Capítulo XXI

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- ¡Deacy! - Roger caminaba por los pasillos solo hasta que observó a su amigo con ese cabello tan despreocupado, él sonrió tan tierno como siempre.
- Hola, Rog. ¿Qué pasa? - Preguntó al ver la cara angustiada de su amigo.
- Bueno, no puedo usar el auto por un tiempo... - Bajó su cabeza con pesadez.

- Lo siento, chico. - Acarició el hombro de Roger.
- ¿A ti no te castigaron? - Alzó un poco su mirada.
- Ah, no. - Sonrió bastante orgulloso.
Roger le hizo mala cara y se fueron juntos al mismo destino.

Fueron a clases juntos para encontrarse a Brian y Freddie en una acalorada discusión.

- No me cortaré el cabello. - Afirmaba mirando a Fred a los ojos.
- Como quieras, chica de ABBA. - Giró su cuerpo para sentarse correctamente.
- ¿Cómo están? ¿Sus madres los golpearon anoche? - Rog se sentó al lado de Brian y cuestionó con una gran sonrisa, tal vez eso le devuelva un poco el ánimo de siempre.

- Castigado por un mes más ayudar a mi hermana en todos sus deberes. - Se quejaba Freddie aún con la vista al frente y los brazos cruzados.
- Podar el césped y lavar la ropa de mis tontos hermanos por dos meses. - Brian parecía bastante molesto.
- Sin mi amado auto por dos meses. - Roger quería llorar y bajó su cabeza, sus amigos le entendieron.
- ¡A mí no me dijeron nada! - John sonrió, ahora todos lo miraban mal.

La clase empezó, el rubio (que era el de la personalidad más salvaje) se aburrió tan rápido que fue un récord. Dejó caer su cabeza sobre el hombro del Brian.

- Muero de hambre... - Susurraba.
- En la mañana me dijiste que comiste por tres personas. - Señaló incrédulo.
- Oh, es cierto... Bueno, estoy aburrido. - Comentó mordiendo el hombro de su amigo.
- Ya, rubia. - El rizado puso su mano sobre la de Roger y la empujó.

El rubio buscó con que distraerse, miró por la puerta, el basurero, su compañera la rara, otra vez el basurero y se le vino algo a la mente: poner atención al profesor, al cabo de un rato se sorprendió y quedó boquiabierto.

Al salir de clases Roger se lanzó contra sus amigos y gritó:
- ¡Jesús! ¡Ahora todo tiene sentido! -
- ¿Qué? - Brian lo miró confuso.
- ¡La física! ¡Nunca le había puesto atención a las clases! - El rubio seguía fascinado.
- Ahm... Querido, era una clase de Biología. - Fred movió como una diva su mano izquierda.
- Oh... - Roger frunció el ceño.

...

El día lectivo concluyó, los amigos tomaron distintos caminos. Brian y Roger iban a casa del segundo para hacer una tarea, lo iban a hacer en la sala de la Residencia Taylor ya que su madre se encontraba allí.

Cuando entraron a la casa, el sofá estaba siendo ocupado por varios hombres y mujeres adultos. La madre de Roger estaba en el medio, al verlos se acercó.

- Hola, cielos. - Le sonrió a ambos chicos.
- Roggie, sé que ibas a estudiar abajo con Brian pero estoy ocupada con el trabajo. Vayan a tu habitación, ¿sí? - Decía acariciando la mejilla de su hijo.

El rubio tomó rápidamente la mano del rizado para correr a su habitación.

- ¡Gracias, señora Taylor! - Fue lo único que Brian pudo decir.

Apenas entraron Roger cerró con fuerza la puerta y lanzó su mochila contra su cama. Se acercó a Brian le beso los labios rápidamente y fue hacía su escritorio y sacó un enorme libro para hacer los deberes, no eran muchos, pero quería terminar cuanto antes.

Estudiaron con una concentración enorme y con esfuerzo sobrehumano para no hacer algún chiste en el transcurso. Roger estaba sentado frente a su amigo, le daba miradas rápidas.
< ¡Qué tortura! >Pensaba al verlo allí sentado con las piernas cruzadas y un libro sobre ellas.

Era como si cada vistazo que le daba lo impulsaba a sentir más cosas por él. El rubio nunca fue tímido con quien le atraía, pero el rizado era totalmente distinto, y el mayor miedo era que el sentimiento no fuera mutuo. Sentía peso en pecho, era muy desagradable esa sensación, no poder decirle cuanto le encantaba.
El contacto sexual con Brian lo reconfortaba en lo bastante, pero siempre que lo acababa se sentía desánimoso y oír a otras chicas hablar sobre Brian y no poder decirles algo le preocupaba.

Alrededor de una hora después de esa masacre de sentimientos terminaron sus deberes, los guardaron junto con cualquier libro y cosa relacionada con la preparatoria.

Roger quería decirle lo mucho que le gustaba, lo pensó, ¿qué podía hacer? ¿Cómo decirle y no al mismo tiempo?
Trataba de encontrar una solución y pensó en chicas, y como les gusta dar mensajes confusos a los pobres hombres.

- Bri... - Se sentó al lado de su amigo.
- ¿Sí? - Preguntó guardando los últimos apuntes.
- ¿Te imaginas estar enamorado de tu mejor amigo...? - Averiguó nervioso, al rizado se le cayeron las cosas de las manos por sorpresa al oír eso.
- Sí... - Murmuró.
- Yo también... Hay personas que ven eso como un inconveniente, pero para mí no lo es. - Acercaron un poco sus rostros con las mejillas coloradas.
- Para mí tampoco lo es si ambos se gustan... - Decía Brian con el mismo nerviosismo.

La situación era como si ambos se hubieran conectado para hablar el mismo idioma. Roger juraba que Brian también estaba tratando de dar mensajes sí y no claros.
Se sentía incómodos, asustados, las manos les sudaban.

Brian miró a Roger a los ojos y contorneó las cejas, con una mano la puso sobre su mentón y lo atrajo hacía él para darle el beso con el nivel de amor más grande. Con los labios juntos el rubio se acercó a abrazarlo.

La puerta fue tocaba de forma rápida y antes de ser abierta Roger se separó torpemente de Brian exaltado.

- Rog, ¿puedes bajar un...? - La madre los miró confundida, sabía que algo pasó, se puso la mano en su pecho.
- Ay, ustedes son tan lindos... Se quieren tanto. - A los ojos de la mujer ambos se estaban dando un abrazo amistoso.
- Como sea, Rog, baja te necesito. -
El rubio bajó rápidamente bastante perturbado.

Brian quedó solo y empezó a guardar sus cosas, se iba a ir, era lo mejor, o eso pensaba. Era un verdadero cobarde por no querer decirle las cosas claras a Roger pero toda posibilidad de decirle eso hoy desaparecido y si se quedaba iban a estar seriamente incómodos.

Bajó a la sala, ahí Roger estaba sirviendo vino en unas copas, se acercó a él.

- Rog, ya debo irme. - Espetó tratando de sonar normal. Al rubio se le pasó la copa con vino de más al oírlo hablar.
- ¡Sí! ¡Claro! - Lo acompañó a la puerta, el rizado se despidió de Winifred.
- Ahm... Te veo mañana. - Dijo Brian dándose la vuelta para verse cara a cara, Roger trago grueso.
- Sí, ¡claro! - También estaba nervioso.

Se miraron un momento y Brian lo cortó con un "adiós" bastante repentino y ambos se fueron. El rubio continuó con el vino.

- Dios... - Balbuceó para sí mismo mientras bebía vino de la botella sin ser visto.

Si hubo un acercamiento puede haber un final, y ese final no tiene muchas opciones, y sólo tal vez el sentimiento sea mutuo. Suspiró, ahora está dispuesto a soltar todo, ¡es ahora o nunca! Iba a seguir a Brian.

- Mamá, voy a salir. - Anunció tomando su abrigo y llaves.
- No. - Aclaró con una sonrisa ya que aún seguían sus invitados.

Bueno, ¡será mañana!, seguía optimista y dispuesto a todo.

...

Cuando publicó siento que el capítulo está hecho mierda, pero me gusta seguir ya que pienso que por lo menos hago feliz a un par de personas.

❤️

He Drives Me Crazy ; Maylor/DeacuryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora