Capítulo XXII

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A la mañana siguiente de esa casi declaración Brian intentaba ignorar a Roger a todo costa, por lo menos por ahora ya que no se sentía lo suficientemente listo como para hacer que nada pasó.

Para su dicha, la primera clase que tenía le tocaba sin ninguno de sus amigos, por lo que aprovechó para pensar en como lidiar con Roger ahora.
Lo intentó pero (irónicamente) se distrajo con la clase.

Al salir de ella fui directo a la siguiente, aquí para su mala dicha ya le tocaba con su cuarteto de oro. Antes de entrar se topó con Freddie y John, Fred tenía su mano metía en el bosillo trasero del pantalón de su novio, se acercó sin pensarlo para hablarles y así poder ignorar un poco a Roger.

- ¡Hola! - Saludó ajeno a la situación.
- Hola, B, ¿y la rubia? - Decía Freddie sonriente rodeando a su novio con una mano.
- ¿Por qué lo sabría, Fred? ¡No tengo que saber donde está Rog todo el tiempo! - Se exaltó, sus amigos lo miraron perplejos.
- Lo siento... - Se apresuró a disculparse.

Entraron los tres la clase, el rubio ya estaba sentado ahí, trenzando la parte delantera de su cabello. Al rizado no le quedó otra opción y se sentó al lado de Rog.

- Hola... - Dijeron al unísono un poco sonrojados.

John los observaba desde atrás haciendo diversas teorías tras esas mejillas rojas y el poco intercambio de palabras.

Transcurría la clase, Brian y Roger agarraban confianza con cada minuto, y a la hora de estar juntos todo había vuelto a la normalidad. El rubio pensaba que estar así era mejor, estar en paz con Brian y ser los mejores amigos del mundo.

Cuando terminaron la clases (que hoy fueron particularmente agradables) Brian fue directo a su casa, sus hermanos empezaban a llegar igual de sus clases. Fue directo a su habitación, sobre su cama había una hoja de papel que tenía mariposas rosas, y él sabe de quien son esas hojas: Tina.

Agarró la hoja de papel sin ganas, empezó a leer, parecía algo formal. Leer ese manuscrito le estaba dando pequeñas puñaladas en su corazón. Se llevó la mano a la boca incrédulo, sentía un nudo en su garganta. ¿Cómo esa puta puede ser tan idiota?
No sabía que hacer, qué pensar, ¿irla a buscar? Sin nada en mente pensó en su amado rubio. No se lo preguntó dos veces, acudió directo a él.

...

Llamó a la puerta con fuerza y un rubio somnoliento le abrió. Tenía la camisa arrugada y un poco de vello facial se notaba aunque casi no tuvira.

- Bri... ¿Qué pasa? - Dijo apenas.
- ¡Tina huyó con su estúpido novio! - Chilló ansioso.
- No le he dicho a nuestros padres porque sé que van a enloquecer y la van a matar... - El rizado tenía el ceño fruncido. Cualquier rastro de sueño en la cara de Roger se fue, ahora estaba tan alarmado como su amante.

- La amo mucho... Aunque diga todo eso sobre ella, es mi hermana pequeña... - Murmuró con un hilo de voz dolida. Roger lo atrapó en sus brazos colocándose de puntillas. El rizado suspiró pesadamente en su cuello.

- Brian... Con todo respeto, pero tu hermana no es nada lista, no puede andar lejos. ¿Tienes alguna idea de dónde pueda estar? - Preguntó al oído del rizado, este se separó.
- Bueno... Siempre la oía hablar por teléfono de una casa abandonaba en no sé que calle de Baunfly. -
- ¿Quieres ir? - Cuestionó el rubio.
- Por favor... -

Fueron en el auto del rizado ya que Roger no puede usar el suyo.

- Tengo miedo de ir a Baunfly, ese lugar es el gueto. - Comentó Brian nervioso.
- No te preocupes, tu novio amigo trajo un arma. - Expresó sacando una cuchilla de lo más pequeña.
- Wow... Cuidado te sacas un ojo. - Se burló con claro sarcasmo.

He Drives Me Crazy ; Maylor/DeacuryWhere stories live. Discover now