XXIX

366 42 5
                                    

Fāo-lin._  Si algo quiero que salga bien, lo tengo que hacer yo _ dijo caminando en direccion al Este _ No me importa cuánto me cueste... te matare _ dijo con una sonrisa para seguir con la busqueda de su maestra.

Narradora

Ambos jóvenes caminaban en silencio, dirigiéndose a donde los demás estaban; tanto la pelicoral y el ojidorado estaban sometidos en sus propios pensamientos y todo gracias a lo de hace unos momentos.

Sin embargo en la ojivioleta ese tema no sólo invadía su mente, sino que también algo muy personal.

El día de mañana sería el aniversario de Harumi, madre de Ryuumiko.

La joven buscaba la forma de visitarla sin que los demas se den cuenta de su ausencia, que obviamente sería notoria.

La pareja que estaba en medio camino se fijaron que ya no estaban solos

Se encontraba la casera profundamente dormida sobre las bardas.

La ojivioleta se acerco a ella con mucho cuidado en no despertarla, para cubrir el pequeño cuerpo de la anciana con la frazada que estaba a un lado de ella.

La joven al asegurarse de que la pequeña ancianita no sufriera el frío viento del norte, decidió  retirarse en silencio junto al peliazul, sin embargo de pronto la señora se despertó de su sueño, para luego ver a los dos jóvenes .

Señora._ ¡Oh!  ¿en que puedo ayudarles? _ hablo con amabilidad hacia los dos y una diminuta sonrisa para luego hablar nuevamente _ ¿quieren saber donde están las aguas mixtas para un tranquilo momento de pareja? _.

Ryuumiko sitio el calor en sus mejillas dominando en ellas un rojizo rubor notable a varios kilómetros a la redonda, mientras el enmascarado inclino la cabeza en un gesto de confución.

Ryuumiko._ Di-disculpe por despertarla... _ hablo la femenina aún sintiendo cierta vergüenza por la segunda pregunta y tratando de tranquilizar sus nervios _ n-no necesitamos nada, muchas gracias y lo de las aguas mixtas no serán necesarias... ya qu- _ la interrumpio la animada voz de un pelidorado a la lejanía haciendo voltear al de la melena y a la pelicoral.

Zeno._ ¡Ohayo Chicos! _ grito con alegría al divisar a los dos y atrás de el estaban el pelinegro y el ojicielo.

La señora volvió a hablar.

Señora._ Está bien jovencitos... si necesitas de algo o cambian de opinión... no duden... en preguntar... _ dijo para luego volver a retomar su sueño.

Llegoron los tres masculinos observando a la pareja con detenimiento.

Yoon._ Buen día Ryuumi~san... Shin-ah _ saludo con tranquilidad el joven pelicastaño.

Ryuumiko._ Buen día Yoon~san _ dijo con una sonrisa la femenina.

Mientras cuatro (realmente tres) de los cinco estaban comenzando una conversación; el ojizafiro se retiro en silencio hacia las aguas termales.

Sin embargo, el ojidorado que no participaba para nada en la conversación, solo se quedaba mirando a la mujer que estaba a un lado de él, preguntando constantemente en su mente que es lo que trataba de decir la casera o una pregunta mucho mejor, ¿que era una pareja?.

Por lo que gracias a la nula convivencia de la sociedad en su pasado, el desconocía de muchas cosas y sobre todo en las relaciones hasta ahora que él solo conocía de amistad y hermandad.

Pero de pronto un tema de mayor importancia llegó a su mente. Un tema que se relacionaba profundamente con la de cabellos corales y la solución de terminar su miedo en utilizar sus ojos.

Sangre de DragonWhere stories live. Discover now