Capítulo XVIII

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- Sí... En fin, ¿qué vas a hacer hoy?  Decía Brian, que llevaba horas hablando con el rubio por teléfono.
- Nada, comer hasta engordar y ver películas. - Respondía.
- Ven a mí casa. Tengo que darle un baño a Vladimir. - Sonrió mirando a su mascota.
- ¿Tu conejo raro? - Preguntó Roger.
- Sí, ese. - Sentenció con molestia.
- Bueno, llegaré pronto, ¿están tus hermanas? - Averiguó temeroso.
- No, salieron. Tranquilo, Roggie. No te harán nada. - Rió.
- Está bien, llegó en medio hora. - El rubio cortó la llamada.

Miró a su conejo que tenía una cara preocupada, ya que odiaba darse un baño, Brian fue a buscar el jabón perfecto para su mascota, se inclinó por uno con fragancia a fresas, tomó una taolla pequeña y colocó al animal en su cama, este temblaba mucho. Lo acarició y en eso el tiempo le pasó volando, sonó el timbre, sabía que era Rog así que bajó a abrirle.

Roger sonrió apenas lo miró, Brian también y se observaron con esa sonrisa unos segundos, sentían ganas de besarse, pero con la madre de Brian y Harry en la sala jamás. El rubio saludó a la familia del rizado y subieron a su habitación.
El conejo miró a Roger directo a los ojos desde que llegó, incluso se empezó a sentir incómodo.

- Dile a tu conejo que dejé de verme. - Susurró a Brian, él sólo rió, se acercó y alzó al animal. Ambos se sentaron en la cama.
- ¿Me vas a ayudar a darle un baño? - Indagó Brian.
- Por eso estoy aquí. - Guiñó un ojo.

Ambos caminaron hasta el cuarto de baño en la habitación de Brian, este lleno la bañera con agua tibia y se puso de rodillas mientras Roger se sentó con las piernas entrelazadas en el inodoro, tenía el conejo en las manos.

- Dámelo. - Le pidió a Roger.
- Todo tuyo. - Dijo extendiendo el animal.
- ¿Sabe nadar? -
- Obvio. - Lanzó el animal a la bañera.
- ¿Sabes que me dijo Lalita el día del baile? - Informó Brian con una sonrisa poniéndole jabón a Vladimir.

Roger trago grueso.

- ¿Qué cosa? - Agarró con fuerza su pierna.
- Me dijo que le gustaba... - Replicó mirando a Roger y dejando el conejo en la bañera.
El rubio sintió un horrible golpe ficticio en el estómago, se desánimo en seguida.

- Ah... - Afirmó con la voz temblorosa. Brian pudo notar eso.
- ¡Pero ella no me gusta! - Expresó rápidamente.
Roger volvió a respirar normal.
- Que alegría. - Sonrió y se dio cuenta de lo que dijo.
- ¿Por qué te alegra? - Averiguó confundido.
- No, ¡por nada! Sólo decía, ahm... - Respondió con velocidad.

Con Brian se miraron, Roger miraba cada parte del rizado, Brian sólo miraba su cabello, que hoy tenía un tono muy lindo de rubio.

- Brian... - La cara de Roger estaba confusa, luego se transformó en pánico. - ¡Brian el conejo se ahogó! - Chilló asustado.
Brian giró la cabeza rápidamente, el animal flotaba boca abajo y sacó el conejo con desesperación.
- ¡Oh por Dios! ¡Vladimir! - Llamó colocando el animal en el suelo.

- ¡Respira! ¡Vamos! - Movía al conejo con angustia. El rubio miraba pensando en qué hacer, y se le vino una idea a la mente. Bajó al lado de Brian y comenzó a hacerle RCP al animal que estaba tieso.

Después de unos segundos en el infierno el conejo reaccionó. Brian se puso una mano en le pecho y se dejó caer, Roger suspiró con fuerza.

- Soy una mierda... - Se quejaba Brian, ocultó su rostro con sus manos.
- No... Bri. - Roger se acercó a consolarlo. Sabía que el rizado tenía un amor tan especial con cada animal y que siempre se comprometía a cuidarlos con su vida.
Vladimir se acercó y sentó en las piernas de Brian acurrucándose.

...

Roger jugaba con Vladimir, Brian seguía bastante afectado, sentía toda la culpa del mundo, el rubio intentó animarlo de muchas formas.

He Drives Me Crazy ; Maylor/DeacuryWhere stories live. Discover now