Capítulo XV

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El tiempo pasa y sólo quedan dos semanas para el Baile de Primavera, Brian aún no conseguía pedirle a Lalita su compañía y Roger ni siquiera había pensando en quien invitar, por otro lado Freddie ya tenía listo su atuendo y cada cosa perfecta para tener una noche increíble con John.

Las hermanas de Brian parecían tan estresadas por que llevar y más cuando se pelearon a golpes por cual iba a ir en rojo. De sus tres hermanos sólo uno consiguió pareja, una chica obesa que nadie quería, en este punto Brian decidió lanzarse a preguntarle a la chica hindú, se lo pensó, en realidad Lalita es una amiga, nada más, no había motivo de su nerviosismo.

Llegó a clases un poco más temprano, la miró, estaba sólo con una de sus amigas, era su oportunidad. Se acercó y la chica sonrió al verlo.

- Hola, Lalita. - Sonrió tratando se manejar el nerviosismo.
- Oh, hola, Brian. - La morena tiene todavía un acento tan marcado, aunque lleve ocho años de haberse mudado aquí. Le hizo una seña a su amiga y acercó al rizado para tener privacidad.

- ¿Qué querías decirme? - Sonrió.

Ya su confianza inicial se esfumó, pensó en irse y dejarla ahí.

- Yo... ¿Ya tienes pareja para el Baile? - Soltó de forma rápida.
- No, aún no... - Dijo bajando la cabeza, Brian sonrió.
- ¿Te gustaría ir conmigo? -  Lalita se sonrojo, ya que hace bastante tiempo  que está enamorada de Brian, por dentro le explotó la felicidad.

- ¡Por supuesto! - Aludió con emoción. Brian sintió todo el alivio del mundo caer en sus hombros.
- Excelente. - Susurró con la misma sonrisa, Lalita de acercó para ponerse de puntillas y darle un beso en la mejilla. Brian se alejó para entrar a clases.

Roger vió toda la escena desde lejos boquiabierto, sentía un nudo en la garganta, inhalo su cigarrillo por última vez y lo lanzó, entró a clases con el corazón hecho un puño. Ni siquiera sintió la necesidad de llorar, nada más sentía impotencia, impotencia por  no decirle a Brian sus emociones.
En el camino se encontró con John, hablarle lo iba hacer olvidar un poco.

...

Naturalmente Brian tenía dos de sus tres hermanas en la misma preparatoria. Por un lado estaba Tina de dieciséis y Madelaine de dieciocho. En este momento, Mads que es una mujer enorme, tanto en altura como en cuerpo (no era gorda, pero tenía unas piernas gruesas, senos enormes, y brazos un poco anchos) se acerca a Brian.

- ¡Desinvita a Lalita! - Parecía enojada. Brian estaba sentado con Roger en una banca en la entrada de la preparatoria.
- Eh, no. - La miró mal. - ¿Por qué lo haría? - Continuó parpadeando, Roger miraba entretenido.
- Como ni ella ni yo encontramos pareja íbamos a estar juntas. Nada lesbico. - Aclaró.
- Tus necesidades no son mi problema. - Exclamó revisando el libro de Rog.
- ¡Agh! Eres un bastardo. - Se alejó a zancadas.

- ¿Vas... A ir con Lalita? - Preguntó el rubio sin ganas.
- ¡Sí! Le pregunté y me dijo que sí. - Sonrió sin quitar la mirada del libro.
- ..¿Te gusta? - Cuestionó con miedo. Brian vaciló un momento. - No. -
-¿Y por qué vas con ella si no te gusta?-
- Porque me agrada, y está a mí altura.-
Roger suspiró con alivio. Brian lo miró.

- ¿Qué sucede? -
- Todas las chicas están a tu alcance. -

Roger negó con la cabeza, <puta, casi la cago. > Pensó. Miró su reloj de muñeca, eran casi las cuatro de la tarde.

- Me debo ir ya, ¿vienes conmigo? - Preguntó viendo a su amigo.
- Claro. -
- ¿Por qué tan feliz? - Preguntó Brian al verlo con esa mirada que tanto conocía.
- Mi madre... Al fin está en casa. -
- Me alegra oír eso, ahora si agradecele por la bufanda. - Exclamó señalando la seda que traía en sus hombros.

Caminó con Brian por unos diez minutos hasta separarse, estaba emocionado por ir a su casa, hace mucho que no pasaba tiempo con su madre ya que por su trabajo se va muy temprano y regresa muy tarde, pero tanto esfuerzo le daba frutos ya que tenía un muy buen puesto. Cuando entró a su casa la miró sentada en el sofá leyendo.

- Mami... - Dijo en voz muy baja.
- Ah, Rog. - Se acercó y lo abrazó con mucha fuerza. - ¿Cómo estás? - Preguntó la mujer llamada Winifred.
- Va a haber un baile de Primavera, ya sabes... - Decía apenado.
- ¿Y a quién vas a llevar? - Winifred se sentó en el sofá y siguió leyendo.
- Ah... Una chica... Brianna. - Aludió lo primero que vino a su cabeza, sino le iba a dar un sermón.

- ¡Tenemos que planear que ropa llevarás! - Le acarició la mejilla y le sonrió.

En la casa de Brian, Madelaine no le daba la palabra, sólo se limitaba a dar malas miradas, ya se había hartado de su actitud y mejor pensó en que ponerse, que ramillete comprarle a Lalita.

He Drives Me Crazy ; Maylor/DeacuryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora