Capítulo XXVII

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El rubio se daba una ducha, después de la clase de deportes, a su lado estaba Brian, cada uno preocupado con su propio asunto.

Roger pasaba una de sus manos por su cuello, cerrando sus ojos, pensando en todas sus tonterías y problemas.

- Hey. - Brian puso sus brazos sobre la división y sonrió de forma coqueta.
- ¿Qué? - Roger no estaba al máximo.
- Sólo estamos tú y yo. - Regresó su sonrisa.

Rog estaba con una tristeza interna, pero la atracción física y sexual entre ambos era tan enorme que no era nada fácil de negarse. Bajó su mirada y se sonrojó.

El rizado fue a su cubículo, el rubio estaba de espaldas y sólo sentía a Brian aproximarse, abrió un poco sus piernas, entre su trasero podía sentir como Brian pasaba su polla, que aún no estaba parada, en su entrada, y poco a poco se ponía dura.

- Me encantas... - Brian se masturbaba con una mano y con la otra abrazaba la cintura del menor.
- Y tú a mí. - Roger levantó su trasero par poder sentir como el glande de su querido acariciaba el comienzo de sus testículos.

- ¿Quieres qué entre ya? - El rizado jadeo y besó el cuello de su amigo.
- Vamos, hazlo, hazlo... - El rubio tenía una erección que comenzó a masturbar tan rápido que chocaba con su abdomen.

Cerró sus ojos al sentirlo en su entrada, estaba caliente, sentía un cosquilleo en todo su ser. Tener a su querido tan cerca lo llenaba por completo (y no sólo de forma metafórica).

Brian suspirada y gemía de forma sonora en el cuello de Roger, acaricia su cintura, la apretaba, entraba y salía con amor. El rizado tomó el mentón del Rog y lo besó, con cariño pero de forma pasional.

No llevaba mucho tiempo dentro del rubio pero pudo sentir que ya se venía. Bajó una de sus manos y empezó a masturbar al chico de ojos azules, pasaba la mano por su punta, y observó como le daba placer, ambos miraron el pene de Roger.

Cuando Brian se vino dentro de él dio un duro apretón a la polla del rubio haciendo que ambos se vinieran al mismo tiempo. Con la respiración agitada Roger soltó:

- Te amo... - Cerró sus ojos con la boca entreabierta.
- Y yo a... - Brian fue interrumpido.
- ¡No! ¡te amo en serio! - Exclamó exaltado, saliendo de allí rápidamente.

Tomó su ropa y fue directo a uno de los baños en el mismo vestidor, Brian por otro lado quedó bastante confundido y continuó con su ducha.

Roger salió rápido de allí, con el corazón saltándole del pecho, pasó al frente del tocador de chicas y escuchó un sollozo.

Paró, analizó un momento y entró al lugar sin ser visto, todas las puertas de los cubículos estaban abiertas, a excepción de la última. Bajó su mirada, y observó esos zapatos altos de color rojo con mallas de color morado. Suspiró en silencio y miró el techo, ya sabía de quien se trataba, negó con la cabeza.

- Dominique... - Llamó sin ganas.
- Roger... ¿Qué quieres? - Se escuchaba triste.
- ¿Todo bien? - Preguntó por amabilidad.
No respondió de inmediato, dudaba en decirlo.
- No. - Se quejaba con la voz quebrada, se puso de pie y salió del cubículo. Tenía los ojos hinchados y el delineador corrido por sus mejillas.

- ¿Qué pasó? - Roger intentaba tener un espacio prudente con la mujer que lo dejó desnudo en medio del baile.
- Estoy muy asustada. - Lloriqueaba, tapó su rostro con sus manos.
- ¿Por qué? - El rubio estaba incómodo, la chica estaba llorando y por su cabeza pasó la idea de abrazarla, pero decidió cruzar los brazos.

- Es que... Creo que... - Gimoteaba sonoramente, con el ceño fruncido, el vestido de color azul marino con el cuello rojo que llevaba estaba arrugado, su flequillo despeinado.
- Puedo estar embarazada... - Gritó, con una prueba de embarazo en la mano.

He Drives Me Crazy ; Maylor/DeacuryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora