Capítulo XXXIII

1.7K 163 120
                                    

- No quiero que nos separemos por algo tan tonto... - Roger suspiraba, sentado frente a Brian, en su sótano.
- Ni yo. - El rubio miró a su derecha y estaba un tipo que en su vida había conocido.

- ¿Tú quién eres? - Frunció el ceño.
- Oh, es Steven, Steven Hyde. Lo conocí en la gasolinera. Trajo la hierba y nuestro círculo está incompleto sin Fred ni Deacy. - Sonrió Brian algo desorientado.

La expresión de Roger cambió de un pronto a otro mirando a Hyde con mucho cariño.

- Bienvenido al círculo, viejo. - Le dio una sonrisa tonta y le dio un golpe en el hombro.
- Gracias, viejo. - Hyde tenía un aspecto relajado, con una camiseta de Led Zeppelin y anteojos oscuros.

- Mira, Rog, el tiempo cura todo, y todo cura el tiempo y... Y... Bueno el punto es que el todo cura tiempo. -
- Profundo, hombre. - El rubio lo miró asombrado.

- Yo pienso que Deacy debe dejar pasar las cosas. Tú y Fred son sólo amigos y eso fue un accidente. Deja de sentir culpa, Roger. No te lamentes por un accidente, las cosas pasan, viejo. - Exclamó Hyde exaltando el humo. Rog miró hacia abajo pensativo.

- Hyde, tienes toda la razón, hombre. Maldición. Eres de esos que sacan buenas ideas. - El rubio miró con admiración.
- Sí, soy de esos inteligentes, pensadores. - Sacó el humo por su boca con una sonrisa.

- Dios mío, mis manos son enormes. - El rizado miraba sus manos.
- Son como guantes de box. - Continuó.

- Muy bien, B, ya estás hasta el culo. - Rog habló.
- Hey, no hablemos de culos... - Brian lo señaló y no terminó de decirlo porque quedó embobado mirando sus manos otra vez. -
- Son enormes en serio, soy el mejor. - El rizado contorneo sus cejas y lanzó un golpe sobre la mejilla de Roger quien cayó de lado.

- Maldita sea, olvidé que estaba trabajando. - Soltó Hyde.


...



- Vamos, Roger, es importante ayudarme a hacer una fiesta en mi casa. - Dominique hablaba con él ya que para ella era su único real amigo.
- Dom, es fácil, cerveza, invita a las animadoras y todo irán. - El rubio sacaba unas cosas de su casillero.

- ¿Vas a ir? - Dom sonrió, mostrando su brillo labial rosa y sus ojos negros emocionados.
- Seguro, necesito despejarme de toda esta mierda. - Guardaba algunos libros.
- Pero tienes que ayudarme, Roger. No puedo hacerlo sola. - La chica que era más joven y pequeña que Rog sabía insistir y a él no le quedó de otra.

- Sí, está bien. Te ayudaré Dom, pero debes prometer que abra mucha cerveza. - El rubio la señalo.
- ¡Sí! - Ella se acercó a abrazarlo.
- Oh, en cuanto sepa cuándo mis padres se vayan a Colombia te avisaré, adiós. - Se fue con un aspecto muy risueño y a Rog le dio ternura.

- Fiesta en lo de Dominique entonces. - El rizado se aproximó con cautela.
- Sí, genial, ¿no? - Roger le guiñó el ojo.
- Eso creo. Puede ser una oportunidad. - Sugirió Brian, ambos recostaron sus espaldas en los casilleros.

- Oportunidad, ¿para qué? - Frunció el ceño, el mayor lo tomó por la mochila y lo hizo mirar con cuidado a la izquierda, donde venía Freddie con varios libros y libretas en la mano.

- Oooh, tienes razón. Para Deacy y Fred. -
- Bingo. -
- En las fiestas todos se hablan y andan ebrios y se quieren. Será más fácil, Brian eres muy listo. - Roger miró al rizado a los ojos, este lo notó y ambos hicieron contacto visual. Pero fue interrumpido rápidamente con un poco de vergüenza.

He Drives Me Crazy ; Maylor/DeacuryWhere stories live. Discover now