Capítulo XI

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Brian abrió los ojos y pasó sus manos por ellos, despertó y reaccionó que no estaba en su casa, trató de levantarse pero algo pesada en su pecho, era Roger profundamente dormido abrazando su pecho desnudo.
Suspiró y recordó todo lo que pasó anoche, abrazó a Roger con un brazo y lo acarició.

- Brian...¿Pediste permiso para quedarte anoche? - Preguntó Roger con la voz dormida y sin moverse.
- No... -
- Eres un idiota. -
- Debería irme... - Dijo tratando de levantarse.
- No, nadie me toca y se va por la mañana. Vamos, Bri, disfrutemos un té. - Roger se puso de pie y saltó de la cama y bajó rápidamente.

Brian lo observó bajar con la ropa interior bastante metida en su trasero.  Sonrió, se puso su camisa y fue al baño a lavarse la cara y mear de una vez. Cuando bajó observó a Roger acostado en el sillón mirando las noticias, se acercó y se sentó a su lado.

- ¿Te gustó lo de anoche? - Preguntó Roger apoyándose con sus codos.
- Por supuesto. - Sonrió.
- Lo sé, siempre que lo hago esa es la respuesta. -

Se puso de pie y apareció con dos tazas de té humeante.

- De nada. - Dijo cuando se la dio a Brian.
- No sabía que eras capaz de hacer té. -
- Fui capaz de sacarte todo anoche, puedo hacer de todo. -

Brian se sonrojo y rió con la taza cerca de la boca. Bebieron el té, casi ni hablaron pero siempre entre ellos hay esa atmósfera de calma y confianza. Cuando terminaron Brian se puso de pie y se despidió del rubio.

- Te veo luego. - Sonrió.

Roger se acercó a besarlo con una intensidad fugaz, el beso duró menos de cinco segundos.

- Adiós, Bri... -

Salió de la casa para ir a la suya, ya se esperaba un sermón por parte de su madre, pensó en entrar por la ventana pero no tenía ganas de caer por ahí.
Ya estando frente a su casa entró con la mayor delicadeza, lo primero que vió fue a su hermano mayor en la cocina, este lo miró.

- El pequeño Bri llegando a escondidas. - Dijo con burla.
- No puede ser, tienes marcas en el cuello. - Señaló asombrado.
- ¿Qué te puedo decir? Anoche estuve con una rubia ardiente. - Aludió con superioridad y fue directo a su habitación a darse un baño antes que su madre lo viera.

Cuando salió de la ducha se miró en el espejo del baño con el torso desnudo, tenía el cuello lleno de chupetones y uno que otro en el pecho. Ahora que reaccionaba por lo que pasó sentía una bomba de emociones revueltas, felicidad por esa toqueteada tan buena que te dieron, pero miedo a empezar a sentir algo por Roger, el sentimiento que antes tenía, ese del que pensó que estaba enamorado está siendo fuertemente bloqueado.

Pasó la tarde del domingo sumergido en uno de las libros sin salir de la habitación, hasta que el gritó de su hermana Tina lo sacó.

- ¡Brian! ¡Una llamada para ti! ¡Hablale a Roger de mí! - Se escuchaba desde la planta baja. Brian tomó el teléfono que tenía a la par y contestó.

- ¡Brian! ¡No sabes que pasó! - El rubio parecía emocionado.
- ¿Que sucede? - Se escuchó la linda risa de Rog.
- He sido abofeteado por dos mujeres hoy. -
- Y... ¿Eso es bueno? -
- Una fue mi madre y la otra fue la última chica con la que salí, Dominique. -
- ¿Qué hiciste? - Preguntó Brian con mucho interés.
- Bueno, mi madre porque tenía marcas en mi cuello, gracias Bri, y dijo que no hiciera mis cosas bajo su techo. - Se echó a reír.
- Y Dominique porque le dije que no estaba interesado. -

Brian por dentro sintió ese calor, el sentimiento que ignoraba salía de nuevo.

- Una tarde muy ocupada, ¿verdad Taylor? -
-No puedo dejar de pensar en lo de anoche, me hiciste sentir muy bien...-
- Lo sé, a mí también. -

Hubo una pausa, luego Roger la cortó.

- Como sea, te veo mañana, lleva ese lindo trasero con algo ajustado. - Se burló el rubio.
- Te diría lo mismo, pero nunca se te marca nada. -

Colgó antes de escuchar uno de sus insultos. Estaba feliz por lo de Dominique, pero de igual forma eso no significativa nada, sólo una menos a la larga lista.

En su casa Roger no paraba de sonreír, Brian siempre sabía como responderle, esa era una de las razones por las cuales le encantaba. ¿Pero de qué forma? Tal vez ahora sí que está enamorado.

He Drives Me Crazy ; Maylor/DeacuryWhere stories live. Discover now