XXIII

521 59 5
                                    

La cicatriz de aquella noche donde pudo conocer a aquel peculiar grupo, que ahora eran sus amigos y familia; pero sobre todo a cierta persona de cabellos azules que le provocaba cierta aceleración en su solitario corazón.

Al fin tenía una cicatriz que la llevaba a un grato recuerdo de felicidad, no solo de dolor y sufrimiento, donde sin querer y extrañas coincidencia del destino, pudo conocer al amor de su vida de nombre Shin-ah.

Narradora

Ryuumiko sin tardarse más limpio su cuerpo, para luego adentrarse a las relajantes aguas, se recargo en una abertura de piedra y cerro los ojos dejándose llevar por los sonidos de la naturaleza inundando su interior en una indescriptible paz.

Despues de unos minutos la voces de Yona y Kaya se aproximaban al lugar, seguida de las voces de los masculinos desde el otro lado del muro.

En poco tiempo las jóvenes ya estaba adentro del agua acompañando a la pelicoral.

Yona._Ohayo Ryuumi~san _ saludo la pelirroja con entusiasmo.

Ryuumiko._ Ohayo Yona~chan _ respondió la joven a la ojilavanda abriendo los ojos con una tierna sonrisa en su rostro _ me alegra mucho que estén aquí _ dijo con suma tranquilidad.

De pronto se escucha las voces másculinas de los chicos desde el otro lado del muro; que igual que las mujeres, decidieron entrar a las aguas y disfrutar de un relajante baño.

La joven mayor decidió ignorar el poco escándalo que hacían los masculinos, y volver a su estado de relajación.

Yona/ kaya._ Se siente bien... _ hablaron las jóvenes al mismo tiempo, aunque la pelicafe lo dijo de forma más relajada, hasta hundir la mitad de su rostro al agua.

Yoon._ El agua es blanca... Debe de tener nutrientes dentro_ hablo el pelicastaño claro _ Bueno, si bien es cierto, tal vez nuestra piel salga bastante suave... _ opinó el joven.

Yona._ ¡Piel suave! _ exclamó maravillada la pelirroja, junto con la pequeña ardilla.

Ryuumiko decidido seguir con su meditación, ignorando las voces de los demás, pero gracias a su agudo sentido del oído, logró escuchar algo inapropiado e insinuante por parte del peliverde que la puso algo tensa; sin embargo gracias a la pequeña intervención del pelinegro la tranquilizó.

Zeno._ ¿Seiryuu... es la primera vez que te vas a meter? _ asintió el peliazul _ ¡Sácate eso de una vez! _ hablo animado y salpicando al joven Shin-ah.

El ojivioleta sin perder oportunidad para ver los hermosos y poderosos ojos del Seiryuu, decidió comenzar a tratar y de hacer de las suyas.

Shin-ah hacia lo que podía para evitar en abrir sus dorados ojos, que con gran insistencia Jae-ha quería lograr ver, pero para la mala suerte del peliverde, eso no sucedió.

La pelicoral se comenzaba a molestar un poco por las acciones del Ryokuryuu hacia el inocente y pobre Shin-ah, sin embargo la voz de Yona la distrajo de su repentino sentimiento negativo contra el dragon verde.

Yona._ Ryuumi~san... _dijo algo dudosa la pelirroja.

Ryuumiko._ ¿Qué pasa Yona~chan? _ pregunto con su característica sonrisa hacia ella.

Yona._ Eto... sino es mucha molestia... quisiera saber... _ hablaba nerviosamente y con algo de pena _ ¿como obtuvo esas cicatrices atrás de su espalda?_.

Aquella pregunta, que aunque solo estaba dirigida a la pelicoral, los hombres al otro lado del muro logran escuchar vagamente lo preguntado por la ojilavanda, causando les una gran curiosidad al saber aquello, ya que realmente no conocían para nada sobre la misteriosa mujer.

Sangre de DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora