechistar se fue casi trotando a su oficina.

Mañana mismo seguiré con el plan de ganarme la confianza de la chica con el nombre de Lissa.

Es linda, no lo niego. Joven, linda y artísticamente inteligente...es una buena mezcla, de no ser que ella conociese a Peter (y que yo no lo quiera destruir por su traición) intentaría salir con ella. Pero todas esas tonterías del amor son demasiado para mi.

¿Besos? ¿Que rayos es eso? Por favor. Me marean con sus idioteces.

-Podría intentar sobornarla... O amenazarla- si, la guio hasta aquí, la amenazo con lastimar a su padre y matar a Peter, o Spiderman- perfecto- la comisura de mi labio subió sólo un poco.

Será tan tonta que no le dirá nada a Peter para salvarlo, buscará una manera de resolver todo cargando con ese peso ella sola hasta que esto se ponga más peligroso, obligando a Parker entregarse o ella morirá.

Una punzada llegó a mi cabeza, causandome molestia. Es mejor que descanse un poco... No he dormido en dos días y creo que ya me esta afectando.

Pero esto no acaba aquí...

Pov Lissa

Último día, Lissa. Ultimo esfuerzo en la semana de levantar tus horriblemente pesados huesos, llevándolos hasta aquella banca que te lastima un poco el trasero pero no tienes de otra porque eres pintora.

- ¡Que gran día!- sarcasmo al máximo- que bellos amanecer- sarcasmo al triple. Pero parece que el clima me tendia una trampa ya que tan solo puse un pie en el suelo el frío recorrió el cuerpo con un escalofrío. Como la adulta genio que soy... No use medias además de que no saque mis pantuflas.

Perfecto....

Me levante de la cama en busca de las ya mencionadas.

Después de media hora de investigación táctil, osea tocar todo con mi mano hasta encontrarlas,  dispuesta me dirigí a mi puerta junto con un Russel lleno de energía y un Dorian algo fatigado.

- Hey, hey, hey- canturrie mientras bajaba muy tranquilamente las escaleras- buenos días.

- Hey, hey, hey- copio mi padre- ¿que tal, conejita? ¿Como estas?

- Existiendo- sentí como mi papáe tomo de una mano para dirigirme a mi asiento de siempre.

- ¿Existiendo? Wow, que profunda- asentí.

- Profundamente cierto- apolle mi codo en la mesa y mi mejilla en mi puño.

- Por cierto...- hice un sonido a manera de duda- Ya llegó la nieve- "cling" sonó en mi cabeza. Separe mi cabeza de mi puño.

Una música angelical sonó, o tal vez solo estaba alusinando... De nuevo.

- Russ- llame desesperada a mi canino. Con la misma desesperación camine junto con el a la puerta.

- Lissa, te enfermaras- grito mi papa desde la cocina.

El exterior me resivio con un golpe de aire helado en la cara. Sorbi mi nariz, el frío me sacudió. Puse un pie fuera seguido del otro para así alzar mi mirada. Aquellos copos de nieve caían sobre mi rostro.