Capítulo XXVI

2.3K 254 270
                                    

Roger sacaba algunos libros de su casillero hasta que pudo sentir una presencia atrás. Volteó su cabeza y se topó con esa cabellera pelirroja.

- Hola, Roger. - La chica sonrió con sus brazos cruzados. El rubio se estremeció al ver lo alta que es.
- Emma. - Trató de ser cortante.
- Quiero aclarar mis dudas, el ensayo es para mañana, ¿tienes tu parte? - Roger sonrió nervioso, claro que lo olvidó.

- Sí, obvio. - Miró hacía arriba. - Te lo daré mañana. - Continuó.
- Está bien... Y, ahm. ¿Brian no te ha dicho nada de mí? - Soltó ansiosa, la pregunta lo tomó por sorpresa.
-...- El rubio abrió su boca pero no dijo nada. Podía ser su oportunidad de estropear todo, pero estaba demasiado ocupado compadeciendose a sí mismo.
- No. - Espetó seguro.

Emma colocó uno de sus mechones tras su oreja y asintió.
- Bien. - Parecía arrepentida.

Roger la inspeccionó con la mirada, pantalones acampanados, zapatillas deportivas, una camiseta sencilla y sin una pizca de maquillaje. Como cualquier idiota dijo lo primero que se le vino a la cabeza.

- Emma. ¿Eres lesbiana? - Preguntó con seriedad. La pelirroja vaciló, frunció el ceño.
- No... ¿Por qué? - Estaba alarmada.
- Claro. - La dejó sola y fue a directo a su clase.

La chica se preocupó pensando en que si esa era la conclusión hacía ella y fue directo al baño. En el camino se encontró con el rizado, estaba solo y era la oportunidad perfecta para atacar.

- Hola, Brian. - Sonrió, ya algo insegura.
- Hola, Emma. - Enseñó esa sonrisa tan linda.
- ¿Qué harás mañana en la tarde? - Cuestionó, tratando de parecer desinteresada. Brian pensó.
- Nada todavía. ¿Por qué? - Averiguó.
- Pensaba que podíamos ir a mi casa, ¡a estudiar! - Exclamó ansiosa por la respuesta.

Brian pensó, sabía que Roger se quería juntar con él pero aún nada estaba confirmado. Pensó en ese rubio y no pudo evitar sonreír.

- Está bien. - Dijo de forma rápida. La chica le sonrió y acarició su brazo, luego de eso lo dejó ahí, solo.

...


- ¿Sabes que es una mierda? - Roger preguntó sentado sobre los regazos de Brian.
- No... - Respondió mirando su libro, ambos estaban sentados bajó la sombra de un árbol en su preparatoria.
- Lo novela de literatura, ni siquiera los protagonistas se dan un beso en el final. - El rubio pasaba una mano por su hombro y la otra en la pierna del rizado.

Brian suspiró, cerró el libro y levantó la vista a Roger.

- Mañana no podré acompañarte. - Miró a Roger que quedó con su boca algo abierta.
- ¿Por qué? - Preguntó exaltado, dispuesto a discutir.
- Es que recordé que le había prometido a Emma ayudarla a estudiar. - Brian quiso evitar la expresión de cachorrito triste en los ojos de su amigo.

El rubio pudo sentir mucha tristeza y bajó su mirada, no le importaba el hecho de que no iba a estar con su amigo sino que prefiera estar con la pelirroja.

El rubio miró el cielo, estaba nublado, no quería expresar su desacuerdo con ello ni parecer un completo idiota así que sólo asintió con el corazón destrozado.

- ¿Estás bien? - El rizado observaba a Roger que había metido una mano dentro de su camisa.
- Claro... - Sonrió sin ganas.

Se puso de pie con dificultad ya que llevaba un largo tiempo sobre Brian.

- ¿A dónde vas? - El rizado imitó la acción con expresión de angustia.
- Tengo unas cosas de hacer antes de llegar a casa. - Mintió.
- ¿Quieres qué te ayude? - Intentó hacer más amistoso el ambiente.
- No. - Cortó en seco, con una sonrisa leve muy forzosa.

- Rog... - Brian se empezó a sentir mal y fastidiado con la situación.
- Sabes lo mucho que te adoro, ¿no? - El rizado continuó al verlo tomar sus cosas.
- Eso creo, B. - Se fue dejándolo ahí de pie, solo y con una gran duda.

Los sentimientos del rizado comenzaron a dividirse, ver al rubio de esa forma le partía el corazón, pero la idea de estar con Emma lo reconfortaba.

...

- ¿Por qué estoy nervioso? - Brian se repetía a sí mismo mientras caminaba a casa de Emma.

Caminó un poco más hasta llegar frente a la casa de la pelirroja. Llamó al timbre ansioso, hasta que esa chica con un rostro agradable a la vista lo recibió con una sonrisa.

- Hola, Brian... - Emma sonrió con las mejillas rojas y la mirada risueña, al instante el rizado pudo sentir esas mariposas en el estómago.
- Hola, Roger. - Su expresión era infinitamente encantada, hasta que se dio cuenta de lo que dijo.
- ¿Qué? - El brillo en el rostro de la pelirroja desapareció.
- ¡Emma! - Se apresuró.
- ¡Lo que pasa es que vengo de ver a Roger, ya sabes! - Mintió.

La chica se confundió un poco, había cierto rumor de que a Brian le gustaba el rubio pero nunca se lo tomó en serio ya que parecía una tontería. Invitó al rizado a entrar, donde ambos iban a tener una tarde tan agradable como intensa.

En casa de Freddie, Roger descansaba su cabeza sobre el regazo de este mientras John los miraba.

- Rog, ya no sé que decirte, ¡sólo hazlo! - Deacy tenía el ceño fruncido.
- ¡No puedo! Está feliz con esa chica...- El rubio se lamentaba, cerró sus ojos.
Fred miraba apenado a Roger y acarició su cabello.

- Aún no es seguro que le guste Emma.- John sonrió, Freddie y el rubio le dieron una mirada obvia.
- Voy a tratar de averiguar, querido. - Decía el pelinegro tratando de ser positivo, aunque hasta él sabía que Rog no tendría oportunidad.

- ¡Ambos te vamos a ayudar! - Sentenció Deaks decidido.

He Drives Me Crazy ; Maylor/DeacuryWhere stories live. Discover now