¿Quién dijo que sería fácil? / Jacob Black y tú. [Terminada]

Epílogo.

Mi dulce voz parecía gustarle pues sus pequeños párpados luchaban por no cerrarse, en cambio, su cansanció lo dominó haciéndole caer en seguida en los brazos de Morfeo.

-¡Mamá!

Escuché mi nombre a lo lejos, después unos pasos que se hacercaban a la habitación.

-Shh, no grites, vas a despertar a tu hermano.

Divisé el rostro del hermoso y dulce bebé, aún durmiendo plácidamente.

Lo recosté en su cuna y besé su frente.

-Liam es un dormilón, no se despierta con nada. -Argumentó Liv tapando su error.

Había crecido bastante, ya era una recién adolescente, su cabello era del mismo tono oscuro pero aún más largo, aunque le encantaba recogerselo, sus rasgos más marcados y definidos haciéndola mas preciosa, más alta y con una sonrisa que incluso hace brillar al sol.

Salí del dormitorio cerrando la puerta trás de mí.

-¿Qué ocurre cielo?
-¡Papá no me deja ir con Seth al bosque!

Detrás de ella apreció mi marido, tan hermoso como siempre.

-¡Es demasiado pequeña! -Objetó.

Entrecerré los ojos y miré a ambos, Liv ponía morritos mientras que Jake me miraba esperando que tuviera la misma respuesta que él.

-Ya es mayor.

Liv puso una postura victoriosa y miró burlona a su padre.
Sé que es lista, aunque aún le queda mucho por aprender, de todas maneras, con Seth estará segura.

-Pero... -Jake comenzó su queja pero no le dejé terminarla.

Me acerqué a él colocando mis manos sobre su pecho.

-Va a estar protegida, deja que se divierta.

Desde que Liv entró en la adolescencia Jake ha estado más sobreprotector de lo habitual, aunque entre Seth y ella aún no ha ocurrido nada más que una amistad es cuestión de tiempo, aunque Seth respeta su edad, algo que tanto Jake como yo le exigimos.

-Además, sabes que les hace bien estar juntos y no separados.

Y el mejor que nadie entendía la imprimación de Seth y Liv.

Jake suspiró, dándose por vencido.

-Esta bien.

Liv sonrió ampliamente y nos besó a ambos en la mejilla, antes de salir con rapidez fuera de la casa.

-Me cuesta creer que se hace mayor. -Admitió.
-Estoy segura de que tomará las decisiones adecuadas, es fuerte e inteligente.

Él asintió de acuerdo con mis palabras.

-Piensa que Billy y Charlie nos hubieran prohibido estar juntos. -Dije divertida acercándome a él.
-No importaría, entraría todas las noches por la ventana de tu cuarto.

No pude evitar reír.

-Me temo que ellos no corren la misma suerte.

[...]

Las campanas resonaban por todos lados, acompañadas del murmullo de la gente y todo mi nerviosismo, creo que era aún mayor que la del novio.

-¡Relájate papá! -Le insistió Bella.

Ella no parecía tan nerviosa como nosotros, sino que mantenía la calma.
-¡Esque esta pajarita pica demasiado!

Llevaba un traje bastante elegante y bonito, de color negro, con una camisa blanca debajo, junto a una pajarita de color rojo.