XXVII

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En ese día el divino dragón rojo, al ver que la ojirosa que estaba por morir frente a sus ojos, se dio cuenta que no podía vivir su vida inmortal sin ella, por lo que él ya tomo una desicion.

Se volvería humano y haría que estas tierras que tanto ama Harumi les daría la paz que tanto ella anhela.

Yona

Término de relatar Ryuumiko con un suspiro mirando hacia el cielo nocturno.

Ryuumiko._ Es todo por hoy... _.

Yona._ Entonces así es como decidió ser humano... _ pregunté con alegría _ ¿hay más de la historia? _ la pregunté esperanzada.

La pelicoral asintió.

Ryuumiko._ esta parte es un poco mas larga, ya que haí, Hiryuu se vuelve humano, el surgimiento del reino junto a la leyenda de los 4 dragones _ estaba por hablarle que me contará esa parte, pero ella me interrumpio _ lo siento... pero ya es hora de que descances _ hice un puchero, ella sólo sonrio por mi acto _ te seguiré contando la historia en otro momento, yo también estoy algo cansada y es mejor ir ya a dormir; ya que quiero entrar otra vez a las aguas termales antes de irnos _.

Yona._ Hai _ dije con una sonrisa y un bostezo, para adentrarme a la habitación  e irme directo a dormir.

Narradora

Mientras en otro lugar, en el palacio de la capital de Kouka, se hayaba el consejero real, junto con el actual Rey, Soo-won.

Ambos se hallaban en la gran biblioteca, uno escribía asuntos de suma importancia para el bien del reino, mientras que el otro  solo buscaba libros para la ayuda del peliclaro como también información de manera personal.

Keishuk, veía cada libro en gran silencio, sin embargo en él llegó de pronto a su mente a la femenina de cabellos corales que conoció tiempo atrás.

Aunque le molestaba de sobremanera al pelinegro en pensar en aquella insolente mujer, que últimamente estaba atormentando en su cabeza; en serio el hombre estaba molesto consigo mismo, pero internamente admitia que le provocaba gran curiosidad.

La mano derecha de Soo-won busco sin parar información de la ojivioleta, sin embargo no logro encontrar nada ni la mención del nombre de la pelicoral. Era como si esa mujer jamás hubiera existido, cosa imposible ya que había entrenado parte de la familia real y el hombre la vio con sus propios ojos.

El hombre tenía que encontrar información de aquella mujer a cualquier costo, así encontraria la forma de manipularla para su señor, o eliminarla, ya que él presentía que era un gran peligro para Soo-won.

No tenía opción, el único que sabia aunque sea una parte, era su Rey y tendría que preguntar sobre esa insolente.

Keishuk._ Soo-won~sama tengo una pregunta que hacerle... _ dijo con una voz melodiosa y con astucia oculta.

Soo-won._ Ahora que planeas Keishuk... _ comentó conociendo perfectamente a su mano derecha, ya que no lo interrumpía durante su trabajo.

Keishuk._  No planeo nada Soo-won~sama... solo tengo curiosidad en aquella mujer _ dijo cerrando un libro que tenia en su mano.

Soo-won._ ¿Mujer? ¿Cual mujer si se podría saber? Sabes muy bien que casi no convivo con mujeres _ dijo sin dejar su trabajo.

Keishuk._ A esa mujer que vino antes... Ryuumiko... ese era su nombre sí recuerdo bien... _ el ojiazul dejo de escribir al escuchar el nombre de la femenina.

Soo-won._ No te recomiendo indagar sobre ella... no encontraras nada _ hablo serio el pelirubio mientras miraba al ojinegro _ y por lo que veo ya lo has hecho _.

Sangre de DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora