(73) Un reto.

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Dirigí mi mirada a sus ojos, tán hermosos como siempre, con ese brillo que lo hace tán especial, no dudé en tomar su rostro entre mis manos y besar sus labios, correspondió al beso mientras me tumbaba con lentitud en la cama.

Cuando mi cuerpo estaba completamente tumbado entre las sábanas despegó sus labios de los míos y los guió hasta mi cuello, lo besó con detenimiento disfrutando de cada milésima de segundo, comenzó a dejar un camino de besos por mi garganta, pecho, abdomen, y volvía a subir.

Cerré los ojos disfrutando de las sensaciones que brindaban sus besos, hice que se incorporara para quedar ambos sentados en la cama, yo encima de él enredando mis piernas en sus caderas, ahora eran mis labios los que vagaban por su cuerpo, éstos se sabían de memoria cada centímetro de su cuerpo.

Inspiré el aroma de su suave piel, pero no me conformaba con eso, cada vez le amaba más, jamás me iba a conformar, ninguna cantidad de tiempo con él será suficiente, ninguna cantidad de besos o caricias serán suficientes, ningún 'te amo' será suficiente para expresar lo que siento.

Su cuerpo estaba hecho para mí y mi cuerpo estaba hecho para él, ambos se complementaban cual dos piezas de puzle correctas, que solo ellas completaban el puzle completo.

Pues solo él alborota mis pensamientos, revuelve mis sentimientos, solo él es capaz de hacerme sonreír en mi peor día, solo él me puede hacer sentir lo que siento, él es la única persona a la que voy a amar, pues no podría cambiarle por nadie, no dejaría de amarle nunca, pues lo nuestro es Para Siempre.

[...]

El cantar de los pájaros retumba en mis oídos, acompañado del acompasado sonido de las hojas al mercerse con el suave viento, abro mis ojos con lentitud y no tardo en poner mi mano delante de ellos para protegerlos de todo el sol que entraba por la enorme cristalera de la habitación.

Una vez mis ojos se acostumbraron a la luz me incorporé en la cama, sentándome al borde de ésta, Jake no estaba, mi cuerpo desnudo estaba envuelto en sábanas, tiré de ellas para sacarlas de la cama y llevarlas conmigo al baño, me miré en el espejo, tenía el pelo alborotado, dejé caer las sábanas al suelo y encendí el grifo de la bañera, dejando caer el agua cálida, hundí mi cuerpo en ella relajándome por completo.

Al cabo de 15 relajantes minutos lié mi cuerpo en una toalla y mi pelo en otra más pequeña, cepillé mis dientes con rapidez, salí del baño y una vez en la habitación rebusqué por el vestidor alguna ropa cómoda, encontré unos vaqueros ajustados negros y una camiseta corta holgada color lila, me calzé y me cepillé el cabello.

Una vez terminada salí de la habitación, Liv tampoco estaba en la suya, y tanto en el salón como en la cocina no había nadie, escuché ruidos provenientes del jardín así que me dirigí allí, un gran lobo y uno más pequeño jugaban tiernamente en el césped, me apoyé en el marco de la puerta mirando la escena con una satisfecha sonrisa.

[...]

-¿¡Que qué!? -Casi gritó Bella.
- No lo sé, es demasiado borroso. -Alice se maldecía otra vez por sus visiones.
- Osea alguien vestido de negro caminaba a paso ligero, eso puede significar muchas cosas. -Me encogí de hombros.
-Tengo tendencia a pensar siempre en lo peor. -Admitió Bella.

Suspiré y caminé al jardín, tratando de despejar mi mente cuando algo llamó mi atención, una brisa de aire hizo mover los arbustos y seguidamente me pareció ver algo moverse.

-¿Hola?

No obtuve respuesta, un tenebroso silencio se apoderó del bosque, caminé vacilante mientras estaba alerta por si encontraba algo, o alguien.

Algo blanco reposaba en el césped, me acerqué y lo tomé, era una hoja, doblada cuidadosamente.

La desdoblé con un tanto de inquietud, era la hoja de un libro, en la esquina inferior derecha había algo escrito a mano, con letra muy detallada y a lápiz.

~Buenas mi querida ___, ya te hechaba de menos. Bien, iré al grano, si quieres salvar la vida de tu lobito y la tu extraña hija deberás ir a un lugar, obviamente la dirección no está escrita aquí, debes esforzarte un poquito más, que sé que tu puedes.
Por cierto, si le cuentas esto a alguien, quien sea, no duraremos en actuar, este reto es solo para tí pequeña. Suerte, pues la necesitarás.

Mi piel se erizó por completo mientras sentía como mi piernas temblaban, esto solo podía ser de alguien, los Vultutis...

¿Cómo saben lo de Liv?
¿Que demonios quieren de mí?

Mis ojos comenzaron a cristalizarse y comencé a ver borroso.

Unos brazos en mi hombros hicieron que me volteara bruscamente.

-Hey, ¿qué haces aquí?

Mi respiración se calmó al ver que era Jake, instantáneamente arrugué el papel escondiéndolo en mi mano detrás de mi espalda y con la otra limpié mis ojos.

-Nada, ya volvía.

Contesté tratando de no mirarle a los ojos.

-¿Ocurre algo?

Mierda, me fué imposible no mirar sus ojos, los cuales me miraban intensamente con preocupación, tenía que hacer algo rápido.

Me abracé a él con fuerza escondiendo mi rostro en su pecho, aunque fuera para que no viera que ocurre algo eso me ayudó.

-Solo estoy preocupada, ya sabes, por la visión de Alice.

Entonces caí en que quizás la nota tenía algo que ver con eso, pero no podía decirle nada, comencé a agobiarme.

-Tranquila. -Tomó mi rostro entre sus manos. -No pasará nada, voy a estar contigo pase lo que pase.

Sonreí e instantáneamente me sentí mal por mentirle, pero no podía decirle la verdad, la angustia y el temor inundaba mi cuerpo.

Besó mis labios acariciando mi mejilla y subí mis manos a su cuello para después enredarlos en su pelo.

Se escuchó un aullido, Jacob se separó con el ceño fruncido.

-La manada me llama.
-Ve.

Con desgana asintió y comenzó a alejarse no sin antes dejar un cálido beso en mis labios, dejándome con ganas de más.

Pensé lo más rápido posible, tenía que aprovechar que Jake no estaba para investigar esto.
Guardé el papel en el bolsillo trasero de mi pantalón y caminé con rapidez hacia el interior de la casa.

-¡Bella! -La llamé.
-¿Si? ¿Estas bien?
-Si, esto... necesito que te quedes con Liv, volveré enseguida.
-Claro, no te preocupes.

Traté de no pensar en ello pues no sabía donde estaba Edward, así que salí de ahí lo antes posible.
Besé la mejilla de Bella antes de susurrarle un 'gracias' y busqué a Liv con la mirada, estaba en el sofá jugando con Renesmee, ne acerqué a ellas.

-Cariño, quédate aquí y no te alejes de los Cullen, volveré pronto.
-¿A donde vas?
-A hacer unos recados.
-¿Y papá?
-Con la manada, volverá pronto.
-Esta bien.

Su melódica voz me hacía sonreír automáticamente, besé su frente y ella me abrazó con fuerza.

-Te quiero mami.
-Yo a ti más pequeña.

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¿Que os parece?❣

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¿Quién dijo que sería fácil? / Jacob Black y tú.  [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora