(65) Nuestro pequeño paraíso.

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[...]

Después de estar bailando y hablando con todos, casi era la hora de marcharnos, si, la luna de miel, no sabía donde era, Jake era quien lo sabía todo, y eso me fustraba, ahora entiendo cómo se sentía Bella.

-Pásalo genial. -Dijo Kate abrazándome.
-Venid a visitarnos a Forks. -Le pedí.

Ella asintió y besó mi mejilla, me había encariñado mucho con ella, al igual que con Garrett, Benjamin, Carmen....

-Ten cuidado hija. -Me dijo Renee.
-Lo tendré. -Contesté besando su mejilla.
-Te amo pequeña.
-Y yo mamá.

Se acercó Charlie a nosotras y también me despedí de él, terminé despidiéndome de todos y por último de Bella.

-Te voy a matar por no decirme a donde voy. -Me quejé.
-Así te va a gustar más.

La abracé con fuerza, agradecida de que con ella no tuviera que controlar mi fuerza para no hacerle daño.
Ya estaba todo preparado, había ido de caza antes para no tener ningún inconveniente con la sed, además yo podía aguantar más tiempo que un vampiro normal sin alimentarme.

Me volví para tomar la mano mi esposo y nos dirigimos camino a lo que sería nuestra luna de miel.

Después de una hora en coche por fín llegamos a lo que parecía un aeropuerto, me ponía bastante nerviosa el hecho de no saber hacia donde nos dirigíamos, junto a las maletas llegamos a un avión, me sentía desorientada pues solo seguía a Jake sin saber a donde ir, por más que le preguntaba, él sólo me decía que tuviera paciencia y, aunque eso no era lo mío, conseguí tenerla.

Llegamos a un avión, donde pude relajarme un poco, los nervios se calmaron y el cansancio se apoderó de mí.

-Duérmete, es un largo viaje. -Me susurró Jake.

Antes de poder replicar me acurrucó en su hombro y comenzó a acariciar mi cabello, me fué prácticamente imposible no quedarne profundamente dormida.

*

Abrí mis ojos debido a un leve tambaleo, el avión estaba a punto de aterrizar, Jake estaba dormido apoyando su cabeza sobre la mía, acaricié su mejilla con mi mano y sonreí insconcientemente.

Cuando éste aterrizó Jake se despertó y todos los pasajeros comenzaron a tomar sus maletas para salir, nosotros hicimos lo mismo, yo aún desorientada por seguir sin saber dónde estábamos.

-¿Me vas a decir ya dónde estamos? -Repliqué.
-Lo vas a ver. -Se encogió de hombros y bufé.

Jake rió ante mi expresión.

-Pareces una niña pequeña. -Dijo en tono burlón.

Hice una mueca y yo misma me di cuenta de que, efectivamente, parecía una niña pequeña, por lo que terminé riendo.

Seguimos caminando y me dí cuenta de que la mayoría de personas que habían hablaban nuestro idioma (inglés) , fuí divisando todos los carteles en busca de algo que me dijera el lugar donde nos encontrábamos, pero nada, aunque noté que hacía bastante calor, por lo que tuve que deshacerme de la chaqueta.

Entonces justo cuando íbamos a salir un cartel en grande decía la palabra 'Hawaii'.

-¿¡Estamos en Hawaii!? -Casi grité de la emoción.

Jamás había estado en un lugar así y siempre me había gustado venir algún día, con el mar, el ambiente, el clima...

-¡Sorpresa! -Jacob alzó los brazos con una sonrisa.

Me lancé a él y me agarré a su cuello, Jake soltó las maletas para agarrarme y subirme a su cintura donde enrollé mis piernas y busqué sus labios para besarlos con pasión a la vez que dulzura.

-¿Te gusta? -Susurró recuperando aire.
-Me encanta. -Susurré en sus labios los cuales me volvían loca nada más que el rozar de estos.

Al salir del aeropuerto nos montamos en un taxi, quien seguidamente nos dejó en un puerto.

-¿Vamos en barco? -Pregunté confusa.

Jake asintió con una sonrisa y efectivamente, nos montamos en un pequeño Yate blanco y reluciente, he de admitir que me subí en él con miedo pues desde pequeña le temí a los barcos, aunque es extraño, pues siempre me ha encantado el mar.

Después de poco mas de media hora, pude divisar tierra, conforme nos acercábamos veía una pequeña isla, con una casa de colores claros en ella.

Al dejar el barco Jake tomó mi mano y comenzamos a caminar, me dejé llevar cegada por aquel pequeño paraíso.

Al caminar por la arena llegamos a la casa de madera, una madera llamativamente clara, casi de color blanco, tenía una pequeña entrada la cual daba a una enorme sala, salón-cocina, cocina americana y salón con enorme sofá y téle, junto a una estantería llena de películas, sus paredes eran enormes cristaleras que dejaban ver el hermoso paisaje ahora poco iluminado debido a que era completamente de noche.

La habitación con cama doble, rodeada por unas finas cortinas, un baño para la habitación, todo de colores similares, también, una de las paredes dedicada a cristaleras, pero está tenía una puerta, la cual daba a la zona exterior con la playa a escasos metros.

Sinceramente no tenía palabras para explicar la hermosura del momento.

-¿Quieres bañarte? -Susurró Jake en mi oído mientras pasaba sus brazos por mi cintura.

Me produjo un escalofrío, alcé la mirada para mirar sus ojos y asentí.

-Te espero fuera. -Volvió a susurrar.

Entonces atrapó mis labios por un momento antes de darse media vuelta y salir a la par que se quitaba la camiseta, solté mi maleta la cual había preparado Alice, supongo que para que no me hiciera la idea de donde iría, son tan previsores, la abrí y tomé la bolsa de aseo, fuí al baño con rapidéz y me miré en el espejo, desenmarañé mi pelo de todo el viaje, me quité esa ropa y me duché lo más rápido posible, después de unos 10 minutos salí de la ducha y cepillé mis dientes, inspiré hondo, me miré por última vez y salí del baño, busqué en la maleta algún bañador o bikini, cualquiera me valía, pero nada de eso, no había ni rastro de uno, me comencé a poner bastante nerviosa.

~Alice te voy a matar.

Inspiré hondo de nuevo, quizás no es necesario, tranquila.
Sujeté la toalla que envolvía mi cuerpo y cerré los ojos.
Bien, voy a hacerlo,caminé hasta la puerta y sin más la abrí, salí al exterior respirando el dulce aroma de aquel lugar, aquel aire fresco y cálido, tán diferente a Forks y a Phoenix, la oscuridad iluminada por la luz de la luna, la cual se reflejaba en el mar dejando un paisaje inexplicablemente hermoso, mis pies se hundieron en la suave arena y, dejando todos mis miedo e inseguridades atrás, dejé caer la toalla y comencé a caminar...

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¿Quién dijo que sería fácil? / Jacob Black y tú.  [Terminada]Where stories live. Discover now