XXXI

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Se que la maldición que corroe en la sangre de mi maestra es poderosa y que la desgracia jamás le dara paz a su alma hasta el final de los tiempos.

Pero rogaré y rezaré a los dioses que dejen que esto al fin cambie; que puedas romper tu destino que tanto sufrimiento te a otorgado sin merecerlo, por el cumplimiento de tu mayor deseo.

Ryuumiko

No quería escuchar más ante lo dicho, era un tema que lastimaba en lo profundo de mi ser, cual estaca incrustandose lentamente a mi corazón.

Tenía un gran nudo en mi garganta, reprimiendo las amargas sensaciones de la cruel realidad que estaba viviendo, no quería que lograrán ver la tristeza que de pronto llegó a mi alma.

No cesaba mi andar apresurado, para llegar rápida mente a mi viejo hogar, que yacia ubicado en una de la fronteras del territorio de Kouka.

Mi vista estaba nublada por los insistentes pensamientos llenos de incordio hacia mi, hacia mi vida, a mi destino que estaba escrito con una maldición y manchada en la miseria.

Se me había negado el derecho de una vida mortal desde antes de nacer por la eternidad.

Sin embargo existía dos manera sde ser alguien normal, pero ambas eran una solución completamente egoísta y cruel

La vida siempre está seguida de la muerte, y la muerte es el siguiente paso para una nueva vida.

Dos palabras totalmente contrarias y que se complementan una con la otra, que se proporcionan sentido entre ellas y dar un equilibrio. Era algo que siempre tenía presente.

Siempre que llegaba la muerte a mi alrededor de manera directa o indirecta, comenzaba una nueva vida para mi.

De joven, a los 11 años de edad, tenia la ilusión de que tendría una familia y cuando sea el momento de partir de esta vida terrenal, encontraría a mis padres con los brazos abiertos y una gran sonrisa recibiendo mi alma para ya no sufrir mas.

Otro deseo que jamás se cumplió.

Un día 4 décadas después de dar comienzo mi maldición, fui a buscar respuestas para detener tal tortura.

La respuesta y la solución que me dieron los dioses de resumía en una simple oración.

"Dar muerte a lo que te da vida, para tener una vida extinguida por la muerte"

Palabras que no entendía en el principio, sin embargo el tiempo me ayudó a entenderlo con más claridad. Por lo cual, no tenía el valor y la intención de hacer eso.

Me negaba a ello.

Sin embargo la otra solución era peor a mi criterio.

"Dar entrega lo que se te dio, de la misma forma como lo obtuviste, con la sangre de Hiryuu corriendo en sus venas siendo la carne de tu carne."

En otras palabras, transmitir y heredar mi maldición a mi siguiente descendencia.
Algo retorcido y cruel ya que le daría mi sufrimiento a un ser inocente y puro que sin duda alguna amare si eso llegará a pasar, un peso que no queria otorgar a la sangre de mi sangre.

Por lo que me rendi a la mínima y misera luz y esperanza de ser madre. A toda costa tenia que evitar que sucediera.

Sin embargo como era de esperarse yo no soy completamente humana, por lo que había un sólo día al año que perdía mi escénica humana así como también perdía mi escencia divina para ser humana.

Algo problemático por supuesto, ya que eso causaría perder mi razonamiento y daría a luz a una bestia primitiva y poderosa en forma "humana". Y como toda bestia,uno de sus fines o deseos es procrearse.

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⏰ Last updated: Oct 04, 2020 ⏰

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