69. Necesidad

45.3K 6.2K 131
                                    

Ya habían pasado casi veinticinco minutos desde que Invierno dijo que iría a casa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ya habían pasado casi veinticinco minutos desde que Invierno dijo que iría a casa. Ella vivía a menos de dos cuadras de donde estábamos ahora, así que no tenía razones para tardar tanto. La llamé a su celular pero no obtuve respuesta.

Bastante extraño.

—Vamos a ver qué pasó con tu mamá, ¿de acuerdo? —le dije a Belén mientras la llevaba a mis brazos de nuevo.

—Mami dijo que nos quedáramos aquí. Si nos vamos, se va a molestar.

—Solo vamos a darle una pequeña sorpresa.

Aceptó y nos encaminamos hacia su edificio.

Quizás solo se había topado con su amiga y se quedaron conversando. Porque si la gata en celo tenía una habilidad, era hablar sin parar.

Todo me pareció aún más extraño cuando en visualicé a Teresa caminando también hacia el edificio de la mano de un joven de más o menos su edad. Se acercó a nosotros con una sonrisa divertida y nos presentó con su acompañante llamado Facundo.

—Pensé que estabas con Invierno, hace media hora dijo que buscaría algo en la casa y no ha regresado.

—A lo mejor se quedó en el baño —se encogió de hombros—. Ya sabes, cuando hay necesidad, hay necesidad.

Enarqué una ceja ante la tonta respuesta, pero quizás tenía razón. Abrió la puerta principal con sus llaves y nos acercamos elevador. Para evitar un silencio incómodo, Teresa comenzó a recomendarnos lugares para visitar el resto del día así como sitios para comer. Yo solo esperaba que Belén no tuviera el mismo apetito insaciable de su madre.

Cuando llegamos al piso nueve, Teresa y yo nos miramos confundidos.

— ¿Qué es todo esto? —inquirió ella. 


Un beso por medialunas © ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora